¿Nueva esperanza para África?
Señor Presidente,
Soy francés y vivo en Burkina Faso desde agosto de 1965. Gracias a los medios de comunicación he podido seguir con interés su campaña electoral constatando que en cada mitin, se decía: “Es la hora del cambio.” La noche de su victoria, oí su declaración en Tulle. Le oí decir que: “El 6 de mayo debe ser un hito para nuestro país, un punto de partida para Europa y una nueva esperanza para el mundo.”
Durante su campaña e, incluso después de su elección, no ha cesado de repetir que usted quiere ser juzgado por lo que haya hecho en favor de la justicia. Ya, en julio del 2006, esa misma preocupación por la justicia le animaba, junto a otros muchos diputados franceses, cuando aprobó el informe sobre “La negociación de los “Acuerdos de Asociación Económica (APE) con los países de África, del Caribe y del Pacifico”; el llamado informe Lefort.
El Sr. Lefort comenzó su intervención con estas palabras:
“ Señoras, Señores,
Una amenaza se cierne sobre el África subsahariana y otras regiones del planeta, entre las más pobres: la amenaza del libre comercio absoluto. Es el caso de la negociación iniciada entre la Unión europea y los 77 países ACP (África, Caribe y Pacífico).
Teniendo éstos que concluir a finales del 2007, se están realizando actualmente, fuera de la autoridad parlamentaria, amplias y complejas negociaciones con el fin de liberalizar los intercambios entre un grupo de 25 países ricos (la Unión europea), que dispone de 22 600 euros de PIB por habitante, y unos Estados pobres con un promedio de 424 euros de PIB por habitante,”
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El relator considera que una de las primeras respuestas que, en este sentido, ha de darse a los países ACP, es la recomenzar a cero las negociaciones sobre los APE.
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El relator ha podido constatar durante sus viajes y encuentros cómo los países ACP esperan una posición decidida de Francia y Reino Unido.
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Y concluye:
Pronto sabremos si Europa cometerá un error histórico o si salvará su asociación con los países ACP.”
Ese día, usted aprobó ese informe, con quienes estaban convencidos de que los Acuerdos de la Asociación Económica, que Europa quiere imponer a África (y al conjunto de los países ACP (África – Caribe y Pacífico), son una amenaza para África y un error para Europa
La amenaza, en efecto, es tan real que varias regiones, como África Occidental, no han firmado todavía. Digo “todavía” porque actualmente Europa está presionando de nuevo con fuerza para que esos acuerdos se firmen rápidamente. Europa se muestra cada vez más arrogante y parece querer forzar.
Sé muy bien que, por el momento, tiene usted numerosas carpetas sobre su mesa, las unas más urgentes que las otras. Pero también sé que no está solo. Pienso no solo en los 18 millones de franceses que le han votado y que la mayoría espera que Europa y Francia sean más respetuosas con los africanos, pienso también en sus más cercanos colaboradores, en especial al Sr. Harlem Désir que desde hace varios años ha seguido el tema de los Acuerdos de Asociación Económica (APE). A mi petición, me recibió en su despacho de diputado europeo, en Estrasburgo. Deseaba hablarle de la amenaza que son para África estos acuerdos de libre comercio, rebautizados hipócritamente “Acuerdos de Asociación Económica”. Estábamos de acuerdo en decir que estos acuerdos de libre comercio son una amenaza para África y un error para Europa. ¡Encárguele el tema, sabrá gestionarlo bien… en beneficio de África y de Europa!
Usted ha insistido en que la justicia será una característica de su Presidencia. Que ésta no se limite a las fronteras de Francia o de Europa.
Le ruego, Señor Presidente, que acepte la expresión de mi más alta consideración.