Burkina: La campaña agrícola de 2011 se prevé mediocre , por Maurice Oudet, Presidente del SEDELAN

28/10/2011 | Bitácora africana

Algunas lecciones de la última campaña agrícola (2011)

El pasado lunes, 17 de octubre 2011, estuve en Kubri. Fui a reunirme con unos treinta agricultores para reflexionar sobre la última campaña agrícola y buscar juntos soluciones para depender menos de la lluvia. Los agricultores se quejaban de que el maíz no dio bien a causa de la falta de lluvia. Durante el descanso, uno de ellos me dijo que él no se quejaba, su cosecha había sido muy buena.

Después del descanso, tratamos de comprender por qué su maíz había dado bien, mientras que los demás no había cosechado nada. Pensé que habría sembrado antes que los demás, ¡pero no! Todos habían sembrado el 20 de julio. ¿De dónde venían, pues, esos resultados diferentes? ¿Había recibido «semillas mejoradas»?. No, había sembrado las mismas que los demás. ¿Por qué a él le acompañó la suerte y a los otros no?

No, no se trataba de suerte sino de trabajo. Había preparado y esparcido en su campo 60 carretas de estiércol orgánico. De ese modo, la tierra bien alimentada y el campo reconstituido pudieron retener el agua y alimentar las simientes, y sus plantas pudieron sortear sin mayor dificultad los pequeños períodos de sequía que tanto habían hecho sufrir a los otros campos de maíz. Es evidente que un suelo fértil retiene mejor el agua que una tierra cansada, y es capaz de alimentar las simientes que se le ofrezcan.

Tres días después, en Kudugu, nos visitó un agrónomo, antiguo diputado de Nuna. Él también se quejaba de la escasez de lluvias en la última campaña agrícola. En particular, estaba preocupado por los agricultores de la región que se habían beneficiado de una ayuda de la FAO y habían recibido «simientes mejoradas» de maíz. La mayoría no había recogido ni una sola mazorca de calidad. ¡Todo se quemó! ¡Todo se secó! Y, para beneficiarse de estas «simientes mejoradas», tuvieron que pagar 1 000 F y comprometerse a devolver (de su cosecha) la misma cantidad de maíz que recibieron como simiente. Por ejemplo, los que recibieron un saco de 100 kg de simiente, debían restituir uno de 100 kg de su cosecha. Pero si la cosecha es nula… ¿Qué hacer?
¡Aquí también, caben unas preguntas! Para un experto de la FAO, una simiente mejorada es una simiente capaz de ofrecer mejor rendimiento que las simientes tradicionales de los agricultores y se olvida de que las semillas de los agricultores son también «simientes mejoradas». Pero, el criterio de los agricultores, no es sólo el del rendimiento. Para un agricultor, una buena semilla es, ante todo, una semilla adaptada a sus campos (a la calidad del suelo de sus campos, a veces, cansados) y a las lluvias inestables de la región. ¿Se han preguntado por qué estos agricultores que recibieron las semillas mejoradas de maíz sembraron también sorgo y mijo? El rendimiento del mijo es siempre pobre, pero ¡casi nunca nulo! El mijo se adapta a la escasez de lluvias, ¡lo que no sabe hacer el maíz!

Antes de distribuir esas semillas mejoradas, ¿se hizo saber claramente a los agricultores lo que necesitaban esas nuevas semillas? Para que esta clase de simiente dé lo que es capaz de dar, hay que ofrecerle lo que necesita. Y, en la mayoría de los casos, esas famosas simientes mejoradas son muy exigentes. Necesitan un buen suelo, bien alimentado y capaz de retener el agua. ¡Tampoco ahí, existen milagros! ¡La agricultura es un sistema! No basta con cambiar un elemento (en este caso, la simiente) para obtener mejores resultados. Sobre este tema, leer nuestra carta del 16 de junio de 2009:

«¡El uso correcto de las simientes mejoradas! »

Como escribía anteriormente, los agricultores tienen derecho a mayor respeto.

Autor

  • Oudet, Mauricio

    Nacido en 1944, trabajó como cooperante en Alto Volta (Actual Burkina Fasso en 1966-67 . Ordenado sacerdote en 1971 , es Misionero de África. Nombrado en Burkina Fasso en 1972. Presidente del SEDELAN . Servicio de ediciónn lenguas nacionales de Burkina Faso

    Este servicio nació en 1997 por iniciativa del P. Maurice OUDET, para dar una respuesta a las necesidades de información y de formación del mundo rural.
    Su sede se encuentra en el edificio de la Comunidad de los Misioneros de África en Kudugu.

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