La noticia tiene ya algunos días, y yo, en mi ingenuidad, tenia la esperanza de que tuviera un eco mucho más generalizado. Por desgracia, entre el shock de los ataques terroristas de Barcelona, las polémicas con ellos asociadas y otras noticias más próximas o más de envergadura para el público español, apenas aguantó algunas horas en las páginas más especialidadas de algunos medios digitales. Hoy ya es agua pasada y precisamente porque ha pasado desapercibida, creo que es necesario que este humilde blog se haga eco de ello.
Hace pocos días, el ACNUR llamaba la atención que Uganda había superado la cifra de un millón de refugiados en su territorio, sobre todo procedientes de Sudán del Sur, que se habían asentado en su territorio. Antes de entrar más en materia, nos haría bien tener unas cifras que nos deberían hacer reflexionar:
– Uganda tiene la mitad de superficie que España
– España tiene 48 millones de habitantes, Uganda tiene “sólo” 38 millones, pero al tener menos territorio tiene una densidad mucho más elevada de población ( 158 personas/Km² en Uganda contra 96 de España)
– Mientras que el ugandés medio tiene una esperanza de vida de 55,4 años, los españoles pueden estar orgullosos de tener una admirable media de 81,7 años.
– La renta per cápita de España (36.500 US$) es 17 veces la de Uganda (2.100 US$)
Creo que estas cifras confirman y corroboran lo que un día dijo nuestro egregio Presidente del Gobierno – creyendo fardar de lo bien que iba nuestro país – el cual afirmó que España no era Uganda.
Hay que decirlo bien claro: es cierto que a España le va mejor en muchos sentidos… tenemos más medios, más esperanza de vida, una corrupción más sofisticada que la de Uganda que es artesanal… en casi todos los conceptos España es mejor… pero a la luz de la noticia que nos da ACNUR podemos decir que el pequeño país centroafricano nos da trescientas vueltas en un valor fundamental que con frecuencia brilla por su ausencia en los datos macroeconómicos: la solidaridad. Utilizando un símil médico, España muestra una clarísima insuficiencia cardíaca. Un pequeño país “del Tercer Mundo” ha mostrado compasión ante el dolor que se vive en los países limítrofes y ha abierto sus puertas a los que huían buscando algo de seguridad y lo ha hecho de una manera enormemente generosa. Uganda ha aceptado dentro de sus fronteras a un número equivalente al 2,6 % de su población…. ¿se pueden imaginar lo que supondría esto para estándares españoles? No quiero ni hacer la cuenta para no marearlos.
Dijo el obispo Pedro Gasaldáliga que la solidaridad es la ternura de los pueblos. Yo hoy puedo decir que, a pesar de tantos claroscuros, tantos puntos negativos y tanta corrupción, África tiene grandes valores y la solidaridad es uno de ellos. Podrían haber cerrado sus fronteras y haber aplicado el principio tan querido por la UE de “cada mochuelo a su olivo”, pero no lo han hecho.
Mientras tanto, el gobierno del que tanto se enorgullece Mariano Rajoy se comprometió en su día a aceptar en la piel de toro la “friolera” de 17.337 refugiados que huían de la guerra. A fecha de hoy, y quedando sólo poco más de 20 días para que se acabe el plazo, el gobierno ha aceptado sólo 1.888. Quedan todavía por llegar el 89% la cuota prometida. Leo estas cifras, y se me cae el alma a los pies. Por lo menos, esperaría que mi país cumpliera con el compromiso que había adquirido… pero tengo la impresión de que todo se va a quedar en agua de borrajas. Tengo que darle la razón, señor Rajoy, España no es Uganda… en el tema que nos atañe hoy Uganda nos gana por goleada y nos demuestra que es mejor, haciendo que muchos nos avergoncemos de tanto egoísmo y tanta inhumanidad ante el sufrimiento humano. Gracias a Dios, todavía hay países que en momentos críticos demuestran que tienen corazón.
Original en : En Clave de África