El ministro de defensa de Níger, el general Salifou Mody, compareció la tarde del 28 de septiembre para anunciar que siete soldados resultaron muertos tras un atentando yihadista en la región occidental de Tillabéri, próxima a la zona de la triple frontera, donde confluyen los territorios nigerino, burkinés y maliense; conocida por ser el bastión de las filiales sahelinas de Al-Qaeda y Estado Islámico.
Tras el golpe de Estado perpetrado por Abdourahamane Tchiani, Níger se ha visto sacudida por una oleada de violencia yihadista nunca antes presenciada. Desde que el nuevo gobierno militar se hiciera con el poder, en julio de este año, más de una treintena de solados han sido asesinados por los grupos yihadistas que operan en el país; siendo los más virulentos Boko Haram, facción afín al Estado Islámico (EI), y el Estado Islámico de África Occidental, escisión de este último.
Desde que la Junta militar ordenase la expulsión de la misión militar francesa, Niamey ha tendido nuevos lazos en materia de seguridad y defensa con países vecinos; de esta cooperación ha nacido la Alianza de Estados del Sahel (AES), en la cual participan los también gobiernos golpistas de Burkina Faso y Malí, países que también se ven afectados por la amenaza yihadista.
El gobierno nigerino ha anunciado que ya se ha puesto en marcha una operación de rastreo para localizar y eliminar al enemigo.
Fuente: Jeune Afrique
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]