La recogida de basura y la higiene, que provocan una incidencia cada vez mayor de enfermedades, continúan siendo un asunto complejo para Kampala. Cualquiera que viva en Kampala ha experimentado las consecuencias de no tener un buen sistema de gestión y eliminación de residuos. El problema empeora en grandes mercados como los de Kalerwe, Nakawa o Nakasero, donde los comerciantes tiran pieles de plátano y otros residuos sólidos presentes en los vegetales de hoja. Sin embargo, hay una nueva investigación que promete cambiar los sistemas de gestión y eliminación de residuos tal y como los conocemos. Esta investigación, que comenzó hace ya 15 años, ha sido llevada a cabo por científicos de la Escuela de Agricultura y Ciencias Medioambientales de la Universidad de Makere y se centra en la gestión de desechos agrícolas sólidos por la propia población. Un equipo de ocho científicos, dirigido por el Profesor Elly Sabiiti, ha llevado a cabo esta investigación en un centro de incubación en el Instituto Kabanyoro para la Investigación Agrícola de la Universidad de Makere (MUARIK, por sus siglas en inglés), ubicado en el barrio de Wakiso. Allí, han probado distintas tecnologías que pueden usarse para gestionar estos desechos agrícolas sólidos.
El proyecto ha sido financiado por el Organismo Sueco de Cooperación Internacional y se valora en más de 20 millones de dólares. Parte de estos fondos se usaron para formar a ocho estudiantes de doctorado, adquirir texturas de biogás, frigoríficos, digestores, ordenadores y analizadores de nutrientes. Mientras presentaba los hallazgos y avances tecnológicos en la utilización de desecho de cultivos en los mercados urbanos, el Profesor Sabiiti explicó que la tecnología ha avanzado mucho en el campo del reciclaje. Explicando el concepto a científicos del África Oriental que también están lidiando con estos problemas, el Profesor Sabiiti afirmó que se han descubierto cuatro tipos de bacterias que pueden ser procesadas para disolver los residuos sólidos en materia orgánica de origen animal. En el estiércol existen bacterias de cuatro tipos: la especie Caulabacter, la especie Acquicella, la especie Bacillus y las Pseudomonas. Según el Profesor Sabiiti, estas especies serán procesadas en incubadoras en el MAURIK y el proyecto será lanzado a principios del año que viene.
Cómo funcionan
El Profesor Sabiiti explica que las bacterias pueden aplicarse en los residuos sólidos. Una vez allí, utilizarán el propio compuesto orgánico como alimento, convirtiéndolo así en un producto blando que puede ser usado como alimento para animales. Para que este proceso tenga éxito se deberá producir un cultivo utilizando materiales que contengan potasio, calcio y otros óxidos que aporten alimento a las bacterias. “Ahora hay pocas de estas bacterias en el suelo y, por eso, queremos multiplicarlas en grandes cantidades. El hecho de ponerlas en lugares en los que abunden materiales que les sirvan de alimento facilitará este proceso, ya que serán capaces de crecer y multiplicarse. A continuación, debemos procesarlas y vendérselas a recolectores de residuos, que las descompongan hasta convertirlas en estiércol. Esto ayudará a los ganaderos y agricultores, que obtendrán estiércol a precios muy bajos que pueden utilizar como fertilizante en sus granjas. Además, se sensibilizará a la población para que adquieran este producto biodegradable para disolver los residuos sólido en sus propias casas y esto reducirá el vertido de residuos en la ciudad, haciéndola un poco más limpia”, explicó. El Doctor John Baptist Tumuhairwe, uno de los estudiantes de doctorado que trabajó en el desarrollo de la tecnología utilizada para desarrollar la bacteria, explica que se trata de un mecanismo de evolución desde un procesamiento orgánico de residuos sólidos hasta un mecanismo inorgánico.
“Se trata de un proceso biológico donde hemos identificado microorganismos que se pueden inocular a las bacterias para que se multipliquen. Lo que hacemos es obtener bacterias del suelo, aislarlas y, tras pasar un tiempo creciendo, mezclarlas en agua. Lo que se obtenga de la mezcla en el agua se esparcirá sobre los desechos. Esto producirá encimas que disolverán los residuos”, explica. “También se producirán nutrientes en este proceso, que los agricultores podrán utilizar como fertilizante. Esta tecnología ya se utiliza en países asiáticos y queremos introducirla aquí. Queremos procesar esta mezcla en forma de polvos y líquido. La mezcla procesada en forma de líquido será embotellada y la mezcla procesada en forma de polvo empaquetada y ambas estarán preparadas para su venta. Aún no hemos empezado el proceso de empaquetamiento porque necesitamos una certificación del Ministerio de Agricultura y también estamos buscando financiación para apoyar el proceso”, añade el señor Tumuhairwe.
La crisis de los residuos de Kampala
De acuerdo con las investigaciones, los problemas de contaminación debida a los restos de plátanos y otros residuos sólidos en la ciudad son muy altos. En el mercado de Kalerwe se producen 1548 toneladas métricas y 3000, 4000 y 7000 toneladas métricas de nitrógeno, potasio y calcio, respectivamente, que se pierden en la atmósfera. Otras estadísticas indican que cada familia que vive en Kampala genera 16 kilos de residuos alimentarios cada semana. Las autoridades de Kampala, ciudad capital, (KCCA, por sus siglas en inglés) recogen entre el 20% y el 50% de estos residuos, de los cuales menos del 10% se vende como alimento animal. Alrededor de un 40% de las familias que viven en Kampala y sus alrededores queman su basura, que emite metano a la atmósfera causando gases de efecto invernadero que, a su vez, son causa del cambio climático. Otras familias entierran los desechos. Más de la mitad ha declarado estar muy insatisfecha con los recolectores de residuos.
Los investigadores recomiendan a los ganaderos que viven en áreas urbanas que usen estos residuos sólidos para alimentar al ganado. “Hay una serie de innovaciones que pueden ser llevadas a cabo por la gente de a pie. Por ejemplo, podrían secar las pieles de los plátanos o cortarlas en trozos y dárselos a aquellos ganaderos que no practican el pastoreo para que lo usen como proteína para el ganado. Esto funciona para cabras, reses y cerdos. Los restos de vegetales de hoja también puede ser una buena proteína para los animales. Los comerciantes que trabajen con esta clase de productos deberían tenerlo en cuenta, ya que la venta de estos desechos podría suponerles uno ingreso extra. Algunos ya lo hacen, pero no todos”, añadió. El Profesor Sabiiti explica que Kampala tiene una población de más de un millón y medio de habitantes que generan 60.000 toneladas de residuos sólidos. De esto, se recoge tan sólo el 40% para ser trasladado a lugares oficiales de eliminación de residuos, como el vertedero de Kiteezi, que no funcionan tan bien como deberían.
Copiando mecanismos
Las autoridades recomiendan asimismo a las comunidades y familias que descompongan los residuos sólidos, que es una manera de evitar el deterioro del suelo. Este proceso debe llevarse a cabo con cuidado, seleccionando los residuos agrícolas y separándolos de los restos de plástico y otros metales. El Profesor Sabiiti explica que desde el MUARIK han animado a los agricultores y ganaderos a que críen lombrices de tierra, que generalmente se usan para alimentar animales. Las lombrices son buenos ingredientes para nutrir la tierra, ya que cuando mueren se descomponen y fijan el nitrógeno al suelo. Además, son útiles para la ventilación del suelo, que es importante ya que algunos tipos de bacteria de la tierra requieren oxígeno. Dado que los humedales están desapareciendo, el número de lombrices se reduce y, por tanto, es necesario su crianza. El Doctor Constantine Katolonge, que trabaja junto al Profesor Sabiiti en este proyecto, dice que la gestión de residuos sólidos es un gran problema a nivel mundial pero especialmente urgente en los países en desarrollo.
Un plan a gran escala
El director general del Organismo Nacional de Gestión de del Medio Ambiente (Nema, por sus siglas en inglés), el Doctor Tom Okurut, dice que, ya que el Nema es responsable de controlar la contaminación provocada por los residuos, es importante contar con la participación de expertos en la gestión de residuos para compartir conocimientos. Asimismo, explica que el Nema trabaja con los barrios en la gestión de residuos. De momento, se han construido puntos de descomposición de residuos en los barrios de Mukono, Jinja, Mbale, Soroti, Lira, Arua, Masindi, Hoima, Kasese, Kabale y Mbarara. El Doctor Okurut dice que la mayoría de los barrios tienen capacidad para albergar 120 toneladas métricas de basura, a excepción de Arua y Kabale que tienen una capacidad de tan sólo 70 toneladas métricas. “Normalmente, los gerentes de los barrios animan a los ciudadanos a llevar los residuos a los puntos de tratamiento de residuos poniendo a su disposición camiones. Una vez allí”, explica, “se clasificarán y descompondrán los residuos para convertirlos en fertilizante que puedan usar los agricultores”. El Nema también trabaja con fábricas de cemento, donde se han mejorado los estándares con un sistema que recoge el polvo que va a la atmósfera y lo recicla convirtiéndolo en cemento. Dadas las estadísticas, el señor Okurut dice que fábricas de cemento como Tororo y Cementos Hima producen en la actualidad 22.000 toneladas métricas de bolsas de cemento obtenido del polvo anualmente. Este proceso comenzó a llevarse a cabo en Uganda, pero otros países vecinos ya están comenzando a adoptar esta tecnología.
Políticas de gestión de residuos
En Uganda, según lo establecido en la Ley de Salud Pública de 1964 y la Ley de Gobiernos Locales de 1997, son los gobiernos locales los que se encargan de la gestión de residuos. Aunque la Ley de Salud Pública de 1963 no hace énfasis en la gestión de residuos sólidos (ya que no suponía un problema en aquel momento), sí promueve la buena salud, fomentando que los trabajadores sanitarios prevengan y minimicen la transmisión de enfermedades debido a prácticas antihigiénicas y una gestión medioambiental inadecuada. No obstante, la Ley de Gobiernos Locales de 1997 ordena claramente que las autoridades de la ciudad (el Ayuntamiento de Kampala – KCC, por sus siglas en inglés) son las responsables de tratar los residuos sólidos, desde su producción hasta su recogida y eliminación. La ley ordena que los gobiernos locales son, en general, responsables de la gestión de residuos.
Otra ley que trata este tema es el Estatuto Nacional del Medio Ambiente (NES, por sus siglas en inglés) de 1995. Este Estatuto fue el que estableció al Nema como el cuerpo encargado de la gestión de temas medioambientales. En general, el Nema, ayudada de otros organismos, tiene el deber de publicar una serie de directrices y medidas para la gestión y conservación de los recursos naturales y el medioambiente. El estatuto requiere la colaboración entre el gobierno central y los gobiernos locales en la gestión de problemas locales entre los que se encuentra la gestión de residuos.
Lominda Afedraru
Daily Monitor
[Traducción, Clara Esteban]
[Fundación Sur]