El pasado 15 de junio se realizó en Bilbao el encuentro anual “Arroces del Mundo” (Munduko arrozak). Esta fiesta multicultural que se realiza desde hace 10 años, tiene como objetivo fomentar la interculturalidad así como la integración de diferentes grupos sociales y personas. Entre las organizaciones presentes se encontraba AmiArte un taller de creación artística interdisciplinar que bajo el slogan “un lugar para todos” y la «transformación de las personas a través del Arte», ofrece un espacio a artistas de diferentes nacionalidades.
Esta organización brinda entre otras actividades, cursos gratuitos a personas de bajos recursos, principalmente inmigrantes en situación desfavorecida, entre los que se encuentran varios artistas africanos. Las personas que se acercan a esta asociación reciben clases de castellano – si así lo requieren – y pueden escoger entre talleres de pintura o carpintería, que imparten profesores voluntarios de las diferentes ramas artísticas. Con gorros de cocineros y camisetas negras con letras blancas de la insignia AmiArte, voluntarios y artistas se presentaron el sábado a las 8.30 de la mañana para vivir su primera experiencia en “Arroces del mundo.”
La tarea que estaba de antemano organizada por las profesoras del taller Raquel del Olmo, Nori García y Estibalitz Gandariasbeitia, entre otro/as, fue dividida de acuerdo a cada talento. Mohamed (Marruecos) era el encargado de que no faltara té a nadie, por eso todo el día estuvo amablemente pendiente del agua, los vasos y la tetera. Adama, Aliou y Djibril de Senegal, fueron junto a varios ayudantes también africanos, los encargados de deleitarnos con dos exquisitos platos: Chebu Yapp (arroz, carne de cordero, pimiento picante, yuca, berza, tomates, zanahorias, etc) y Chebu Yen (arroz, berenjena, pescado, calabaza, berza, cayena, tamarind, yuca, etc). Otro/as voluntario/as se encargaron de traer el pan (hecho en casa),postres, frutas y bizcochos, para que la comida se realizara en perfectas condiciones y con todos los elementos necesarios.
La gran mesa colocada bajo los árboles junto a la de otras organizaciones participantes, fue decorada con manteles rojos y servilletas verdes, que dieron el toque cromático a tan especial ocasión. A la hora de comer el delicioso aroma llamó inesperadamente a más comensales de los esperados, pero el espíritu solidario de los presentes hizo que a nadie faltara su porción de chebu yapp y chebu yen senegalés. Los grupos de música y danza de diferentes sonidos, ambientaron la fiesta popular a lo largo de todo el día, y sirvieron de excusa al público para danzar alegremente entre los colores y vestidos de las diferentes culturas.
Original en : Knowing Africa