El Primer ministro de Kenia Raila Odinga ha asegurado el miércoles que no dejaría instalarse una “guerra de religiones” en Kenia, después de un encuentro con jefes musulmanes y cristianos en Mombasa, ciudad sacudida por dos días de motines después del asesinato de un predicador islamista.
“Los cristianos y los musulmanes predican la paz, pero hay algunas personas que están ahí para encender un conflicto entre cristianos y musulmanes”, ha declarado M. Odinga. “No dejaremos a las fuerzas exteriores incitar a los keniatas a una guerra religiosa”, ha añadido, denunciando una vez más el asesinato del predicador Abu Rogo el lunes. Kenia es mayoritariamente cristiana. Una importante comunidad musulmana vive a lo largo de la costa. Lunes y martes, los conflictos en Mombasa, segunda ciudad de Kenia y un destino turístico, han hecho al menos 4 muertos (tres policías y un civil) y al menos 12 heridos entre las fuerzas del orden. Cientos de jóvenes han lanzado piedras a los coches y a las tiendas, saqueado y quemado iglesias. Las violencias han comenzado inmediatamente después del asesinato de Rogo, muerto cuando se encontraba en su vehículo con su familia. Rogo estaba amenazado con sanciones de la ONU y de los Estados Unidos por sus presumibles vínculos con los islamistas somalís chebab. Estaba acusado de reclutar y colectar fondos para el movimiento islamista, unido a Al Qaida. A comienzos de 2012, Rogo había sido detenido en una redada de la policía en su casa. La policía afirmó haber encontrado armas, municiones y detonadores. El predicador estaba desde entonces en libertad bajo fianza.
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