Los equipos de rescate continúan con las labores de búsqueda de víctimas bajo los escombros de las casas destruidas en Ghardaïa (600 kilómetros al sur de Alger), la ciudad más afectadas tras las terribles inundaciones ocurridas el pasado 1 de octubre en el país. Protección civil, Cruz Roja argelina, scouts musulmanes y voluntarios, se coordinan para ayudar a los miles de siniestrados que se han visto afectados tras la catástrofe.
Los convoyes con productos de primera necesidad intentan llegar a las poblaciones afectadas, pero ciertas rutas todavía están desbordadas por tres días de intensa e inusual lluvia, haciendo inaccesible su entrada.
Ocho comunidades se han visto afectadas por las inundaciones, pero Ghardaïa se ha llevado la peor parte. El pasado miércoles, mientras la ciudad celebraba la fiesta de l’Aïd El-Fitr que marcaba el fin del Ramadán, los habitantes observaron atónitos como el agua que caía sin cesar llegaba a cubrir hasta 8 metros las calles de la ciudad. Varios equipos médicos aplican medidas sanitarias para evitar epidemias, en particular las provocadas por la contaminación del agua potable.
Según informó la Radio nacional, los servicios públicos de agua, teléfono y electricidad se están restableciendo, aunque todavía es difícil el acceso a ciertas zonas de la ciudad.
Una célula de crisis, puesta en marcha el pasado miércoles por el ministro del interior Noureddine Yazid Zerhouni se encarga de coordinar el rescate. El ejército, que ha puesto a disposición sus medios aéreos, trabaja también para vigilar y mantener la seguridad en la zona, evitando que los barrios afectados sean víctimas de robos y pillajes.
(AFP, Argelia, 05/10/08)