Texto: Lucas Olo Fernandez
Arde el monte de noche del escritor guineo ecuatoriano Juan Tomás Avila Laurel es una novela fascinante, engancha, es intrigante y sobrecogedora en muchos relatos, sobre todo cuando de las letras se desprende la descripción de una realidad, de la miseria en una isla que suponemos, estamos seguros, es Annobón.
Esta novela puede servir como documento antropológico, aunque seguramente no era la intención del autor. Y es que la certera descripción de su isla, de sus creencias, de las consecuencias del sometimiento, de la influencia de la Iglesia, la explotación de sus mares, etc. explican la perpetuación de la precariedad de la isla.
El autor con sus letras te hace viajar por las olas de un mar de letras que al igual que las olas, yacen en la playa. Describe fenómenos que para cualquier guineano serían irreconocibles porque no conocemos Annobón, es un gran desconocido para muchos. Igual que su idioma, sus creencias, supersticiones o cosmología.
Sin embargo, como digo, el autor puede que no estuviera pensando en su vertiente antropológica, que puede suponer la vertiente exótica de la novela, sino en la descriptiva de una vida mísera que, jalonada de supersticiones, puede determinar el modo de pensar de todo un pueblo. A pesar de la pluralidad de personajes, de visiones, de comportamientos se convierten en la prueba de que sus acciones tienen una justificación.
También destaca paralelismo con otros pueblos como la incursión de catolicismo o cristianismo sin que pueda desbancar las creencias locales, la religión local, demostrando que el catolicismo fue fruto de una posición en principio acomodaticia. También destaca la influencia de la llegada del alcohol y el tabaco o la explotación de los recursos naturales por todo el que pasaba por ahí.
Finalmente la obra, como ya he apuntado más arriba, es un fondo de conocimiento para los guineanos, que, como yo, desconocemos profundamente a nuestros conciudadanos, su lengua, sus costumbres, etc. Por eso esta obra debería ser distribuida en los quioscos de la biblioteca nacional de Guinea Ecuatorial donde brillan por su ausencia muchos autores guineanos.
Título: Arde el monte de noche.
Autor: Juan Tomás Ávila Laurel
Editorial: Calambur
Madrid 2009
Disponible: Centro Cultural Español de Malabo.
Publicado en Cesgue