Bajo Congo: Periodistas desprotegidos en el medio rural

27/05/2011 | Opinión

En las pequeñas ciudades del Bajo Congo, donde numerosas radios comunitarias han visto la luz, los periodistas son a menudo víctimas de la arbitrariedad de algunas autoridades que aceptan de malas maneras ser criticados. Al no existir en esos lugares organizaciones de los medios de comunicación para defenderlos y expuestos a sus propios errores, son presa fácil de las fuerzas de seguridad.

“No se les critica por que son autoridad, ya que un jefe siempre es un jefe”. Esta declaración fue realizada recientemente por un agente de las fuerzas de seguridad a un periodista de Mbanza-Ngungu, ciudad situada a 215 kilómetros al suroeste de Kinshasa, en la provincia del Bajo Congo. El periodista se había tomado la libertad de denunciar, a través de las antenas de radio, la llegada tardía de una autoridad al lugar de un acto. Estas “interferencias” en el trabajo de los medios de comunicación hacen cada vez más difícil el libre ejercicio de la profesión en esta provincia. “Sufrimos porque a veces nos piden que interrumpamos nuestras emisiones porque hemos criticado a una autoridad”, dice un periodista de Vuvu Kieto, una radio comunitaria del lugar.

El bajo Congo cuenta con una treintena de medios de comunicación comunitarios, que habitualmente dan la palabra a la opinión pública. Con frecuencia denuncian los abusos cometidos por las autoridades. Algo que las fuerzas de seguridad no dejan hacer muchas veces. Los periodistas que desarrollan su actividad en el medio rural se sienten, de golpe, sin protección ni defensa. Porque, aparte de Matadi, capital de la provincia y de la ciudad de Boma, no hay en ningún otro sitio representación de organizaciones de medios de comunicación tales como la UNPC (Unión Nacional de Prensa del Congo), el OMEC (Observatorio de Medios de Comunicación Congoleño) o de JED (Periodistas En Peligro). “Esto nos desagrada enormemente, ya que contra las violaciones de la libertad de prensa, no tenemos a nadie para defendernos”, se lamenta un periodista de Kimpese.

Exceso de celo

En el mes de febrero pasado, a Baudric Mata, presentador de la Radio Televisión Kituadi 3 (confesional) se le prohibió salir en antena por orden del jefe de la oficina de medios de comunicación de Mbanza-Ngungu, al haber realizado “opiniones tendenciosas” en el curso de un programa. A pesar de la reacción del Delegado Provincial de Prensa, Modero Nsimba, que calificó esta medida de “grave distorsión de la libertad de prensa”, el presentador aún no ha vuelto a hablar por el micrófono.

Según la asociación JED (Periodistas en Peligro), que no tiene representación en provincias pero si corresponsales encargados de denunciar los casos de atentados a la libertad de prensa, algunos periodistas víctimas de abusos no saben o deciden a veces no hablar de lo que les sucede, bien por resignación o por temor a represalias. En todos las situaciones, “les hemos pedido que siempre traten de no silenciar los casos de violación de la libertad de prensa, sean víctimas o testigos”, dice Tshivuadi wa Tshivuadi, secretario general de esta ONG congoleña para la defensa de la libertad de prensa.

En Mbanza-Ngungu, los periodistas que se sienten abandonados a su destino, quieren crear una estructura local para enfrentarse a las amenazas que sufren, “Esta es una buena manera de expresar nuestro descontento ya que hace falta una representación de nuestra organización aquí” dice Neron Nkata.

Los periodistas también fallan

Los abusos abundan, sin embargo aunque las organizaciones de prensa tengan representación. “No somos verdaderamente libres aquí”, afirma una periodista de Boma, segunda ciudad de la provincia. En la Radio Televisión de Boma (RTB) los periodistas tienen la costumbre de guardar siempre sus programas. “Esto nos permite asegurarnos la defensa contra quien nos amenace. Ya que en la mayoría de los casos estos no siguen la noticia, son informados por sus allegados que distorsionan la información agrandándola.

Los periodistas también se quejan de la falta de colaboración de las autoridades, “No quieren participar en nuestros programas y cuando recibimos a defensores de los derechos humanos y a opositores, se rasgan las vestiduras” remarcan. Pero los medios de comunicación reconocen que ellos también tienen su parte de responsabilidad de lo que les sucede. Periodistas y presentadores de programas poco formados cometen a menudo errores. “Esto es un problema real” confiesa Lewis Nzita, presidente de UNPC en Boma, que denuncia el gusto de algunos de ellos por lucrarse, poco respetuosos con las reglas del juego. Para evitar fallos deontológicos, en la RTB, los más experimentados en la profesión controlan el trabajo de los más jóvenes para evaluarlos a continuación.

Alphonse Nekwa Makwala

Agencia SYFIA Grandes Lagos, RDC, 13 de mayo de 2011.

Traducido por Juan Carlos Solís Santander, para Fundación Sur.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster