Análisis: División e inmovilismo en Guinea-Bissau

30/05/2012 | Crónicas y reportajes

DAKAR-BISSAU, 23 de mayo de 2012 (IRIN) – El 16 de mayo, un pacto de transición negociado por la Comunidad económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) es firmado por todos los partidos con excepción del PAIGC (Partido Africano para la Independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde), el partido mayoritario en la Asamblea, y ha ratificado oficialmente la designación de Manuel Serifo Nhamadjo como presidente de transición por un periodo de un año. La decisión se tomó tras las semanas de tratos políticos que siguieron al golpe de Estado militar del 12 de abril y la suspensión de la segunda vuelta de la campaña electoral presidencial en la cual el antiguo Primer ministro Carlos Gomes Junior del PAIGC era el gran favorito.

Mucha gente teme que el nombramiento de Nhamadjo sólo cree una mayor división en un país donde las divergencias políticas son notorias, mientras que otros sencillamente desean que el país vuelva a ser recolocado sobre los raíles económicos, ya que los mercados y los servicios básicos están más o menos paralizados desde el último golpe de Estado.

Nhamadjo, que quedó en tercer lugar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, fue nombrado presidente de la Asamblea Nacional tras el derrocamiento del presidente interino, Raimundo Pereira (el cual aseguró la transición tras el fallecimiento del presidente Malam Bacai Sanha) por los dirigentes de la junta militar.

Nhamadjo nombró Primer ministro al antiguo economista Rui Duarte Barros tras unas negociaciones en las que participaron todos los partidos políticos con excepción del PAIGC (partido del antiguo Primer ministro Carlos Junior). El PAIGC decidió boicotear las negociaciones ya que opina que el nombramiento de Nhamadjo es anticonstitucional.

Carlos Junior señaló que no reconoce la decisión de la CEDEAO y ha hecho llamada al regreso del orden constitucional. Desde la capital portuguesa, Lisboa, hizo una declaración el 16 de mayo: “Soy el Primer ministro legítimamente electo”. Guinea-Bissau se independizó de Portugal en 1973.

Antiguas condenas

Cuando la junta militar decidió nombrar el 21 de abril a Nhamadjo, desafortunado candidato a presidente, a la cabeza de un gobierno de transición por un periodo de dos años, tras haber derrocado a Pereira y a Gomes Junior, la CEDEAO calificó de “ilegal” este acto. El Consejo de seguridad de Naciones Unidas, la Unión Africana y la Comunidad de países de habla portuguesa (CPLP) han condenado esta decisión igualmente.

La decisión de nombrar a Nhamadjo presidente interino ha recibido el apoyo de la CEDEAO, pero ha sido violentamente rechazada por los partidarios de Gomes Junior que consideran que Nhamadjo es el candidato de la junta militar. La CEDEAO “no ha tenido en cuenta el interés nacional y los principios de primacía del Derecho” cuando comunicó su decisión, señaló una declaración del Movimiento de la sociedad civil para la paz y la democracia con fecha de 14 de mayo.

El PAIGC, que condujo el país a la independencia, controla 67 de los 100 escaños de la Asamblea Nacional y “posee la legitimidad de un mandato popular”, dijo Vincent Foucher, experto en Guinea-Bissau del International Crisis Group (ICG), un grupo de reflexión que obra en favor de la resolución de los conflictos. Según los resultados oficiales de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, que han sido suspendidas tras el golpe de Estado, Gomes Junior ha obtenido el 49% de los votos y Nhamadjo ha quedado en tercer lugar con el 16% de los votos.

El PAIGC está dividido en facciones y ciertos observadores auguran la posibilidad de una alianza de ciertos grupos con Nhamadjo (que también es miembro del partido) con la finalidad de reforzar su papel en el seno del gobierno de transición, pero la mayoría de los miembros del PAIGC sigue apoyando a Gomes Junior.

Compromiso

Mientras que ciertos bissau-guineanos, particularmente las clases medias con nivel educativo, son favorables al regreso del proceso electoral, otros aceptarán cualquier solución mientras traiga consigo cualquier semblante de normalidad al país, dijo un universitario occidental que fue recientemente a la capital, Bissau.

Younoussa Seydi, mecánico de 30 años que vive en la capital, dijo a IRIN: “Los guineanos (los bissau-guineanos) deben priorizar el diálogo para encontrar una solución… Si Carlos Gomes Junior regresa, habrá guerra, por lo tanto más vale que permanezca lejos del poder durante mucho tiempo. El PAIGC debe hacer gala de flexibilidad y debe aceptar el diálogo”.

Los 70 primeros soldados desplegados (de un total de 650) por la CEDEAO en Guinea-Bissau han llegado el 18 de mayo. La misión dispone de un mandato de 12 meses para aportar apoyo a las reformas del sector de la seguridad, asegurar la retirada del grupo de asistencia técnica angoleño (una misión militar bilateral creada para apoyar esas mismas reformas) y garantizar la seguridad durante el periodo de transición.

¿Oportunismo?

Mientras que ciertos expertos indican que la CEDEAO mantiene una actitud pragmática, algunos se inquietan al ver ciertos países de la CEDEAO aprovecharse de la situación actual para reducir la presencia de Angola en Guinea-Bissau. Angola ha incrementado su ayuda y su asistencia técnica y militar en el transcurso de los últimos años.

Según una teoría, la CEDEAO ha utilizado la amenaza de una intervención militar de la Comunidad de Países de Habla Portuguesa (CPLP), que es dirigida por Angola y Portugal, para poder desplegar sus propias tropas.

Tras el golpe de Estado, la CPLP ha llamado a “la restauración inmediata del orden constitucional, al restablecimiento del gobierno legítimo y a la conclusión del proceso electoral”, una postura reiterada por el embajador angoleño en una declaración al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el 7 de mayo.

El informe de fuerza internacional ha permitido a los militares bissau-guineanos obtener el apoyo de la CEDEAO para su candidato M. Nhamadjo, afirmó Foucher del ICG.

Señaló que “es importante que toda la comunidad internacional se ponga de acuerdo y pida a la CEDAO concesiones significativas de los militares bissau-guineanos con el fin de garantizar que el proceso de transición permita un regreso eficaz y creíble a la democracia”.

Economía: “de mal en peor”

Para un buen número de bissau-guineanos, la democracia aún parece lejana, pero la situación económica constituye un tema de mayor preocupación que el orden político. La situación en cuanto a los Derechos humanos está más o menos estabilizada desde el golpe de Estado, según Marise Castro, experta en Guinea-Bissau de Amnistía Internacional, pero ciertos dirigentes próximos a Pereira y a Gomes Junior han recibido amenazas y permanecen todavía ocultos.

Varias manifestaciones han sido prohibidas y la prensa local está sometida a una estrecha vigilancia. “No hay un verdadero gobierno. Nadie toma decisiones y todo está paralizado… pero la población ha sido relativamente preservada, y los soldados tienen cuidado de mantenerse alejados de ella”, dijo Marise Castro.

El relance de la economía es la prioridad. “La situación económica empeora. Los funcionarios no han cobrado desde el 12 de abril, el precio de los productos alimentarios ha aumentado considerablemente y las familias tiene apenas nada que comer”, dijo a IRIN Almamy Sanha, de 40 años de edad, profesora en Bissau.

En los mercados, los vendedores apenas tienen trabajo. “La gente no tiene dinero, entonces no compran nada”, dijo Vladimir Monteiro, portavoz de la Oficina integrada de Naciones Unidas para la consolidación de la paz en Guinea-Bissau (BINUGBIS).

Una rápida estimación realizada el 2 de mayo por el Programa Alimentario Mundial (PAM) ha mostrado “un progresivo deterioro de la seguridad alimentaria de los habitantes debido a su pobre poder adquisitivo y a la escasez de los bienes de consumo básicos en los mercados”, a finales del mes de abril.

Luis Mança, funcionario de 55 años, ha dicho a IRIN que desde que no percibe su salario “sólo gasto 100 FCFA (2 dólares) en vez de los 2.000 FCFA habituales, y mis hijos no tienen ni desayuno ni cena”.

En el campo, “la situación es preocupante”, dice la conclusión de una reunión sobre seguridad alimentaria, el 23 de abril. La gente come productos locales, pero no tienen muchos cereales debido a la mala cosecha de 2010, y el número de familias rurales ha crecido desmesuradamente debido a las12.000 personas que han huido de la capital por el golpe de Estado.

La demanda de anacardo – uno de los principales productos exportados por el país y la principal fuente de ingresos de los granjeros – se ha derrumbado, comentó Bárbara Weber, encargada de las operaciones sénior por el Banco Mundial en Guinea-Bissau. “La demanda de anacardo bruto se ha derrumbado y los precios han registrado un descenso del 70% en relación al mismo periodo del año pasado”. Esto podría tener “un grave impacto sobre la reducción de la pobreza”.

Cierre de escuelas

Todos los servicios públicos han sido suspendidos, ya que los funcionarios no han cobrado y están en huelga. “La paralización de los colegios públicos, y en general de las instituciones educativas, se ha agravado tras el golpe de Estado. Ha vuelto a poner en entredicho la finalización de este año escolar y podría acarrear su anulación”, previno un manifiesto publicado el 9 de Mayo por un grupo de ONG de Guinea-Bissau.

Sólo el 23 % de los niños de Guinea-Bissau acceden a la enseñanza secundaria, según UNICEF.

El acceso a los servicios sanitarios – ya reducido en Guinea-Bissau – también ha empeorado. “Los hospitales que fueron cerrados todavía no están operativos. En el campo, las ONG pagan por los medicamentos, pero no lo hacen con los salarios del personal”, dijo Tomás Serna, que dirige la oficina de SNV, organismo de desarrollo holandés, en Bissau. “Los miembros del personal no tiene motivación y cuando trabajan, son amenazados por los sindicatos que han llamado a la huelga”.

El sistema de alerta para las enfermedades epidémicas – fundamental para la detección y prevención de las epidemias de cólera que surgen con regularidad en Guinea-Bissau – ya no funciona, lo cual es preocupante, dijo T. Serna. La Unión Europea contribuye al funcionamiento de los generadores que permite abastecer de agua a los bissau-guineanos durante un periodo de dos semanas, pero Serna se preocupa ante la falta de respuesta a largo plazo.

El impago de los salarios, que es fuente de inestabilidad crónica en Guinea-Bissau, podría igualmente concernir a las fuerzas militares. Circulan rumores de descontento en el seno del ejército.

Un trabajador de una ONG, que ha preferido conservar el anonimato, ha dicho que la jerarquía militar ha enviado emisarios a los cuarteles para dar explicaciones sobre el golpe de Estado y apelar a su lealtad. A largo plazo, los desacuerdos en el seno del ejército podrían llegar a ser peligrosos, advirtió Foucher del ICG: “Hasta ahora, el ejército ha logrado controlar las tensiones internas, a pesar de las divisiones étnicas y entre facciones, pero no se sabe cuánto va durar esta situación”.

Según fuentes diplomáticas, los dirigentes de la junta militar habrían organizado la llegada de nuevas partidas de cocaína provenientes de América Latina con el fin de poder financiarse y apaciguar las tensiones en el seno del ejército.

Desde hace tiempo, Guinea-Bissau es una zona de tránsito para la droga con destino a Europa. Foucher ha señalado que “según varias fuentes de seguridad y diplomáticas, se ha relanzado el tráfico de droga”.

IRIN News, 24 de mayo de 2012.

Traducido para Fundación Sur por Juan Carlos Figueira Iglesias.

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