Análisis de prensa 21-06-11

28/06/2011 | Análisis de Prensa 2011-2013

LA DIFICIL EMERGENCIA DE UN ISLAM DE FRANCIA

Las llamadas recurrentes de la derecha como de la izquierda, para hacer emerger un « islam de Francia”, ¿están condenadas a quedar en papel mojado? Sí, si nos atenemos a los balances de las diversas iniciativas e instituciones lanzadas por los poderes públicos durante estos últimos años, tanto cuando se trata de la representación de los musulmanes, o de la financiación de las mezquitas, como de la formación profana de los cuadros religiosos.

Mohammed Musaui, que será reconducido el domingo 19 de junio a la cabeza del Consejo Francés del Culto Musulman (CFCM), conserva el mando de una institución cuya legitimidad es cada vez más contestada sobre el terreno.

Esta “instancia” representativa, deseada por los gobiernos sucesivos desde hace una veintena de años, vio la luz con fórceps en 2003 gracias a Sarkozy, cuando era ministro del interior, a fin de promover un “islam de Francia”, que los responsables políticos deseaban implícitamente que fueran “moderados”. El CFCM, minado por las guerras intestinas, hoy se mantiene a flote por la voluntad de su sucesor, que está también encargado de los cultos.

En ocho años, el CFCM se ha impuesto ciertamente en el paisaje institucional, junto a otras confesiones. Pero, en materia de la gestión del culto, y a pesar de los avances a nivel regional, su balance se aproxima a cero. Sobre todo, el CFMC, supuestamente mandatado para hacer cohabitar las diversas expresiones del islam, ha fracasado en la misión de disminuir las luchas de influencias entre los organismos musulmanes que se mantienen próximos de sus países de origen (Marruecos y Argelia) o de las corrientes particulares del islam (Unión de las organizaciones islámicas de Francia, UOIF).

Las elecciones del 5 de junio han dado lugar a diferencias jamás igualadas. Dos de las tres federaciones más importantes la de la Gran mezquita de París et UOIF, han boicoteado el escrutinio, y el CFCM ha perdido una vez más su credibilidad.

Otro intento abortado: La racionalización de la financiación de las mezquitas, que los poderes públicos hubieran preferido que salieran de la influencia extrajera. Pensado como un instrumento de transparencia, la Fundación de las actividades del islam, instalada en 2007, no ha sabido movilizar las energías musulmanas para colectar y mutualizar fondos.

En fin, siendo la emergencia de imames y de cuadros religiosos musulmanes formados a la laicidad una prioridad de los sucesivos ministros del interior, la formación emblemática de este proyecto pierde fuerza solamente después de cuatro años de actividad. Sostenido por el gobierno, se ha previsto un nuevo dispositivo para octubre.

Estos fracasos institucionales no impiden al islam de estar presente en el paisaje francés. Sin la ayuda del CFCM o de cualquier otra Fundación, se van construyendo mezquitas en todo el territorio, financiadas en gran parte por los fieles y, en ciertos casos, por ayudas venidas del extranjero. Sostenidas por musulmanes nacidos o educados en Francia, hay iniciativas que surgen para la organización del mercado “halal” (carne de acuerdo con las reglas islámicas), la “lucha contra la islamofobia” o la abertura de escuelas coránicas en las mezquitas. Probablemente es ahí, más que en las estructuras oficiales, que habrá que buscar pronto el “islam de Francia”.


LE MONDE 21/06/2011

La CFCM crea un observatorio de la islamofóbia

Mohammed Mussaui, imam y matemático reconducido sin sorpresas a la presidencia del Consejo Francés del Culto Musulmán franco-marroquí de 47 años, ha anunciado la creación de un observatorio des actos islamófobos.

Será dirigido por Abdallah Zekri, actualmente responsable de la Federación de la Gran Mezquita de Paris en el Sur-Oeste, y actualmente en dificultad con su federación. Últimamente se ha ilustrado rompiendo su tarjeta de adhesión a la UMP delante de las cámaras de TV.

Por otra parte, Dalil Bubaker, rector de la mezquita de Paris, ha obtenido la presidencia de honor del CFCM, a pesar del boicot del escrutinio del 5 de junio; su elección no ha recogido la unanimidad.


LE MONDE 21/06/2011

Por Cecile Hennion

En El Cairo, los liberales quieren retrasar las elecciones

El campo liberal juzga prioritario la redacción de una nueva Constitución
Las fuerzas liberales egipcias, inquietas de una victoria probable de los Hermanos musulmanes en las elecciones legislativas previstas en setiembre, probablemente han conseguido convencer las autoridades de volver a mirar su calendario.

El domingo 19 de junio, el Primer ministro, Essam Charaf, se declaró favorable a posponer de las legislativas que “permitiría ofrecer a la escena política una posibilidad de reforzarse”.

En la euforia que ha seguido a la caída del presidente Mubarak, 22 partidos han sido creados, a los que hay que añadir un sin número de “comités” compuestos por los manifestantes de la Plaza Tahrir, y que todos tienen algo que decir en el momento que se va esbozando el porvenir. “Existe muchísimos movimientos e ideologías, pero ningún líder político ni coalición capaces de de tener un peso específico en las próximas elecciones”, resume Ahmed Maher, cofundador del Movimiento de los jóvenes del 6 de abril. Si su movimiento ha sido una de las fuerzas motrices de las manifestaciones de enero, sin embargo no quiere oir hablar de la creación de un enésimo partido político. “Queremos continuar haciendo lo que mejor sabemos hacer, asegura M. Maher, el lobbying por un Estado democrático y civil”.

Lo que teme Ahmed Maher, y con él muchos activistas liberales, es la confiscación del Parlamento por otras fuerzas mejor organizadas. El PND (Partido nacional democrático) por ejemplo del ex-presidente Mubarak y a pesar de su disolución y de sus purgas juzgadas superficiales, dispondría de recursos suficientes para renacer de las cenizas bajo otra etiqueta. En cuanto al partido de los Hermanos musulmanes, Justicia y Libertad, sería el principal adversario. Su capacidad de movilización ya no hace falta demostrarla pero su cota de popularidad real permanece desconocida.

Según un sondeo, que aparecerá el martes 21, los partidos laicos ganarían con un 25% de intención de voto, contra el 19% para los partidos islamistas. Si el partido de los Hermanos musulmanes goza de “una imagen positiva” en el 31% de los interrogados, solamente el 12% de entre ellos dicen querer votar por ellos. Finalmente, una mayoría del 49% de los que han participado en el sondeo no se pronuncia.

Esperando un eventual retraso de las elecciones, las fuerzas liberales tratan de unirse. El 7 de mayo, se ha fundado un Consejo nacional abriga, que, según uno de sus promotores, actual portavoz, “todos los partidos políticos y movimientos sociales que creen en un Frente civil y moderno”, y cuyo objetivo es presentar una lista común en las legislativas.

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