El Departamento de Estado de Estados Unidos informó mediante un comunicado, emitido el viernes 8 de marzo, que las autoridades de Zimbabue detuvieron a funcionarios y contratistas de la agencia para el desarrollo estadounidense, USAID, antes de deportarlos abruptamente. USAID se encuentra en el país realizando una evaluación del contexto de desarrollo y gobernanza en Zimbabue.
Estas acciones acontecen después de que la semana pasada el gobierno de Estados Unidos tomara distintas medidas económicas y políticas que afectan a altos dirigentes del país, entre ellos el presidente, la primera dama y el vicepresidente. La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro impuso sanciones a tres entidades y 11 personas. Adicionalmente, el presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Joe Biden, a través de una orden ejecutiva decretó el fin de la Emergencia Nacional de Zimababue, de fecha del 6 de marzo de 2003. Ambos esfuerzos tienen enfoques diferentes pero el mismo objetivo de imponer sanciones a Zimbabue.
Recientemente, el gobierno de Zimbabue, particularmente los miembros del partido gobernante Zanu-PF, han acusado frecuentemente a Estados Unidos de interferir en los asuntos políticos internos del país. Para los líderes de Zimbabue, la intención del gobierno de Estados Unidos es efectuar un cambio de régimen, en especial después de que el expresidente Mugabe liderara un programa de reforma agraria. Este programa expulsó a los grandes terratenientes, en su mayoría agricultores blancos, los cuales poseían la mayor parte de las tierras agrícolas fértiles, para redistribuir las propiedades entre miles de ciudadanos sin tierras.
A pesar del enfriamiento de las relaciones diplomáticas en las últimas semanas, el Departamento de Estado dijo que el incidente tuvo lugar el mes pasado, antes de que se anunciara la última ronda de sanciones. Según distintos miembros del gobierno estadounidense y de USAID, los diferentes miembros del comité evaluador fueron sujetos a la incautación de equipos electrónicos personales, un trato agresivo, interrogatorios e intimidaciones prolongadas, detención, confinamientos nocturnos y expulsión forzosa del país por parte de las autoridades de Zimbabue.
A pesar de las tensas relaciones políticas, USAID sigue siendo uno de los mayores donantes en sectores como salud y agricultura en Zimbabue. Pero sus programas de derechos humanos han atraído constantemente críticas del gobierno de Zimbabue, que desaprueba los estrechos vínculos percibidos entre USAID y organizaciones no gubernamentales del país involucradas en campañas de buena gobernanza.
Autor: Farai Mutsaka
Fuentes: AP News
[Traducción y edición, Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]
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