Pensando en un tema para la entrada de blog de hoy me desconcertó el hecho de que la única palabra que me viniera a la cabeza fuera «catastrófico». Se han producido grandes inundaciones, huracanes y terremotos, e incluso hay quienes piensan que un meteorito gigante asoló la Tierra y acabó con los dinosaurios. Todo tipo de desastres han causado estragos en la Tierra y entre sus habitantes, pero ninguno de ellos se compara al que han vivido los Estados Unidos en los últimos días.
La maldad que anida en los corazones de las personas blancas no ha cambiado nunca, ni las personas se han vuelto rectas y juiciosas repentinamente; esa maldad pasaba básicamente desapercibida y permaneció oculta durante los últimos cincuenta años, pero siempre ha estado ahí. El pasado martes conocimos su lado más oscuro. Hay algo en el código de la supremacía blanca que reclama esa maldad; ¡es el llamado «destino manifiesto»! El hecho es que, si no se las puede controlar, esas personas se cargarán todo lo que encuentren a su paso, incluso a sabiendas de que no es lo correcto. Trump no es lo correcto.
Me resulta especialmente perturbante que la gente siga diciendo que «somos todos estadounidenses». ¿En qué momento se dieron cuenta de que las personas negras eran estadounidenses?; la mayoría ni siquiera las considera seres humanos. La Constitución sí lo hace. Sin embargo, caen en el fanatismo una y otra vez, y el racismo siempre prevalece porque está en su ADN. Eligieron a un hombre que empequeñece y menosprecia al primer presidente negro, a las mujeres y a todos los grupos étnicos y religiosos que representan a los Estados Unidos. Están orgullosos de un hombre que ha tenido que pasar por los tribunales federales antes de convertirse en presidente.
Gil Scott-Heron, el visionario poeta negro, compuso dos canciones que hablan de este día. Una de ellas era «Winter in America», y la otra, «The Revolution Will Not be Televised». Muchos de los que escuchamos «Winter in America» comprendimos que se refería al frío y oscuro día en que la corrupción destruiría los Estados Unidos por su funesto pasado y la verdad saldría a la luz, una verdad que podría haberse revelado con la elección del nuevo presidente. Él dice que les devolverá «su país». Yo, que he vivido durante esa época que consideran tan maravillosa, les puedo asegurar que no lo fue para la población negra.
La otra canción era «The Revolution Will Not be Televised». En su momento pensamos que se refería a que las personas negras se despertarían y se alzarían contra el poder. Pero hemos podido ver que son ellos, los blancos, los que luchan los unos contra los otros; hace cuarenta años, Gil se equivocaba: ¡la revolución será televisada! Anoche, en todo el país, la gente salió en masa para protestar contra el nuevo presidente al grito de «No es mi presidente».
La población negra lo sabe, y la historia ha demostrado que independientemente de quién sea elegido, tendremos lo que siempre hemos tenido. Así que esta idea, la de que estamos creando o de algún modo reviviendo el pasado, regocijándonos en una obsesión de razas que nos parece fantástica porque nos hace sentir bien, es la idea más insultante que he oído jamás. Y esta es mi opinión de hoy, una opinión que invita a la reflexión.
Thought Provoking Perspectives *
*Thought Provoking Perspectives: John T. Wills. Presidente de JT Wills Consulting, orador, autor, escritor, bloguero, profesor, locutor de radio, miembro y antiguo empleado de numerosas empresas, comunidades y juntas universitarias, voluntario y amigo de muchos. Más allá de esta ristra de designaciones, prefiero que se me considere simplemente un hombre.