Argelia ha invitado al papa Francisco a participar en la ceremonia de beatificación de 19 mártires de la guerra civil, entre ellos los siete monjes trapenses del monasterio de Tibhirine, prevista para el 8 de diciembre, reveló hoy el ministro argelino de Asuntos Religiosos, Mohamed Aisa.
En declaraciones a una emisora de radio nacional, Aisa explicó que incluso si el pontífice tiene ya ocupada la fecha se pueden valorar otras opciones.
El episcopado argelino anunció esta semana que beatificará a 13 hombres y seis mujeres reconocidos como mártires, incluidos los siete monjes trapenses asesinados por islamistas radicales en el monasterio de Tibhirine, situado en las montañas, a unos 60 kilómetros de Argel.
La ceremonia, que incluirá una misa multitudinaria, tendrá lugar el 8 de diciembre en la Basílica de Orán y estará presidida por el cardenal Angelo Becciu, perfecto de la Congregación para las Causas Santas.
Todos ellos murieron durante los diez años que duró el conflicto fratricida en Argelia, una época conocida como «el decenio negro», que segó la vida de más de 300.000 personas y dejó decenas de miles de desaparecidos.
Además de los siete monjes de Tibhirine, que fueron secuestrados de su abadía situada en el Atlas, junto a la ciudad de Medea, en marzo de 1996 y hallados decapitados dos meses después, serán también beatificados: el obispo Pierre Claverie, su chófer, y los cuatro Padres Blancos asesinados en Tizi Ouzou, en 1994: Christian Chessel, Jean Chevillard, Charles Deckers y Alain Dieulangard.
Poco después otros Padres Blancos llegaron a Tizi Ouzou a proseguir su misión de cercanía con el pueblo y de educación de los jóvenes, a través de la Biblioteca.
En este 150 Aniversario de la fundación de los Padres Blancos y las Hermanas Blancas, recordamos que, desde sus comienzos en 1868, 84 Misioneros de África (PB), han testimoniado su dedicación y amor a los Pueblos de África, con su propio martirio y entrega total de su vida, por una vida más digna de los pueblos africanos.
Recordamos con gratitud, a todas las Congregaciones, profesionales y familias que ha testimoniado su pasión por los pueblos africanos, con idéntica fidelidad y alegría.
También hacemos memoria de los miles, de: padres y madres de familia, catequistas, creyentes de diversas religiones y culturas, ciudadanos-as de varias etnias, que han sufrido en muchos países de África y del mundo, persecución y martirio por fidelidad a su propia identidad y dignidad.
Recordamos de forma especial a todas las mujeres y hombres valientes, que ha dado su vida o siguen todavía perseguidos, por algunos crueles gobernantes de África y del extranjero.
Celebramos pues los dones recibidos y compartidos con tanta gente generosa, en los 27 países de África, donde hemos tenido el privilegio de convivir y colaborar por el bien común, durante estos 150 años.
