Carrero Saralegui, Joan

A finales de 1973, a sus 22 años, conoce el movimiento de la no-violencia a través de Lanza del Vasto, el discípulo europeo de Gandhi, y de la comunidad del Arca. Allí encuentra también a Susana Volosín, con la que más tarde contraerá matrimonio. Un año después se declara el tercer objetor de conciencia del Estado español (a excepción de los Testigos de Jehová). Durante más de tres años, Juan y su esposa viven y trabajan en las estribaciones de los Andes argentinos, con los indígenas quechuas. Era prófugo de la justicia militar española y, con estos años de servicio avalado por la Diócesis de Mallorca, intentaba forzar un servicio social sustitutorio. Eran los años en los que el general Videla y sus compañeros golpistas asolaron Argentina y asesinaron a decenas de miles de personas. Otros miles, como su amigo y compañero del Movimiento de la No violencia Adolfo Pérez Esquivel (futuro premio Nobel de la paz del año 80), pudieron finalmente contarlo.

En 1992 constituye en Mallorca, junto a otros compañeros, la Fundació S´Olivar, que desde entonces preside. Desde 1994, conmovido por la gran tragedia que se vive en el África de los Grandes Lagos, ha liderado diversas acciones de denuncia y presión, como dos marchas de casi 1.000 kilómetros cada una y un ayuno de 42 días ante el Consejo de Ministros de la Unión Europea en Bruselas, a principios de 1997, como última y extrema medida de presión para denunciar el inacabable genocidio en esa región, cada vez más olvidado. Esta última acción contó con el apoyo de 19 Premios Nobel, de los diversos grupos políticos del Parlamento Europeo y de su presidente, decenas de personalidades internacionales y cientos de ONGs. Ha escrito múltiples artículos de opinión, impartido conferencias, participado en congresos, jornadas y otros foros de debate. En marzo de 2010 fue publicado su libro África, la Madre ultrajada. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos.
Desde el 2000 al 2010, Adolfo Pérez Esquivel y otras personalidades han presentando su candidatura al premio Nobel de la Paz. Ésta recibió el apoyo de multitud de instituciones (nacionales como el Congreso de los Diputados o autonómicas como el Govern Balear), organizaciones (tanto ruandesas como europeas), obispos y congregaciones misioneras, juristas (como Baltasar Garzón o Margarita Robles), universidades y personalidades (como Vicente Ferrer, Ramón Panikkar, José Mª Mendiluce, y muchos otros tras ellos tres) preocupados por la tragedia que no cesa en el África de los Grandes Lagos.

En estos últimos años Juan Carrero ha promovido la creación el “Forum Internacional para la Verdad y la Justicia en el África de los Grandes Lagos”. En opinión de muchas organizaciones y de auténticos expertos sobre este conflicto, sus acciones (de Justicia internacional y de Diálogo Intra Ruandés) son de las más importantes que se realizan actualmente en favor del retorno de la paz y la democracia en Rwanda y para el fin de sus continuas agresiones a la RD del Congo. Mediante la denuncia, social e incluso judicial, el Forum pretende que unos aliados africanos criminales, como son los dirigentes del FPR (Frente Patriótico Rwandés), sean cada vez más incómodos para aquellos que la apoyan y protegen. Sin esos poderosos padrinos el FPR, responsable de millones de víctimas, no podrá mantener su hegemonía criminal en toda la región.

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