La energía solar puede mejorar la calidad de vida de los habitantes de las zonas rurales. Las experiencias realizadas en la Índia lo demuestran por el éxito que han tenido allí donde otros proyectos habían fracasado.
El programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente
Con la colaboración financiera de los grandes bancos nacionales, se pudo beneficiar, hace ya algunos años, a más de 100.000 personas de las zonas más pobres de varias horas de electricidad por las noches.
Un proyecto piloto de 5 millones de $ US convenció a los banqueros a consentir préstamos de 300 y 500 $ US para instalar sistemas que permiten iluminar de 2 a 4 bombillas. Esas hora de electricidad han mejorado la calidad de vida de las aldeas, aumentando el rendimiento escolar, la productividad de los talleres de costura, la presentación de los productos de los puestos del mercado, que no están contaminados por el humo de las lámparas de petróleo de mala calidad.
Este proyecto ha contribuido a crear puestos de trabajo, tanto en la producción de los paneles solera, como es su instalación y mantenimiento.
La experiencia de Burkina Faso
Desde hace algunos años, algunas ONGs intentan introducir cocinas y hornos solares, para luchar contra la desertificación causada por la tala de los árboles para leña. Estas iniciativas no han dado grandes resultados, quizás por venir del exterior y porque se adaptan difícilmente a la manera tradicional de preparar la masa de mijo o maíz. El imprescindible “tô” de cada día.
En algunas instituciones privilegiadas, como colegios o misiones, se han instalado placas o paneles fotovoltáicos para tener algunas horas de electricidad o agua caliente. Pero el coste es prohibitivo para los campesinos de a pie. Casi siempre la financiación ha venido del exterior.
Ahora algo podía cambiar, gracias al nuevo programa de las UN para el Desarrollo, que apoya las iniciativas para la utilización de energías alternativas mediante la formación de mujeres rurales en las técnicas de la energía solar.
El Colegio PIES DESCALZOS
El Barefoot College, que fue fundado en 1972 por Bunker Roy. Su filosofía y programa se inspiran en el pensamiento de Gandhi, que sostiene que las habilidades y sabiduría ancestrales deben ser utilizadas para el desarrollo sin depender del exterior y las nuevas tecnologías tienen que estar bajo el control de las comunidades pobres para no depender de otros que los exploten. Este centro está construido con materiales locales y conocimientos transmitido por tradición.
Cómo se ha beneficiado BF
En este país saheliano, el PNUD financió en 2010 seis mini-proyectos para la formación de seis mujeres y el material necesario que permitiera a 600 familias campesinas tener luz en las calles, en las escuelas nocturnas, en los centros de alfabetización de adultos y los dispensarios y maternidades de sus poblados.
En 2010, seis mujeres rurales, que habían frecuentado poco la escuela, representado a seis provincias del país, fueron elegidas para ir a formarse a la Índia. Esta ha sido ¡la gran aventura de su vida!
Belkisa, Awa, Asiata, Yeri Sali, Tinga y Habitu adquirieron su saber ser y su saber estar en la lucha de cada día para sobrevivir y ayudar a sus comunidades a mejorar. Las seis tienen gran experiencia como animadoras rurales.
De la Índia sólo sabían que estaba muy lejos, lejos, que sólo se podía ir en avión, que allí viven muchísimos millones de gentes con costumbres extrañas, que no se parecen en nada a las de Burkina. Alguien les preguntó en el aeropuerto, si tenían miedo. He aquí su respuesta:”Estamos en las manos de Dios y tenemos que demostrar de lo que somos capaces de hacer las mujeres.”
Después de seis meses en Tilonia, el 18 de marzo de 2011 llegaron en avión a Uagadugú, la capital de BF. Fueron recibidas por las autoridades en el aeropuerto. Varios periódicos dieron la noticia. Todavía aturdidas por el largo viaje fueron conducidas al salón de conferencias del PNUD para la ceremonia oficial de acogida. Estas mujeres han demostrado gran valor para embarcarse en tamaña aventura y volver de la Índia formadas como técnicas de energía solar. Todos han admirado su capacidad de adaptación y su facilidad para aprender, regresando dispuestas a transmitir a otras mujeres lo que aprendieron en Tilonia.
Las realizaciones de la Índia fundamentan nuestra esperanza
Desde 1989, el Colegio PIES DESCALZOS, institución es pionera en la electrificación de las aldeas rurales. Forma a mujeres y a jóvenes en la instalación de paneles solares y el mantenimiento de las baterías en los poblados que carecen de luz eléctrica. Permitiendo así el desarrollo de actividades por la noche.
Como en la India coexisten muchas lenguas y pocos conocen el inglés, la pedagogía es particularmente activa, dominada por lo visual y la práctica, para salvar las barreras lingüísticas. Aprender a diferenciar las piezas por el color y la forma. Los gestos remplazan a las palabras. Los alumnos y alumnas aprenden a fabricar circuitos y lámparas solares, a conectar correctamente los módulos a las baterías y a las lámparas y reguladores de carga y se entrenan en la reparación.
En 2007, se habían instalado en la Índia más de 8.000 unidades solares, que generaban 500 kilowatios (KW) cada día y se habían fabricado 4.500 linternas solares. Cerca de 100.000 personas de 570 pueblos se beneficiaban de la electricidad generada por el sol, sin la ayuda de profesionales urbanos.
Globalización del proyecto
Ante estos éxitos el Colegio decidió abrirse a otros países en desarrollo. Entre los que ya han beneficiado de esta formación podemos citar a Etiopía, Malí, Mauritania, Ruanda, Sierra Leona, Senegal, Yibuti, Sudán y Burkina Faso.
La sra. Mandiula Syl-la es un ejemplo de éxito. Madre de 5 hijos, dejó muy pronto la escuela, porque sus padres la casaron de niña. Vive en un pueblo pequeño de Senegal. Muy activa y comprometida con su comunidad, tuvo la suerte de beneficiarse de un programa de formación ofrecido por la ONG Tostan y sus compañeras la eligieron para ir a formarse al Colegio PIES DESCALZOS.
Después de 6 meses en la Índia, regresó a su aldea Dindefelo y a partir de ese momento trabaja como técnica en energía solar. Gracias a ella 50 casas gozan de electricidad. Su familia la apoya y está orgullosa del trabajo que realiza cada día. Hacemos votos para que esta media docena de mujeres triunfen como ella y declaramos que el Colegio PIES DESCALZOS es buena fábrica de locomotoras.