Cardiólogos en Senegal

10/05/2011 | Crónicas y reportajes

Cuando Mouhamadou Ndiaye comenzó a hablar acerca de la cirugía a corazón abierto en 1990, las autoridades le dijeron que no era prioritario.

“No tenemos problemas de cirugía a corazón abierto”, comentaron según Ndiaye, jefe del departamento de cirugía torácica cardiovascular del hospital universitario Fann en Dakar. “Nuestros problemas reales hoy en día son la malaria, la diarrea y los vómitos”.

“Mi respuesta indudablemente, fue que todos los pacientes eran pacientes y por tanto necesitaban cuidados”, declaró Ndiaye, que cursó sus estudios en Europa y volvió a Senegal en 1989.

Llevó tiempo, colaboración con organizaciones no gubernamentales y especialmente un encuentro fortuito, en el año 1995, con un prestigioso cirujano americano antes de la primera operación a corazón abierto que tuvo lugar en Senegal, afirmó Ndiaye.

Cuatro pacientes se sometieron a cirugía en el hospital Aristide Le Dantec en Dakar, donde contaban con un equipo de cirugía americano muy numeroso incluyendo un cirujano y tres anestesistas, declaró.

“En aquel tiempo, mucha gente no podrá creerlo. Fue todo un reto”. Aseguró Ndiaye.

“Afortunadamente todo salió bien” para todos, añadió, recordando “mucha presión” por ambas partes, la senegalesa y la americana.

Quince años después la cirugía a corazón abierto es ya lo más normal en este país de cerca de trece millones de habitantes y el departamento de Ndiaye es un punto de referencia para la región del oeste de África.

Programa Humanitario

“Tenemos un equipo permanente. Cada semana hay pacientes que se someten a este tipo de cirugía (a corazón abierto)”, declaró Ndiaye, señalando que sin embargo hay más adultos que niños.

“La participación de Pediatría en nuestra actividad ronda entre el 15% y el 20%, pero este tanto por ciento concierne principalmente a los niños que pesan más de 20 kg”, explicó.

Mientras que el centro ya ha intervenido antes a adultos de Mali, por primera vez se está tratando a niños no senegaleses.

En el quirófano, cirujanos franceses y senegaleses se inclinan sobre un tórax abierto en el que late un corazón reluciente.

Aminata Diakite, de trece años de edad, es una de los seis niños de Mali traídos a Dakar gracias a un programa humanitario que ayuda a los niños de familias pobres que necesitan una intervención quirúrgica para “reparar” las complicadas condiciones de su corazón.

Amagor Diouf, asistente del quirófano explica el trabajo de la máquina pulmón-corazón, una sofisticada bomba que “toma el control cuando detenemos el corazón para trabajar dentro de las válvulas”.

El daño del corazón de Aminata está “muy avanzado”, declaró el cirujano francés torácico cardiovascular Gerard Babatasi, que actualmente vive en Caen, ciudad situada al norte de Francia, “si no hubiéramos hecho nada, ella moriría”.

El programa está desarrollado y respaldado por el grupo francés La Chaine L’Espoir (La Cadena de La Esperanza), que ha trabajado con especialistas senegaleses del corazón durante dos décadas y también ha trabajado en Camboya, Afganistán y Mozambique.

Operación Compleja

Babatasi es también el vicepresidente de la Cadena de La Esperanza, que gracias a donaciones, “asume y trata las complicaciones de los corazones de los niños en todos los países donde no existen centros de cirugía cardíaca”, como Senegal.

Trajo [a Dakar] a cuatro chicas y dos chicos de edades comprendidas entre seis y quince años procedentes de Mali, pagando por la operación quirúrgica y el post- operatorio.

Los seis niños de “familias muy pobres” sufrían enfermedades cardíacas congénitas sin que nadie pagara por remediarlo, afirmó Babatasi.

Uno de ellos no sobrevivió “La intervención fue muy compleja y fue mal”, declaró.

Las otras cinco operaciones en el hospital universitario de Dakar fueron un éxito total y los pacientes se están recuperando muy rápidamente, confirmó el doctor.

Maimouna Diarra, de nueve años, con el torso cubierto de vendas, tubos y cables en la sala de recuperación, “ya está despierta y con energía, 24 horas después de su operación”, dijo Oumar Diarra, un miembro senegalés del equipo quirúrgico.

Después de haber sido dados de alta en el hospital, los cinco pequeños malienses se quedarán con familias senegalesas que se han ofrecido voluntarias para acogerlos durante unas semanas, durante su convalecencia.

Enfoque inter regional

Las intervenciones quirúrgicas son muy caras, según los estándares del África Occidental, de unos 4.000 dólares estadounidenses, afirma Ndiaye.

La Cadena de la Esperanza ha mostrado las ventajas de un enfoque “inter regional”, principalmente en reducir los costes, comparados con los tratamientos en Europa, y en la formación práctica de los especialistas locales, explicó Ndiaye.

“Lo ideal es desarrollar áreas técnicas localmente, de modo que podamos intervenir a los pacientes en su propia región”, declaró Ndiaye añadiendo: “Cuanto más hagamos, mejor lo haremos”.

Publicado en News 24, Suráfrica, 26-04-11.

Traducido por Beatriz Arranz, para Fundación Sur.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster