Guinea Bissau votó el pasado día 28 de junio, para elegir al nuevo presidente después de una serie de asesinatos, incluido el del veterano presidente, Joao Bernardo Vieira, en el pequeño país del África occidental, asediado por el tráfico de drogas.
Entre los once candidatos había tres ex presidentes, para reemplazar a Vieira en este estado plagado de golpes de estado, en unas elecciones que han tenido lugar en una atmosfera tensa, después de una serie de asesinatos políticos.
Vieira, que gobernó Guinea Bissau durante 23 años, fue asesinado por miembros del ejército el pasado 2 de marzo, aparentemente en venganza por el ataque bomba que mató al jefe del ejército, el general Batista Tagme Na Waie.
A principios de este mes de junio, el candidato presidencial y ex ministro Baciro Dabo, fue asesinado por el ejército en lo que éste definió como una operación para frustrar un golpe de estado. Otro candidato se retiró de la campaña, alegando que temía por su vida.
De los que quedaron, los aspirantes con más posibilidades de ganar son tres ex jefes de estado.
Malam Bacai Sanha fue presidente interino desde junio de 1999 hasta mayo de 2000, y que ha sido el candidato por el partido que siempre ha dominado el gobierno de Guinea Bissau, el Partido para la Independencia de Guinea y Cabo Verde, PAIGC.
El PAIGC ya controla 67 de los 100 escaños de la Asamblea Nacional del país.
También se presentaba Kumba Yala, cuyo tiempo en la presidencia, entre 2000 y 2003, estuvo marcado por una terrible mala gestión fiscal y arrestos en masa de los miembros de la oposición, hasta que fue depuesto por un golpe de estado.
Otro ex jefe de estado, que se presentaba como candidato independiente, es Henrique Rosa, que estuvo en el cargo de jefe del gobierno entre 2003 y 2005.
Los puntos electorales abrieron a las 7 de la mañana y cerraron a las 5 de la tarde.
Si ningún candidato gana por mayoría en la primera ronda, las elecciones tendrán que recurrir a una segunda vuelta, entre los dos candidatos que más votos hayan obtenido el 28 de julio.
Sea quien sea el que gane estas presidenciales tendrá que enfrentarse no sólo a la pobreza del país, sino también a la influencia corrupta del tráfico de drogas.
Uno de los países más pobres de África, Guinea Bissau está en el punto de tránsito del tráfico de cocaína entre Europa y Latinoamérica, según las Naciones Unidas.
Raimundo Pereira, el que ha sido presidente interino, ha descrito estas elecciones como un paso importante hacia la estabilidad, e hizo un llamamiento a la participación, “me gustaría pedir a los ciudadanos de Guinea Bissau que voten porque estas elecciones son muy importantes para la normalización del país”, declaró ante la prensa después de haber depositado su propio voto en la urna.
En el distrito de Bario Militaro, en la carretera hacia el aeropuerto, los votantes esperaban su turno para votar sentados en bancos de madera, a la sombra de un árbol de mango. “Voy a votar y espero que no haya más guerra”, decía Oumar Soumare, un panadero que hacía la cola.
En el distrito de septiembre, en el corazón de la capital de Guinea Bissau, un funcionario declaraba “No hemos recibido nuestros salarios de los últimos meses”.
Alrededor de 600.000 personas de los 1.300.000 habitantes del país, tenían derecho a votar.
Se han desplegado 150 observadores para supervisar las votaciones y alrededor de 3.600 policías y soldados estaban de servicio el día de las votaciones.
Los observadores se han mostrado escépticos con respecto a que el país esté preparado para llevar a cabo unas votaciones, después de los últimos resurgimientos de la violencia.
Para la organización africana de Derechos Humanos, Raddho, con sede en el vecino Senegal, “La actual atmosfera de miedo y terror no es favorable ni para la organización ni para la credibilidad de las elecciones”.
En un intento de asegurar que la operación se desarrollaba con calma, el bloque del África Occidental, ECOWAS anunció que había pagado a las fuerzas armadas del país los tres meses de atrasos que se les debía. Pero otros empleados del gobierno todavía están esperando sus salarios después de tres meses sin cobrar.
Guinea Bissau ocupa el número 175, de 177, en el informe de desarrollo humano que publica el programa de desarrollo de Naciones Unidas.
Los 5.1 millones de euros que han costado las elecciones han sido pagados íntegramente por países donantes.
La antigua colonia portuguesa, que obtuvo la independencia en 1974, se ve abrumada y debilitada por el tráfico internacional de drogas, que los observadores aseguran que ha elevado los intereses por el poder de políticos y militares.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 29-06-09)