Biopiratería: la venta de los lagos ugandeses a los inversores privados

16/05/2018 | Opinión

Los pescadores del distrito de Kabarole parecen haber denunciado un audaz acto de biopiratería al advertir a las autoridades que no podían acceder a los 53 lagos cráteres en los que habían pescado desde tiempos inmemoriales. En derecho esto se conoce como un derecho consuetudinario. No puede extinguirse simplemente colocando alambre de púas o apuntando con las armas. Pero eso es exactamente lo que intentó el Oficial de Pesca del Distrito de Kabarole cuando alquiló los 20 lagos a Ferdsult Engineering Services, que procedió a «reabastecer» algunos lagos y reclamar la propiedad de todos ellos.

Parece que se ha llegado a una solución en virtud de la cual las comunidades locales formarán una asociación y recaudarán dinero entre ellos para hacer su propio reabastecimiento (como lo han hecho en el pasado) sin la ayuda de vampiros inversores. El Consorcio de Uganda está informando a través de twitter sobre el proceso a medida que se desarrolla.

Mientras que la gente de Kabarole puede centrarse en sus derechos de pesca, es posible, de hecho probable, que les hayan robado mucho más. El potencial turístico de los lagos cráter no necesita explicación. Hay también potenciales activos biológicos. Se puede aprender mucho de la historia del Lago Bongoria en Kenia.

El lago Bongoria, en el brazo de Kenia del Valle del Rift, es un hábitat de organismos del tipo conocido como extremófilo. Los extremófilos pueden soportar calor extremo, frío (como en el Ártico), salinidad y acidez, como en el lago Bongoria. Como tales, pueden ser utilizados industrialmente. Se encontró que la variedad bongoriana es útil como agente en detergentes donde, al soportar el agua caliente, absorbe las manchas de vegetales y animales durante la colada. También se utilizan para suavizar y «lavar a piedra» mezclilla para producir el tipo que difiere del rígido duro para lavar el dril de algodón de los años 70.

landgrabbing-2.jpgCientíficos de Genencor International BV, una empresa holandesa, descubrieron extremófilos y sus usos potenciales. Sin el conocimiento de la mayoría de los kenianos, establecieron un campamento en el lago Bongoria y pasaron seis meses cosechando extremófilos. Al regresar a Europa, los clonaron y los vendieron a Procter & Gamble, los fabricantes de detergentes. Kenya Wildlife Services los llevó a juicio para una participación en los cientos de millones de dólares que habían ganado.

La selección de proyectos de desarrollo en Uganda depende de lo que sugiera cualquier emprendedor que pase. Como en la época colonial, cuando los colonialistas compraban grandes extensiones de tierra, expulsaban a los lugareños y se asentaban en ellas como inversión futura, así élites ugandesas adquieren derechos sobre activos nacionales y los venden a especuladores que pagan a los funcionarios públicos de forma individual y no al estado. Negarse a replantear este hecho sería un fracaso en patriotismo.

Después de haber sido despojado de empresas estatales y haber pedido prestado más dinero de lo que se puede, razonablemente esperar que el Estado pague, Uganda se queda solamente con su biodiversidad y sus recursos naturales. No es accidental que sean estos los que están actualmente en las noticias como fuente de controversia; extracción ilegal de arena, extracción ilegal de madera y venta de partes de las reservas forestales, recolección ilegal de suelo fértil de los bosques, caza de elefantes desde helicópteros y ahora la venta de los lagos.

La venta de los lagos se mencionó en el Parlamento, por primera vez en 2012, cuando el miembro del parlamento Lulume Bayiga lo planteó y el portavoz ordenó una investigación. Sus residentes, pescadores de las islas Damba, Taave, Kimmi, Mbivu, Bulago y Sowe, se habían quejado de que un inversor los había expulsado de la zona y habían confiscado sus artes de pesca.

Antes de eso, durante el periodo electoral de 2011, el líder del partido de oposición, Kizza Besigye, fue amenazado de arresto por «decir mentiras» por el candidato presidencial cuando Besigye informó al público que se estaban realizando transferencias clandestinas de bienes públicos.

Es una señal de nuestra apatía colectiva que estas acusaciones no fueran estudiadas, por lo que la venta de los lagos cráter de Kabarole llega ahora como un shock. Es que las autoridades no siempre están dispuestas a actuar. Hace algunos años, este escritor informó de la extracción ilegal de arena en la orilla del lago Victoria en Bbunga, un suburbio de Kampala. Una gran comunidad de mineros se establecieron allí y camiones llenos de arena fueron transportados a razón de ocho camiones por hora en el pico de la operación.

La Autoridad Nacional de Gestión Ambiental (Nema) envió un funcionario a quien ofrecí mostrar la zona. Me evitó llegando y marchándose treinta minutos antes de nuestra programada cita y no nos reunimos aunque habló con los mineros. Después de dos visitas infructuosas a las oficinas de la Nema y varios recordatorios telefónicos, otro funcionario de la Nema me informó con cierta brusquedad que la operación había sido regularizada y que se había otorgado a una persona una licencia para extraer la arena y, por lo tanto, ya no había motivo de queja. El oficial no pudo ser contactado porque había muerto. El área, anteriormente cubierta de papiro y actuando como un filtro para los diversos manantiales naturales en el área en la que muchos dependen para beber agua, es ahora una extensión estéril de polvo y malezas.

La Nema tuvo una mejor actuación en 2016 cuando, presuntamente, rechazó una evaluación de impacto ambiental respaldando una solicitud de Mango Tree Group, una compañía china, para extraer arena en y alrededor del Lago Victoria. Esas objeciones incluían el hecho de que alterar el nivel freático destruiría el ecosistema y devastaría los medios de subsistencia de los habitantes de las orillas del lago, por lo que es ilegal perturbar el lago y los lechos de los ríos.

El Grupo Mango, compañía que en su origen en Uganda se dedicó a la construcción de barcos, continuó con la extracción de la arena en el lago y en la orilla. Un periódico local citó al Director Ejecutivo de la Nema diciendo: «Inicialmente existían temores de que las actividades de la empresa pusieran en peligro nuestro medio ambiente y destruyeran los criaderos de peces a lo largo de las orillas del lago. Pero nuestro equipo técnico junto con el del distrito han establecido que no causarán ningún daño al medio ambiente». La Nema negó, en una edición posterior del mismo periódico, que hubiera cambiado su posición.

El Grupo Mango cuenta con el respaldo del general Caleb Akandwanaho, hermano del presidente Museveni, quien anunció que la extracción continuaría a pesar de las objeciones de la Nema. Akandwanaho (también conocido como Salim Saleh) agregó que la elección estaba entre el desempleo juvenil y la preservación de la arena.

La primera excusa, que el trabajo de extracción iba a dar paso a un muelle, fue reemplazada con la explicación de que la arena era necesaria para el nuevo Ferrocarril de ancho estándar.

Esto no explica por qué se debe otorgar a extranjeros la responsabilidad de satisfacer la creciente necesidad de materiales de construcción dado que el desempleo juvenil supera el 60%. Los mineros artesanales de arena en el humedal Lweera que están siendo expulsados por, todavía más chinos, han hecho la misma pregunta.

Finalmente, en enero de 2018 se anunció que, el ministro de Comercio e Industria, Michael Werikhe, había, finalmente, otorgado a Mango Tree Group una licencia para dragar arena del Lago Victoria. Esta vez, el proyecto se presenta como un muelle requerido para transportar pasajeros a Kenia y Tanzania, sugiriendo que la arena es simplemente un subproducto.

Claramente, la Nema no puede proteger el medio ambiente y su ejército de funcionarios es una sangría adicional para el tesoro. El Parlamento y el Ministerio de Recursos Naturales son igualmente impotentes. El gobierno local, encabezado por personas políticas designadas a dedo, no tiene nada que ofrecer. En este punto, corresponde intervenir al pueblo ugandés.

No es irracional solicitar una declaración del gobierno para confirmar que, de hecho, ningún miembro de alto rango del gobierno o individuos relacionados con ellos por razones de sangre u otras, tiene interés financiero en el Lago Victoria, Lago Edward, Lago Alberto, Lago Kyoga, el río Nilo o en Ferdsult, el pretendido arrendatario de Kabarole Crater Lakes. El público debe estar seguro de que tales bienes públicos no han sido asignados o hipotecados a inversores o acreedores, ya sean locales o extranjeros, y que no se planea dicha desinversión.

A partir de ahora, los funcionarios públicos deberían declarar su afiliación con inversores extranjeros.

Mary Serumaga

* Mary Serumaga es una escritora ugandesa.

Fuente: Pambazuka News

[Fundación Sur]


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