La Agencia Fides ha informado que, según las fuentes locales, la localidad de Bukavu, capital de Kivu Sur, en la República Democrática del Congo (RDC), está enfrentando una crisis humanitaria aguda con altos niveles de inseguridad alimentaria y desgobierno. La ciudad, abandonada por las autoridades estatales, registra tasas de desnutrición infantil que superan el 30 % y un colapso de los servicios básicos, donde el 70 % de la población carece de acceso regular a agua potable. El deterioro se agrava por la presencia de más de 120 grupos armados activos en la región, que controlan las rutas de suministros y extorsionan a los comerciantes, provocando que los precios de alimentos básicos hayan aumentado un 250 % en los últimos seis meses.
Misioneros locales denuncian que la ayuda humanitaria es interceptada sistemáticamente, mientras la ONU reporta que el 85 % de los habitantes sobrevive con menos de 1 dólar diario. Esta situación se enmarca en el conflicto crónico del este congoleño, donde la inestabilidad persiste pese a la presencia de fuerzas de paz de la MONUSCO, cuya efectividad es cuestionada por la población. Las organizaciones católicas, principales proveedoras de asistencia en la región, exigen la acción internacional urgente ante lo que califican como «una catástrofe humanitaria silenciosa».
