La Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA) ha comunicado de forma oficial que una explosión ha causado la muerte de un miembro camerunés del personal de mantenimiento de la paz, también conocidos como cascos azules, y heridas a otras cinco personas. El incidente se produjo el pasado lunes 15 de enero durante una misión de patrulla que escoltaba a un equipo de la Organización Internacional para las Migraciones, a unos 45 kilómetros al noroeste de Paoua, en la prefectura de Lim-Pende.
Valentine Rugwabiza, jefe de la MINUSCA, ha condenado enérgicamente el uso de artefactos explosivos ya que “suponen una importante amenaza para la población civil, las operaciones humanitarias y las comunidades locales de las zonas afectadas”. Además, hizo hincapié en que estos actos constituyen uno de los peligros más letales a los que se enfrentan las fuerzas de mantenimiento de la paz.
En respuesta a este ataque, la MINUSCA ha pedido a las autoridades de la República Centroafricana que “se esfuercen al máximo para identificar y llevar ante la justicia a los responsables de este acto de violencia”. En el comunicado, la Misión de Naciones Unidas ha destacado que cualquier atentado contra la vida de un miembro de las fuerzas de paz se considera un crimen de guerra y puede ser perseguido tanto a nivel nacional como internacional.
Fuente: Mehr News
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]