El gobierno beninés pretende dotarse de una policía comunitaria para asegurar y garantizar una seguridad eficaz a las poblaciones de los pueblos y ciudades del país.
“La implantación de la policía comunitaria pretende sustituir a la policía esencialmente reactiva y movilizada para misiones de mantenimiento del orden, una policía más anticipativa, más próxima y más a la imagen de la población y capaz de aportar respuestas satisfactorias a los atentados de los ciudadanos en materia de seguridad por la movilización de todas las posibilidades de prevención, disuasión y represión”, ha señalado el ministro de Interior y Seguridad de Benín, Benoît Dégla.
Según él, esta policía de proximidad se basa principalmente en unos pilares que son principalmente la prevención y la proximidad, es decir, el mundo de la intervención y la cooperación que implica una asociación entre las autoridades locales, las nacionales y el sector privado y asociativo.
“La policía comunitaria –ha señalado- no es solamente una policía de territorialización, es una policía a la vez preventiva, disuasiva y represiva. A este respecto, ejerce plenamente sus prerrogativas de policía judicial, participa en las informaciones y pone en práctica las técnicas de las policía científica y técnica”.
Por su parte el director general de la Gendarmería nacional de Benín, el general Cocou Sèmègan, ha estimado que la instauración de esta policía comunitaria es parte de una de las estrategias propuestas por el ejecutivo beninés para luchar eficazmente contra la inseguridad. “La relativa calma que ha caracterizado durante mucho tiempo a Benín se está viendo reducida progresivamente”. Benín ha experimentado un recrudecimiento de la delincuencia pequeña y mediana, según el general, que señaló que ha aumentado el registro del número de infracciones comunes y atentados contra la propiedad.
Además el general Sèmégan ha lamentado la piratería marítima en el Golfo de Guinea y en las aguas territoriales beninesas, que se ha intensificado, pasando del robo a mano armada a la malversación, al robo de la carga y robo a gran escala.
Según informó la embajada de Francia en Benín, en el mes de julio, 25 barcos han sido víctimas de piratería y atracos a mano armada en las aguas de Benín, desde el principio de año, La mayoría de estos barcos transportaban productos químicos y petroleros, o eran navíos de comercio. “El resultado es la disminución de los barcos que navegan por aguas de Benín, de 150 a 50 al mes”, ha señalado el general.
(Agence de Presse Africaine, 20-12-11)