Bosco Ntaganda: perfil y «hazañas» de un criminal

18/04/2012 | Opinión

El general congoleño Bosco Ntaganda es objeto desde hace varios años de un mandato de arresto internacional lanzado por la Corte Penal Internacional (CPI) de la Haya. Se le acusa de haber cometido masacres étnicas, asesinatos, violencias sexuales, torturas y reclutamiento de niños soldado, en el este de la RD Congo (Ituri, Kivu-Norte, Kivu-Sur).

Bernard Ntaganda nació en 1973 en Kinigi, Ruanda y siendo adolescente huyó al Zaïre (hoy RDC) como consecuencia de la política anti-tutsi ruandesa. Su carrera militar comenzó en 1990 al alistarse en el FPR (Frente Patriótico Ruandés), que invadió desde bases ugandeses Ruanda en octubre de ese año y estaba dirigido por Paul Kagame, actualmente presidente de Ruanda. Tras el genocidio de los tutsi y la victoria del FPR en julio de 1994, Bernard Ntaganda se integró en el ejército oficial ruandés y participó en 1996 en la invasión ruandesa del Zaïre, que supuso el derrocamiento del dictador Mobutu y la toma del poder de Laurent Kabila en Kinshasa. Cuando en agosto de 1998 se produjo una nueva invasión ruandesa desde Goma, Ntaganda se unió a las tropas del RCD (Reagrupamiento Congoleño por la Democracia), movimiento político-militar creado y financiado por Ruanda. Como se sabe, esta invasión fue calificada como la 1ª guerra mundial africana, dado el número de países africanos que intervinieron en ella. El RCD ocupó todo el este de la RDC y explotó directamente sus recursos minerales, esencialmente mineros, hasta el acuerdo global inclusivo firmado entre beligerantes en diciembre de 2002. Ntaganda rechazó la acordada integración de beligerantes en las estructuras regulares del Congo y optó por formar parte de diversos grupos rebeldes y en el año 2002 se integró en la UPC (Unión de Patriotas Congoleños) en el distrito de Ituri. Bernard Ntaganda se convirtió en el jefe de operaciones militares de la UPC y estuvo implicado en gran número de atentados a los derechos humanos: masacres, torturas, violaciones. Thomas Lubanga, líder máximo de la UPC ha sido condenado por la CPI en marzo de 2012 como culpable de reclutamiento de niños soldado. Nataganda estaba coacusado en este juicio.

Como consecuencia de tensiones internas, Bernard Ntaganda abandonó la UPC en 2006 y se convirtió en jefe de estado mayor del CNDP (Congreso Nacional por la Defensa del Pueblo), otro grupo rebelde, creado, apoyado y tutelado por Kigali, constituido fundamentalmente por tutsi y dirigido por Laurent Nkunda. Este movimiento político-militar controló gran parte de la provincia del Kivu-Norte, saliendo casi siempre victorioso de los enfrentamientos con el ejército regular congoleño (FARDC- Fuerzas Armadas de la RDC), que nunca logró establecer plenamente la autoridad del Estado en esta zona. Esta inestabilidad permanente fue directamente fomentada por Ruanda y sus peones congoleños.

En enero de 2009, se firmó un sorprendente acuerdo entre las autoridades congoleñas y ruandesas; Ntaganda, apoyado por Ruanda, destituyó a Nkunda y se hizo con el control del CNDP, aceptando integrar todos sus efectivos en las FARDC. Como premio por haber puesto fin a la rebelión, fue nombrado general del ejército congoleño y sub-comandante de las operaciones militares en el este de la RD Congo. Este nombramiento causó estupor en la sociedad civil de Ituri y los Kivus. 51 organizaciones escribieron al presidente Kabila: “No podemos olvidar las desgracias que Bosco Ntaganda nos ha causado durante varios años, masacrando a miles de personas de Ituri sin piedad y sin ningún sentido de la humanidad. Llevamos encima cicatrices indelebles. Debemos honrar la memoria de las personas que hemos perdido gritando que nunca más se produzcan esas matanzas y enviando una señal clara para que quienes son culpables de tales crímenes sean juzgados. Es preciso que las generaciones futuras sepan no sólo que hemos sufrido sino también que hemos actuado para poner fin a los sufrimientos, luchando a favor de una justicia equitativa” .

Crímenes cometidos cuando B mandaba tropas rebeldes en Ituri y en Kivu-norte

Bernard Ntaganda está implicado en los más horribles crímenes perpetrados en estos últimos años en el este de la RDC. Además de la acusación de reclutamiento de niños-soldado en Ituri, Ntagnada está acusado de estar al frente de las tropas de la UPC responsables del asesinato de al menos a 800 civiles en Mongbwalu y aldeas próximas en noviembre-diciembre de 2002. La operación para controlar este pueblo estratégico en la extracción de oro, duró 6 días, durante los cuales se eliminó siguiendo criterios étnicos a muchos civiles, se persiguió a quienes trataban de refugiarse en la selva. Civiles de la etnia lendu fueron matados a golpes de martillo o decapitados. Niños-soldado han declarado ante la CPI y han descrito cómo Ntaganda dirigía alguno de estos ataques. Igualmente, Ntaganda, en el periodo en que formaba parte de la UPC, está implicado en una campaña de detenciones arbitrarias, ejecuciones sumarias y desapariciones de decenas de civiles en Mongbwalu y Bunia (capital del Ituri). HRW ha colectado informaciones sobre más de 100 personas víctimas de esta campaña (“caza del hombre”).

La implicación presunta de Ntaganda en atrocidades se mantiene cuando se unió al grupo rebelde CNDP. Las tropas de este movimiento, bajo el mando de Ntaganda, mataron en noviembre de 2008 a unas 150 personas en la aldea Kiwanja. Los soldados fueron de casa en casa, a la búsqueda de jóvenes y adolescentes sospechosos de ser combatientes enemigos; derribaron puertas, exigieron dinero y móviles, masacrando a hombres y jóvenes ante sus familias o en las calles. También fueron asesinadas mujeres, concretamente las que trataban de proteger a miembros de sus familias. Bernard Ntagnada estaba presente durante esta masacre de Kiwanja. Lo muestra una secuencia de video filmada por periodistas internacionales en la que se le ve dando órdenes a sus tropas en Kiwanja el 5 de noviembre de 2008, día de la masacre. Investigadores de la ONU han concluido que numerosos asesinatos eran “ordenados y supervisados por el mando del CNDP”.

Crímenes cometidos como general del ejército congoleño

En el contexto de la masacre de Kiwanja, Ntaganda habría secuestrado a dos muchachas adolescentes, de 15 y 16 años, llevándolas a la fuerza hasta un campamento del CNDP en Rutshuru para convertirlas en «esposas». Fueron violadas; una de ellas logró huir y según explicó a HRW tuvo que vivir en la clandestinidad ya que era buscada por soldados de Ntaganda. Otros testimonios recogidos por HRW señalan que era práctica habitual de Ntaganda forzar a mujeres jóvenes o muchachas a convertirse en “esposas” cuando ocupaba una nueva posición militar.

Bernard Ntaganda siguió cometiendo violaciones de los derechos humano tras ser nombrado general de las FARDC y sub-comandante de las operaciones militares en el este de la RDC en los inicio de 2009. Ha creado una estructura paralela con los antiguos soldados del CNDP que le son fieles antes que serlo a la jerarquía militar del ejército regular. Ha expulsado a numerosos jefes locales (llegando incluso en algún caso a su eliminación física) sustituyéndolos por otros que le son fieles.

Las tropas fieles a Ntaganda han llevado a cabo numerosos ataques contra civiles. El objetivo de muchas de estas operaciones ha sido lograr el control de tierras agrícolas fértiles, forzando el abandono de agricultores hutu y hunde para que sus propiedades fueran ocupadas por ganaderos tutsi y sus rebaños de vacas. En 2009 tropas bajo su mando asesinaron deliberadamente al menos 270 civiles en la zona entre Nyabiondo y Pinga, al oeste de Masisi. Human Rights Watch pudo documentar 25 ataques, que causaron la muerte de unos 105 civiles, contra aldeas en esa misma zona durante los 6 primeros meses de 2010. Según soldados de las FARDC interrogados, Ntaganda asumía el mando en esos ataques.

Los ataques ligados al control de las tierras han continuado a lo largo de 2011 y principios de 2012, resolviendo los litigios sobre posesión o acceso a la tierra por la fuerza, mediante el asesinato, incendio de viviendas y otras violaciones.

Asesinatos selectivos, desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias

A partir de enero de 2010, Bernard Ntaganda inició una brutal campaña con el objetivo de eliminar cualquier persona que él estimaba estar contra de él. Los elegidos fueron sobre todo militantes de la sociedad civil que denunciaban sus fechorías y reclamaban su detención. HRW ha podido documentar al menos 20 asesinatos de este tipo, 2 tentativas, 4 desapariciones, 18 secuestros, desde enero de 2010, en los que Ntaganda está directa o indirectamente implicado. Por otra parte, decenas de personas han sido intimidadas y obligadas a vivir en la clandestinidad. Muchos de estos incidentes se han producido en los países vecinos, Ruanda y Uganda.

Una de estas personas, blanco de la campaña de eliminación, ha sido Silvestre Bwira Kyahi, presidente de la sociedad civil de Masisi. Fue secuestrado en Goma el 24 de agosto de 2010 y encerrado durante una semana en una cárcel subterránea. Vivía clandestinamente desde que recibió una llamada telefónica amenazante del secretario de Ntaganda, a causa de una carta que había escrito al presidente Kabila denunciando las tropelías de las tropas al mando de Ntaganda y reclamando la detención de éste, tal como exigía la CPI. Se le mantuvo con los ojos vendados, atado a una pilastra y fue golpeado repetidamente. Como consecuencia de la presión ejercida por la sociedad civil y por defensores de los derechos humanos se le concedió “la libertad provisional” y ha podido recibir atención sanitaria.

Uno de los asesinatos más mediatizados fue el del teniente-coronel Antoine Balibuno, que en su día perteneció al círculo íntimo de Laurent Nkunda y se opuso al liderazgo de Ntaganda en el CNDP. Fue abatido en el centro de la ciudad de Goma el 14 de septiembre de 2010. Varios oficiales de las FARDC han declarado que quien ordenó este asesinato fue Bernard Ntaganda. Otras personas, desaparecidas o asesinadas por ser consideradas una amenaza para Ntaganda tienen un perfil más discreto.

Reclutamiento de niños-soldado

Aunque la acusación por la que la CPI lanzó en su día el mandato de arresto internacional contra Ntaganda es el reclutamiento y utilización de niños-soldado, el hecho es que este crimen ha seguido siendo cometido. A finales de 2010, según informes recibidos por HRW, se produjo una oleada de alistamiento forzoso de al menos 121 menores de 18 años en las provincias del Kivu, y todo parece indicar el número de reclutados fue muy superior a esa cifra.

A mediados de noviembre de 2010, en la zona de Kithanga, oficiales fieles a Ntaganda visitaron centros escolares y elaboraron lista de muchachos de 15 a 20 años. Posteriormente, secuestraron a jóvenes de las escuelas, de las viviendas, del campo, o cuando iban o volvían de los colegios; fueron reclutados a la fuerza. El 15 de noviembre, en el pueblo de Charamba, 7 jóvenes fueron secuestrados en un terreno de fútbol. Un número elevado de muchachos se ha visto obligado a esconderse en el bosque o ha tratado de huir a las ciudades para escapar del reclutamiento forzoso.


Ingerencia en la justicia y en las elecciones

Implicación en el contrabando de minerales

La influencia de Ntaganda en la vida militar y política de la región ha llegado hasta a interferir en el sistema judicial y en el proceso electoral congoleño. Le consta a HRW que al menos en nueve casos Ntaganda ha impedido que personas que le son fieles fueran llevadas ante los jueces y las ha protegido contra posibles detenciones. Uno de los casos más flagrantes de intervención fue el del teniente-coronel, detenido el 7 de mayo de 2009 por violación, encarcelado el su base militar en Rutshuru. Se evadió dos días después gracias al apoyo y protección de Ntaganda según testimonio de militares congoleños interrogados por HRW; fue condenado en rebeldía por un tribunal militar y Ntaganda sigue protegiéndolo para que no sea detenido.

Ntaganda se ha inmiscuido en el proceso electoral de noviembre de 2011, apoyando a los miembros de su partido CNDP (rama política legalizada del antiguo movimiento rebelde). Se dedicó a amedrentar y amenazar a candidatos de otras fuerzas políticas y a impedir que hicieran campaña. En agosto de 2011, un jefe local, Kapenda Muhima, fue abatido, al parecer por órdenes de Ntaganga. El motivo fue, según declaraciones a HRW de personas próximas al asesinado, que había abandonado el CNPD y se había adherido cara a las elecciones a otra fuerza política. En el territorio de Masisi, antiguos rebeldes del CNDP fieles a Ntaganda actuaban en los colegios electorales como apoderados del partido, amenazaban a los representantes de otros partidos, a la vez que ejercían funciones de seguridad.

En múltiples ocasiones, Bernard Ntaganda ha sido acusado de estar implicado en el contrabando de recursos minerales por expertos de las Naciones Unidas, encargados de investigar el tráfico ilegal de armas y la explotación de recursos naturales congoleños. Desde 2005 está en la lista de sancionables de la ONU. La riqueza amasada por medio de estas actividades ilegales le ha permitido consolidar su poder y comprar la lealtad de otras autoridades militares; todo ello no hace sino favorecer y facilitar la continua violación de los derechos humanos.

Ramón Arozarena

Fuentes: Human Rights Wach (HRW) y Le Potentiel, 16.04.2012

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