Los cinco magistrados del Consejo Constitucional tendrán que pronunciarse sobre la validez de la candidatura a la presidencia de Senegal Abdoulaye Wade, en 2012. Todas las miradas están fijadas en estos cinco hombres.
Todo el mundo sabe: El papel del entrenador de la selección nacional de fútbol no es fácil. Pero en los últimos días, Amara Traoré, el entrenador de los Leones de la Teranga, goza de una rara tranquilidad. Aparte de que, a principios de octubre, sus jugadores se han clasificado para la próxima Copa Africana de Naciones, la razón es porque todos están pendientes de los miembros del Consejo Constitucional.
Durante casi dos meses, Cheikh Tidiane Diakhate, el presidente del Consejo que vino desde la banca; el vicepresidente Isaac Yankhoba Ndiaye, que viene del campo de la universidad; Chimera Diouf Malick, un magistrado; Siricondy Diallo, que viene de la inspección general y Muhammad Sonko, otro magistrado, son el foco de atención y todas las especulaciones versan sobre ellos. Hay que decir que los cinco «sabios» tendrá que completar una tarea difícil en tres meses: Son ellos los que, el 27 de enero, decidirán sobre la validez de la candidatura de Wade para un nuevo mandato.
La policía antidisturbios
La Constitución limita a dos el número de mandatos presidenciales consecutivos. Pero esta nueva situación – antes no había límite- se produce a partir de 2003. Entonces, Wade ya había comenzado su primer mandato. ¿La ley es retroactiva? ¡Sí! Afirma la oposición, respaldada por varios abogados, como Babacar Gueye, que participaron en su redacción. ¡No! replica el bando del Presidente, que se basa en el asesoramiento de otros abogados, también importantes.
Sin embargo, el debate de fondo se ha desviado rápidamente. Durante varias semanas, no pasa un día sin que un periodista o un oponente político plantee la complicidad de los “sabios” con el presidente senegalés. El opositor Abdoulaye Bathily incluso los ha comparado con el ex presidente del Consejo Constitucional de Costa de Marfil, Paul Yao Ndre, que había validado contra toda evidencia, la elección de Laurent Gbagbo el año pasado. «Todo este alboroto por una institución que tiene que ser discreta es desafortunada, la peste de un jurista. Que socava la estabilidad de todas las instituciones de la República. Podemos esperar lo peor».
El martes, 18 de octubre, varios escuadrones de la policía antidisturbios rodeaban el palacio de justicia en Dakar. En la sala número uno, Malick Noël Seck, un joven socialista, estaba a la cabeza. Después de dirigir al Presidente Diakhaté una carta de queja en la que conmina en términos poco diplomáticos a invalidar la candidatura de Wade, fue acusado de «amenazas de muerte» y «desacato al tribunal» y encarcelado. En el exterior, no había mucha gente, pero dentro, había mucha, periodistas, activistas, curiosos y no menos de catorce abogados. El fiscal pide cinco años de prisión. Abogados exclaman. «Si Malick Noël Seck nunca ha amenazado a los miembros del Consejo Constitucional, se puede decir que esta acusación amenaza a todos los ciudadanos senegaleses», declaró uno de ellos.
Bien guardado
A pocos kilómetros, el ambiente es más tranquilo, en el interior del Consejo Constitucional. También hay más policías fuertemente equipados. “La seguridad ha sido reforzada en los últimos días», dijo un empleado de los sabios. Cada uno de ellos tiene un guardaespaldas, sus hogares están ahora protegidos y la entrada al Consejo bien vigilado”.
Sin embargo, los jueces, que rechazaron las peticiones de entrevista, no creen en tal escenario. «No tenemos miedo. Todos estamos acostumbrados a este tipo de situación», dijo uno de ellos, quien accedió a testificar a condición de que su anonimato fuera preservado. Sobre los rumores que circulan, sobre que han cambiado su número de móvil, que han optado por un traslado a un edificio menos expuesto… incluso que han llegado a considerar su renuncia, el magistrado dice que «Todo eso es falso. Tengo el mismo número de móvil desde hace diez años”, dice. Y descarta totalmente que vayan a renunciar. «En cuanto al traslado, es algo que está planeado desde hace mucho tiempo. Por seguridad y por comodidad también”.
Se critica al Presidente Diakhaté que a menudo ha fallado a favor del régimen. A Malick Diouf se le critica por frustrar la pugnacidad del caso Babacar Seye, en el que Wade estuvo involucrado, antes beneficiarse de un sobreseimiento. A Siricondy Diallo se le reprocha haber pecado de celo en el caso de los astilleros de la ciudad de Thies, fatal para Idrissa Seck, ex mano derecha de Wade. A Muhammad Sonko, de haber estado siempre demasiado preocupado por su carrera. Y a Isaac Ndiaye, de no ser un abogado constitucionalista, sino uno privado. «El Consejo Constitucional nunca ha tenido una buena reputación», dijo Babacar Gaye, que participó en la redacción de la nueva Constitución. La falla del sistema es principalmente el nombramiento de sus miembros, todos nombrados por el Presidente.
En privado, los miembros del Consejo aseguran que todo se hará correctamente. Un relator será designado por el presidente, dará su opinión y de los cinco jueces discutiran y votaran. «El presidente, a diferencia de lo que se pueda leer, no tiene ninguna influencia sobre nosotros. Y si él tomó una decisión unilateral, nosotros no dudaremos en salir de nuestra reserva», dice nuestro testigo.
Fuente :Jeune afrique.com
Traducido por Lamine Beye senegalés, residente en España.
