Los líderes de la oposición de Argelia, envalentonados por los levantamientos de Túnez y Egipto, anunciaron el pasado día 13 de febrero una segunda marcha de protesta en la capital, a pesar de la prohibición desde hace mucho tiempo de las manifestaciones en el país.
Mientras tanto, Estados Unidos y Alemania pidieron contención a las autoridades de Argelia, el mismo día, un día después de la masiva operación de seguridad para evitar que 2.000 manifestantes marcharan por las calles de la capital.
La Coordinadora Nacional para el Cambio y la Democracia, CNDC, una coalición de partidos de la oposición, grupos de derechos humanos y sindicatos no oficiales, anunciaron una nueva marcha para el próximo viernes, 18 de febrero, después de una reunión celebrada por sus líderes.
La marcha comenzará en la plaza Primero de Mayo, donde también tuvo lugar la manifestación del pasado sábado, día 12 de febrero, según el abogado Loustepha Bouchachi, presidente de la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos, LADDH, que es parte de la CNCD.
El día 12, casi 30.000 policías evitaron que unos 2.000 manifestantes marchasen unos 4 kilómetros, desde la plaza del Primero de Mayo, hasta la plaza de los Mártires. Las fuerzas de seguridad llevaron a cabo 14 arrestos, aunque la oposición sitúa esta cifra en torno a los 300.
Esto no ha evitado que otra manifestación tuviera lugar en Annaba, el día 13, donde cuatro policías resultaron heridos leves durante los enfrentamientos con los jóvenes que se manifestaban, a la puerta de la sede del gobierno local.
Los medios ofrecieron una dispar revisión de las manifestaciones del sábado, 12, con el pro reformista Liberté, anunciando con grandes titulares “El cambio está en camino”.
Derechos universales
Pero el gubernamental El Mousjahid restó importancia a las manifestaciones calificándolas de unos simplemente “débiles ecos” de los acontecimientos en Cairo y Túnez.
Al día siguiente, el domingo, el portavoz de la CNCD, Khalil Moumene condenó lo que calificó de “brutalidad de las fuerzas de seguridad” y los arrestos de activistas de la oposición el día anterior.
Tanto Estados Unidos como Alemania pidieron a las autoridades de Argelia que no reaccionasen con demasiada fuerza. Después de pedir a los servicios de seguridad que ejercieran la contención reafirmaron “su apoyo a los derechos universales del pueblo argelino, incluido el de asamblea y expresión”.
El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle declaró a la televisión ARD que “estos son manifestantes que quieren libertad, y que no están haciendo nada más que ejercer un derecho humano, a saber el derecho a defender con dignidad su punto de vista”. “Esta es la razón por la que condenamos cualquier forma de recurso a la violencia”.
Mensajes de texto
Las manifestaciones públicas han estado prohibidas en Argelia, bajo el estado de emergencia, desde 1992, pero están permitidas en casos excepcionales, fuera de la capital.
La CNCD quiere el fin inmediato del régimen del presidente Abdelaziz Buteflika, alegando los mismos problemas de alto desempleo, vivienda y alto coste de la vida que inspiraron el levantamiento de Túnez y Egipto.
Las quejas desencadenaron disturbios el pasado mes de enero, que dejaron al menos cinco muertos y más de 800 heridos.
Una protesta convocada por el RCD, en la capital, Argel, el pasado 22 de enero, dejó muchos heridos a causa del bloqueo de la policía de una marcha hacia el parlamento.
Como sus vecinos de Túnez y Egipto, los manifestantes han utilizado Facebook y mensajes de texto para difundir la llamada al cambio.
Bouteflika, en el poder desde 1999, ha actuado para combatir la subida de los precios y ha prometido hacer concesiones políticas, como la promesa de levantar, después de dos décadas el estado de emergencia.
Pero la oposición dice que no es suficiente.
El líder de 74 años, fue reelegido en 2004 y de nuevo en 2009, después de haber reformado la constitución para permitirse a sí mismo presentarse indefinidamente.
(News 24, 14-02-11)