Por Nuria Tesón
El País 09/10/2011
Varios soldados y manifestantes muertos en una protesta de coptos en El Cairo
Los choques se han iniciado durante una manifestación de coptos que pedían el fin de la violencia religiosa contra su comunidad
La protesta por el nuevo ataque contra una iglesia copta en el sur de Egipto ha devuelto la violencia a las calles de la capital donde cientos de cristianos mantienen enfrentamientos con el Ejército a estas horas. El incendio de un templo en Merinab, un pueblo perteneciente a la turística región de Asuán, motivó la convocatoria de una manifestación que secundaron miles de coptos en El Cairo, y que ha terminado en un choque entre el Ejército y los participantes dejando al menos tres soldados muertos y más de treinta heridos, aunque otras fuentes, como el diario Al Arham eleva la cifra de fallecidos a 17.
Frente al Maspero, la sede de la televisión estatal donde habitualmente realiza sus reivindicaciones esta minoría religiosa, se reunieron miles de personas que pedían el castigo para los culpables de los ataques contra los cristianos así como protección para los miembros de esta confesión. La mayoría se había concentrado en el barrio de Shubra donde vive una importante comunidad cristiana y desde allí, liderados por sacerdotes coptos se desplazaron al centro de la ciudad. La versión oficial, opuesta a la de los manifestantes señala que una vez allí estos lanzaron cócteles molotov y dispararon contra el edificio y que los militares (que tienen presencia permanente y tanques en el Maspero), intervinieron para evitar daños.
Los participantes por su parte acusaron a los baltagueya, matones del depuesto régimen, de intentar sembrar el caos y a la televisión estatal de mentir a los ciudadanos al no dar el número de manifestantes que podrían haber muerto en los choques. La figura de estos camorristas, que atacan propiedades y personas para culpar después a los manifestantes, ha acompañado todas las manifestaciones que se han llevado a cabo tras la revolución.
Los disturbios llegan en un clima confuso respecto al futuro político del país que espera celebrar sus primeras elecciones legislativas tras la caída de Mubarak en febrero pasado, a finales de noviembre. La insatisfacción crece entre muchos ciudadanos que no ven claro el papel que la Junta Militar que gobierna de facto, desea jugar en el futuro del país. Hace unos días el mariscal Tantawi se paseó por el centro de El Cairo de paisano acompañado de un camarógrafo, lo que algunos interpretaron como una señal de su intención de postularse a la presidencia, algo que el militar negó.
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