Escuchando los seminarios, presentados en el programa “Global Economy Research”, por economistas como Peter Koening y Mikel Chosatovsky, he apreciado con nueva claridad esta compleja realidad económica que estamos viviendo, con la covid-19 y sus consecuencias sociales.
Reconocidos economistas internacionales coinciden en afirmar que esta pandemia de la covid-19, no es un accidente, sino un Plan fundamentalmente económico con Agenda global.
Otros conocidos Informes como el “Rockefeller Report” aceptan que detrás de esta pandemia, existe un plan económico global. Para otros, este plan económico depredador para controlar la economía mundial, por la pandemia, no es tan evidente.
Según los economistas arriba mencionados, la solución que ofrecen las grandes Instituciones, se centra en la vacuna global.
Esta medida puede remediar la pandemia del virus, pero con la covid-19 se está destruyendo cientos de miles de vida humanas y la economía global.
La realidad causada por esta destrucción de la economía global supondrá que unos 200 millones de personas están en riesgo de hambre severa.
Lo grave es que la economía se está derrumbando y que entre un 60 % y un 70 % de la población en el hemisferio sur está en desempleo e intenta sobrevivir con la economía informal.
Las Instituciones financieras como, el WB, el BCE y el IMF conceden préstamos y créditos y endeudan todavía más a los países que reciben su “ayuda”. Estas instituciones financieras buscan salvar y controlar todavía más la economía global.
A nosotros nos interesa salvar vidas, promoviendo las economías locales y colaborativas que buscan el bien común de todos los pueblos, sobre todo en el hemisferio sur.
Una nueva economía más local, colaborativa que busca el bien común, es no solamente posible sino que según los ODS de la Agenda 2030 supone la mejor alternativa que existe hoy para los 193 gobernantes que firmaron los ODS en 2015.
La globalización de la economía ha de estar al servicio de la economía local colaborativa y no del control financiero de los recursos globales.
La economía capitalista neoliberal es injusta en su raíz, cruel en sus métodos e inhumana en sus objetivos. Somos responsables de superar esta economía de esclavitud y destrucción para la inmensa mayoría de los pueblos y de lucro escandaloso para unas minorías sin escrúpulos.
Aunque se desconoce todavía el origen y naturaleza de esta covid-19, lo cierto es que existe ahora este nuevo virus, el más contagioso y global que hayamos conocido en la historia. Sus consecuencias en la economía y en la calidad de vida de millones de personas en todos los pueblos del Planeta es incalculable y desastrosa.
La urgencia de promover un nuevo tipo de economía y de política, más humana, colaborativa y centrada en las personas y en el bien común, es más evidente todavía en estos tiempos de pandemia.
Más que lamentarnos de los males del pasado y del presente, nos interesa ser creativos y unir nuestra creatividad y valores humanos para luchar juntos por los Objetivos del Desarrollo Sostenible para todos los pueblos.