Malaui asiste al aumento en las oleadas de refugiados que huyen de la violencia en el este de la República Democrática del Congo, con el recrudecimiento de los conflictos en la región de los Grandes Lagos entre las Fuerzas Armadas congoleñas y el Movimiento 23 de Marzo (M23). Más de 232.000 civiles han sido desplazados desde que comenzaron las hostilidades en marzo, según la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU en la RDC, y al menos 183.000 han sido desplazados desde el 20 de octubre, cuando se reavivaron los focos de tensión.
El campamento de Dzaleka, el único campo de refugiados del pequeño país del sur de África, ubicado a unos 40 km. de la capital Lilongwe y diseñado inicialmente para albergar a 10.000 personas, ahora tiene cerca de 56.000 refugiados, la mayoría de los cuales son congoleños. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, solo en septiembre se registraron 560 nuevas llegadas. La gran mayoría son congoleños (62 %), pero también hay burundeses (19 %) y ruandeses (7 %), y el resto proviene de Etiopía y Somalia.
La superpoblación del campo está provocando tensiones entre los refugiados, que han mostrado su descontento después de que, de las 11.000 familias que había en el campamento, 600 fueran eliminadas de las listas de beneficiarios de la distribución de alimentos.
Nadia Colombe Gbane
Fuente: AfricaNews
[Traducción y edición, Elena Cañete Montilla]
[CIDAF-UCM]
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