A la entrada de la casa de la señora Badanani, una pequeña calabaza cuelga de una estaca de madera: es el sello de los puntos de venta de tchoukoutou, bebidas artesanales que se han popularizado en Togo debido al aumento del precio de la cerveza industrial.
La sexagenaria, un reconocida vendedora de Nyekonapoè, popular barrio de Lomé, remueve el contenido de sorgo en una olla colocada sobre un horno.
Entre su clientela, una veintena de jóvenes bailan “Kamou”, famoso ritmo “kabyès” (grupo étnico del norte de Togo), sosteniendo en las manos la preciosa bebida.
El tchoukoutou o «chook» para abreviar, es muy apreciado en el norte de Togo, especialmente entre los Kabyès. Pero ya se ha extendido por todo el país.
Con más o menos alcohol, según su fermentación, la bebida hecha a base de sorgo, maíz o mijo, ha conquistado a los jóvenes, pero no sólo a ellos asegura Mayena, vendedora de tchouk bajo un árbol en Attiégou, un barrio periférico de Lomé.
«Algunos funcionarios acuden regularmente, especialmente en la hora del almuerzo”, asegura ella, que llevaba un delantal de cocina con las palabras: «en tanti tchouk».
Altamente nutritiva esta bebida se consume no sólo en festividades, sino también para complementar la comida.
«Algunos altos funcionarios, incluso ministros, envían a sus empleados a comprar algunos bidones. Es un orgullo para nuestro país, necesitamos consumir productos hechos en Togo y darles el valor adecuado», explica Mayena.
Consumir productos locales se ha convertido en una necesidad, en parte, debido a las fluctuaciones del tipo de cambio y al alto coste de las importaciones.
«Empecé a consumir tchoukoutou hace más de dos años debido a que la cerveza vendida en botellas costaba cada vez más. Con la bebida local, obtienes casi el mismo placer y el coste es significativamente inferior», cuenta Kossigan, condutor de mototaxis.
La calabaza de 1,5 litros se vende 0,53 euros y la de 60 cl. a 0,15. Pero hay que tener en cuenta que el precio de la botella grande, 65cl., de cerveza industrial está entre 0,76 y 0,91 euros.
La bebida se sirve a los clientes en calabazas, calabazas secas y huecas, como se suele decir, sería una pérdida de sabor si la bebida si se sirviera en vasos: «es el fondo de la calabaza lo que provoca el gusto y el sabor de esta cerveza», añade Hodabalo Andjo de 75 años y profesor retirado.
«Nuestros antepasados consumían esta bebida durante los funerales y las grandes fiestas. Los aldeanos cantaban, bailaban y bebían sin moderación», explica este kabyè, sentado con una pequeña calabaza llena hasta la mitad con chook.
Los consumidores pueden elegir entre tres tipos de tchoukoutou: la tchakpalo la kablèmissine y la lossomissine. Estas dos últimas son muy populares entre los jóvenes por su alto contenido en alcohol.
La bebida se consume en el desayuno, en los postres y durante las noches de los fines de semana.
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