«El nivel de violencia ha aumentado. Durante toda la noche hubo disparos en los barrios de Nyakabiga, Cibitoke, Musaga, donde fueron más fuertes las protestas contra el tercer mandato presidencial. Se parece a una expedición de castigo», informaron fuentes de MISNA desde Bujumbura, capital de Burundi, donde en los últimos dos días murieron al menos 4 civiles, decenas de policías y hubo decenas de arrestos.
La misma fuente de MISNA añadió que «Los barrios tienen todos sus accesos bloqueados, sólo la policía puede entrar. La intención es acabar con toda disidencia, estamos entre la espada y la pared». Sin embargo, incluso entre las fuerzas del orden no hay unidad, según la información que obtuvo MISNA. Según esta versión, una parte del ejército y de la policía (que responderían al opositor político Leonard Nyangoma, un exlíder rebelde durante la guerra civil en Burundi) estaría en contra de adoptar una mano dura contra los manifestantes y estaría ocupando el terreno en silencio en algunas zonas del país.
«El presidente Nkurunziza (recientemente reelecto para un polémico tercer mandato en elecciones que la comunidad internacional calificó como creíbles) está consciente de ello y la represión en los barrios también puede considerarse como una señal indirecta a esta facción», explicaron las fuentes de la MISNA. Por otra parte, «desde el asesinato del general Nshimirimana (exjefe del servicio de inteligencia y «número dos» de Nkurunziza) el gobierno se ha debilitado», añadieron. Pero volver a la guerra civil «no le interesa a nadie, sería un retroceso de 20 años» advirtió el interlocutor de MISNA.
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[Fundación Sur]