Los inmigrantes reclaman una vez más la atención sobre el problema de los flujos internacionales de personas, en este caso, sobre todo procedentes del África subsahariana.
¿Reduce la migración las ayudas a países de donde esta procede?
Estamos en presencia de un fenómeno que responde a problemas de fondo, no de coyuntura. Estudios recientes muestran que ni la ayuda ni el desarrollo económico reducirán, a corto y medio plazo, dichos flujos desde los países atrasados.
¿Por qué no?
Las razones son varias. En primer lugar, puede afirmarse que la ayuda al desarrollo por parte de los gobiernos europeos y del conjunto de la UE, durante el periodo 2003-2016, no ha disuadido a los emigrantes de venir a Europa. No parece haber conexión evidente entre ayuda y disuasión de la emigración irregular, al menos a corto plazo.
En cambio, en un plazo mayor (12-15 años), se observa que un crecimiento de la ayuda está asociado con una reducción de los flujos de refugiados. Lo que realmente importa a los emigrantes es escapar de la pobreza y de los conflictos, aunque sea a expensas de los peligros y de las redes de traficantes.
¿Disminuye la migración el aumento de la renta per cápita en un país?
Se sabe que los países que aumentan sus niveles de renta presentan mayores tasas migratorias. Esta tendencia parece mostrarse hasta niveles de renta per cápita anual cercanos a los 10.000 dólares. Pero la renta per cápita media del África subsahariana es aproximadamente de 3.500 dólares y a la baja por los efectos negativos de la pandemia. No es, pues, un problema cuya resolución sea inmediata.
¿Quiere esto decir que las ayudas no valen la pena?
De ninguna manera. Lo dicho no implica que la ayuda a los países de emigrantes haya de suspenderse. La ayuda exterior bien hecha puede mejorar la sanidad y la educación, lo que incide directamente en su desarrollo. La ayuda puede también hacer más estables a los países y reducir su vulnerabilidad a los conflictos y a los desastres naturales.
¿Qué soluciones serían las adecuadas?
Conviene comprender que detener la emigración con barreras a modo de puertas al campo como lo estamos haciendo es inútil. Debería programarse y aplicar esquemas de ayuda a itinerarios legales de emigración. Itinerarios que son, indudablemente, más seguros, fiables y predecibles.
Bartolomé Burgos