El Carnaval angoleño es una de las fiestas más importantes en el calendario del país. Esta fiesta no sólo es una atracción turística, sino que da la oportunidad a los angoleños de mostar su cultura, creatividad, arte y música. El Carnaval se celebra desde que Angola era una colonia portuguesa. Este año, participarán 14 comparsas en el evento y competirán entre sí para ganar diversos premios.
«Ganar está bien, al fin y al cabo es una competición. Pero tal y como yo lo veo, lo más importane es motivar a la gente. Tenemos que motivar a la gente y empezar a pensar en el próximo Carnaval. Los miembros de algunas comparsas ya son ancianos y tenemos que empezar a plantearnos como transmitir esto a la próxima generación», explica Antonio Custodio, representante de una de las compañías de baile.
El evento normalmente se celebra la semana previa a Semana Santa y marca el inicio del mes de ayuno que los cristianos guardan antes de la celebración de la Pascua. En el pasado, las actuaciones se organizaban simultaneamente en varias partes del país, pero, durante los últimos años, han empezado a concentrarse en la capital angoleña, Luanda.
Las celebraciones han estado de capa caída debido a los problemas financieros que atraviesa el país. «Es verdad que el Carnaval no se celebra tanto como antes. Esta es una crítica necesaria, especialmente para los organismos que organizan y vigilan el Carnaval. Es necesario recuperar el espíritu popular de las celebraciones. Pero las personas y los seguidores que finalmente asistieron demuestran que la fiesta no está muerta, sólo dormida», aseguró Albino Carlos, funcionario en el Ministerio de Comunicación Social del país.
Isaac Paxe, especialista en educación, señala que el gestival ha conseguido preservar algunos elementos de la cultura angoleña tradicional que están desapareciendo lentamente. «El carnaval en el que bailamos hoy no es el mismo de los años sesenta. Esta adaptación del país a diferentes culturas desempeña un papel. Si se fija en la manera en que visten las comparsas se aprecian pequeños cambios… Una especie de reinterpretación de lo que consideramso nuestras tradiciones», añade Paxe.
Las celebraciones concluyeron con una ceremonia de entrega de premios en la que varios grupos de música y danza recibieron premios en efectivo de hasta 3.000 dólares.
[Traducción y edición, Sarai de la Mata]
[Fundación Sur]
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