Botsuana, que un día fue el primer destino de safaris de África, ha declarado que prohibirá la caza comercial de animales salvajes, porque ha descendido la población de animales.
El gobierno ha decidido “suspender indefinidamente la caza comercial de animales salvajes en las zonas públicas o controladas” a partir del 1 de enero de 2014, según ha dicho el ministro de Medioambiente en un comunicado.
El gobierno del país rico en diamantes ha declarado que matar a animales salvajes por deporte “ya no es considerado compatible ni con nuestro compromiso nacional con la conservación de la fauna nacional ni, a largo plazo, con el crecimiento de la industria del turismo nacional”.
El turismo contribuye con el 12% al producto interior bruto de Botsuana.
Las concesiones de caza en el vasto país del África austral existen actualmente en el Delta del Okavango, y en parques de la región del Kalahari, famosa por sus instalaciones de turismo de lujo.
El país cuenta con un gran número de animales de caza mayor como elefantes, leones y búfalos, pero el gobierno ha expresado su preocupación por el enorme declive de algunas especies. “Si se deja sin prohibir, este declive supone una amenaza tanto a la conservación de nuestro patrimonio natural como a largo plazo, la fortaleza de la industria nacional de turismo, que actualmente ocupa el segundo lugar después de la producción de diamantes, en términos de ingresos de beneficios del estado”, aseguró el ministro.
El comunicado añade que las licencias individuales para caza específica, en circunstancias específicas, serán estudiadas.
La prohibición ya fue anunciada por el presidente Ian Khama, en su discurso del estado de la nación, el mes pasado.
Anteriormente, este mismo año, el rey de España, Juan Carlos, de 74 años de edad, viajó a lo que se convirtió en una infame cacería de elefantes, en la región del norte de Bostsuana, Okavango.
El viaje atrajo críticas generalizadas en su país, que luchaba contra el declive económico.
Su expedición fue interrumpida cuando sufrió una lesión de cadera.
(Africa Review, Kenia, 29-11-12)