Atentos a la realidad, vivimos con esperanza

8/02/2022 | Editorial

cidaf-ucm_logo_blanco-19.pngTodos los seres humanos necesitamos alguna fe, bondad y esperanza en la vida para gozar y hacer bien nuestra tarea diaria.

Las noticias de cada día nos muestran, sin embargo, que una gran parte de la sociedad vive en el desánimo y hasta en la depresión por múltiples razones y motivos. Recordamos especialmente al personal sanitario que, aunque agotado, sigue cuidando de nosotros.

En una situación de agotamiento o frustración muchas personas buscan el remedio en la huida de la realidad, muchas veces a través de adicciones a diferentes productos y a comportamientos agresivos y hasta deshumanizantes.

La senda más fácil y populista para salir de la depresión y volver a la realidad no suele ser la más adecuada. Se necesita la ayuda de “sabias y competentes personas” para empoderarnos y poder afrontar la realidad como adultos, con fe, con responsabilidad y con esperanza.

Una de las manifestaciones más importantes de la actual cultura de la “posverdad”, en la que vive gran parte de la sociedad y de los líderes políticos y económicos, es precisamente que nos empujan a seguir lo que más nos conviene en cada momento y nos apartan de la realidad, tanto la personal como la social.

La referencia de muchos líderes y buena parte de la sociedad, es: “lo que más me-nos conviene, eso vale”, olvidando la realidad que viven los demás. El tema de Manos Unidas para 2022 nos recuerda precisamente, que: “Nuestra indiferencia les condena al olvido”.

Así pues, nuestra indiferencia a la realidad de los demás aumenta “la desigualdad que se ha convertido en el mayor desafío que debe afrontar la población mundial y, también, en la mayor amenaza para la humanidad, por su impacto en el aumento de la pobreza multidimensional”.

Durante la pandemia también hemos visto la gran capacidad de acompañar a las personas enfermas y de acercarse a la realidad de las más vulnerables.

Necesitamos pues un nuevo modelo de ciudadanía y de vida social, centrada, no en las cosas, sino en las personas. Nuestra sociedad tiende a la autosuficiencia total y no quiere mostrar vulnerabilidad, pues cuestiona el éxito, el estatus o la valoración social. Los líderes intentan justificar la injusta distribución de la riqueza o de las vacunas por todo el mundo. Disminuye el sentido comunitario de pertenencia, clave para la participación y la convivencia.

Ante el auge del autoritarismo y la demagogia, necesitamos volver a recuperar el principio de respeto a la realidad, de no quitar un ápice de gravedad al mal estructural de la violencia machista (42 mujeres y 6 menores asesinados en España en 2021, solo teniendo en cuenta los crímenes cometidos por parejas o exparejas ); de no pasar página a las 30.700 muertes de personas mayores en las residencias españolas acaecidas desde el inicio de la pandemia y de hacer justicia a todas las víctimas, sobre todo menores, de todos los abusos de poder con y sin agresión sexual. Tampoco olvidamos que nuestros gobiernos siguen dedicando una gran parte del presupuesto nacional al tráfico de armas. España dedicó unos 5.231 millones de dólares en los últimos cinco años al negocio armamentista.

El principio de realidad nos obliga a preguntarnos por las causas de las estructuras de injusticia y por la cultura que justifica el silencio, la mentira y el encubrimiento de la realidad. Una de las razones para ocultar la realidad es, sin duda, mantener nuestro poder y nuestro modo de vida, así como mantener nuestro ritmo de consumo desaforado y nuestro ideal de bienestar individualista.

El dolor y el malestar en una situación como la que vivimos ahora, a nivel personal, social, económico y medioambiental, podría acabar por desbordarnos y paralizarnos. Necesitamos entender y aceptar la realidad, nuestra y la de los demás, para apreciar la riqueza y la diversidad de la humanidad y poder defender y potenciar su dignidad y Buen Vivir.

Conocemos personas que han abandonado sus miedos, su comodidad y sus seguridades y se han movido en dirección a los otros en un auténtico proceso de solidaridad, a veces desde la fe, a veces desde el puro humanismo. Esto es vivir con esperanza, atentos a la realidad.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster
Africana nº 220: África Hoy

Africana nº 220: África Hoy

  El informe que presentamos pretende ser la foto real de África hoy. Un reto complicado. El autor del mismo, el P. Bartolomé Burgos,...