Burkina Faso: ¿Hacia un segundo levantamiento?

9/07/2015 | Opinión

A prácticamente tres meses de las primeras elecciones democráticas libres, Burkina Faso sigue buscando puntos de referencia. El Regimiento de Seguridad Presidencial (RSP), que debería haber sido solo un mediador en la gobernación, ha elegido este periodo para recordar su invasiva presencia en la vida pública nacional. Como había prometido, en este periodo he vuelto para dar mi opinión sobre las fortalezas y debilidades de los partidos políticos que compiten por la presidencia. Prefiero enfocarme en las consecuencias que el ambiente socio-político podría tener en nuestro país.
Durante un debate casual, alguien compartió conmigo una reflexión que yo quiero compartir con vosotros: “tras los acontecimientos de octubre 2014, les dimos la llave de nuestras casas en un plato de oro y no encontraron mejor forma de recompensarnos que dejando entrar el diablo”. Es cierto que no soy partidario de todas esas tesis ni de los argumentos que la sostienen, pero estoy de acuerdo en que no estamos muy lejos de encontrarnos en un escenario así. Parece que estamos entre dos fuerzas que se detestan la una a la otra, pero que intentan constantemente ver quien es la más fuerte, claro que siempre guardando la verdad de Renan: Nadie debe reinar bajo la exclusión de su opuesto; ninguna fuerza puede suprimir a las otras. La harmonía de la humanidad resulta en la libre emisión de las opiniones más discordantes´. Todo análisis que se haga bien hoy en día tendrá en cuenta que el RSP es verdaderamente lo contrario al “ZIDA político” que él ha creado. Pero, contrariamente a las apariencias, ZIDA necesita al RSP que le nombró rey, ya que inversamente a la opinión de algunos religiosos que parecen haber entrado accidentalmente en el juego político, la imagen que percibimos de él, es la de un hombre totalmente aislado. Al igual que el RSP necesita a ZIDA como un baluarte contra un pueblo que ya no quiere oír hablar de las reliquias del régimen de Compaoré.

El problema es que “la conciencia de una nación reside en la parte ilustrada de la nación, la cual entrena y comanda al resto” (Renan), sin embargo, es esta conciencia política ilustrada la que ha decidido,por puro egoísmo, dejar el poder en las manos, no del ejercito, sino de una simple unidad sin capacidades políticas. De aquí la pregunta de saber si hay que dejar que algunos de estos ilustrados, que SANKARA calificó como personas sin formación política ni ideológica, gobiernen el Estado bajo el falso pretexto que su estructura (RSP) constituye la élite. Mi respuesta es claramente que no. Me expreso hoy porque soy nada más que un ciudadano y mi palabra cuenta igual que cualquier otra persona, sea cual sea su función en el Estado. Aunque sean la élite, se trata de una élite operacional, no estratégica. Razón de más para que esta estructura no interfiera en la esfera estratégica del Estado.

Para establecer correctamente el debate, tenemos que recordar la sabiduría del Profesor Mahamadé SAVADOGO que reconoció que “nadie es capaz, fuera de la confrontación de su propio juicio, de asegurar la validez de sus decisiones. Ni una reunión de especialistas, ni un círculo interior, ni una especie de ´ jardín de Epicuro´, donde las más grandes mentes se encontraban, para decidir sobre una cuestión nada es en derecho más correcto que la aprobación popular. El desprecio de los representantes institucionales hacia el pueblo es insoportable”. Hay que negar a KAFANDO y ZIDA la capacidad de convertir sus sueños en una simple estructura operacional de políticas públicas de defensa nacional, ya que la voluntad popular rechaza esta estructura.

En cualquier caso, se teme sobre el futuro de ZIDA tras la Transición, después de esta interminable enemistad. Se teme sobretodo, que sus antiguos colegas cambien en sus hábitos de hacerle rendir cuentas a su manera, antes o después de la Transición. La situación es tan grave que se merece un análisis en frío, para que el fin de la Transición no le quite el sueño a ninguno, ni siquiera a ZIDA. Este problema no debería afrontarse con los tratamientos superficiales que le habían sido reservados en el primer trimestre de 2015.

Mi previsión del levantamiento, confirma aún más mis análisis del 23 de junio de 2014 (autopsia pre-mortem de la 4ª República). Las mismas señales y causas producen los mismos efectos, no hay que perder de vista que el 3 de enero de 2016, celebración del 50 aniversario del levantamiento del 3 de enero 1966 y del 30 de octubre de 2015, conmemoran la huida catastrófica de Blaise y sus acompañantes, que fueron tan sensibles y decisivos en el futuro del país, que hay ciertos índices que muestran que estas celebraciones pueden ser explosivas.

Y por una buena razón ¡Nuestros gobernantes nos juraron que todo cambiaría, y pareció que harían más, pero siguieron el mismo camino. La autocracia fue sustituida por la anarquía, debido a la ausencia de una sinfonía armoniosa en la parte superior del Estado, sembrando la duda en los ciudadanos de quien gobierna realmente el país. Mientras que algunos pensaban que el presidente KAFANDO tenía las riendas del juego, el ciudadano lambda daba las riendas del poder a ZIDA. Pude leer las quejas de un usuario muy enfadado en un servicio público: “ZIDA se tiene que levantar y abrir los ojos a la administración porque sino habrá problemas”, olvidando que ZIDA se estaba buscando así mismo. Todas estas señales que parecen inocuas, deben de ser estudiadas por los meteorólogos de la vida socio-política, para que detecten posibles cumulonimbus políticos, que son portadores de gérmenes que degradan el clima social. De esta forma, cada uno podrá tomar conciencia de la situación.

A día de hoy, podríamos considerar como peligroso, la desilusión de la mayoría de jóvenes insurgentes del 30 y 31 de octubre de 2014, que vieron como su felicidad y el cambio que habían deseado se esfumaba tras algunos actos.

Desde un punto de vista político, esta decepción llega tras un increíble fracaso de una oferta política que resultó en el nacimiento del Movimiento del Pueblo para el Progreso (MPP) en enero de 2014. Todo el mundo sabe que el rol de este partido es la movilización de la juventud por el levantamiento del 30 y 31 de octubre 2014. Los jóvenes se enfadaron después que el partido del Congreso para la Democracia y el Progreso (CDP) no les posicionara en sus órganos de gobierno, como les había prometido, y el resultado fue que La Unión por el Progreso y el Cambio (UPC), que había perdido la estima del pueblo al aparecer el MPP, se permitiese el lujo de acabar primero en algunos sondeos.

Ya lo vimos con Jacques Focart, Charles Pasqua y otros, que siempre se tiende a implementar los mismo métodos de gobierno, sin integrar parámetros dinámicos de espacio, de tiempo y sobretodo sin tener en cuenta las variaciones de la ´materia política´ (los ciudadanos, los jóvenes, el nivel intelectual, el nivel de educación política y una mente más liberal son ignorados en Burkina Faso). Por lo tanto, no es sorprendente que algunos partidos nacidos de la dislocación del CDP o sus afiliados, se crean obligados a seguir estos mismos métodos (la compra de conciencia, la distribución de coches y de diferentes materiales y dinero, etc.). Esto es lo único que han conocido después de un cuarto de siglo. Estos métodos son insostenibles a día de hoy. ¿Quién les abrirá los ojos? Como dice le Faso Autrement, es hora de cambiar la política.

Ha sido por ignorar estos sabios consejos y por haber querido persistir en utilizar una política nostálgica, que Yamba Malick SAWADOGO del partido MPP ha introducido en el lenguaje político una política corporativista que es impropia. Afortunadamente estos ´bomberos de la República´ se han precipitado a apagar el fuego que amenazaba con destruir la estabilidad social. Todo esto inspira a adoptar una ley que no prohíba la comunicación entre los partidos políticos en los sectores socio profesionales y que rija el activismo social y profesional, para evitar que los partidos políticos siembren ese germen que produce una división social y acaba con el trabajo de más de 8 horas diarias.

Estos esfuerzos de la sociedad civil de intentar acabar con el clan de Compaoré, han sido ignorados. Tras haber experimentado un poco de poder, han dejado de ocuparse de las bases, del ´país real´, para soñar con otras ambiciones, deshaciéndose así de su retórica populista. La prueba es que ningún movimiento puede presumir de movilizar a la gente bajo sus palabras. Se puede constatar si vemos los últimos llamamientos y las escasas conferencias de prensa que no han conseguido ninguna movilización.

La única opción que queda actualmente es el pretexto de conmemoración del 30 y 31 de octubre de 2015 y el del 6 de enero de 2016. Será la OSC quien inspirados por esta sensibilidad intentarán devolver la popularidad, pero sin duda los Estado Mayor ya estarán trabajando duro para arrebatar este precioso pastel. La pregunta es cómo procederán. El riesgo es que pueda llevar a un segundo levantamiento que puede liberar al país de las reliquias del régimen de Comparoé, una misión en la que fracasó la Transición, o puede que prolongue el caos en Burkina, por la simple razón que la Transición ha perdido toda credibilidad por su entusiasmo ante los grandes problemas que llevaron a la insurgencia y las fuerzas invisibles que sostienen conducido a fuerzas invisibles a los siervos del régimen depuesto para salvaguardar sus colosales intereses.

En primer lugar, todas las miradas que se fijaban en el discurso sobre la situación de la Nación (DSN) 2015 del Primer Ministro al Consejo Nacional de la Transición (CNT) el 12 de junio 2015, quedaron rápidamente desilusionadas por el hecho que ninguna parte hizo caso a la implementación del programa específico de la Transición ni al programa propuesto por Michel Kafando.

Todos los que violaron la Constitución a partir de 1997 debería haber tenido que sufrir las consecuencias de lo que la Constitución llama ´los delitos más graves´. Cabe recordar que estos delitos se pudieron cometer porque el RSP protegía a todos estos delincuentes.

Para finalizar, si hacemos un resumen, la transición no ha liberado al Estado del poder de las reliquias de Compaoré. El pretexto que utilizan para legitimar este hecho es que ´no se puede poner fin a un modelo de reinado que ha durado 27 años sin compartir ningún poder´. El problema está en que un reinado tendría que estar basado en un distribución de poderes con aspirantes fuertes que puedan introducir nuevas ideas. El régimen Compaoré tendría que escuchar a la voluntad popular que se levanta para reclamar justicia.

Ousmane Djiguemde

Fuente: NetAfrique.net

Traducción: Claudia Velilla Zuloaga

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