Cada uno tiene su propio riesgo y peligro, a cada uno le toca su hombre extraño e inquietante, capaz de hacer delirar a las multitudes. El peligro de los Estados Unidos es del color naranja de la zanahoria y del tinte de Donald Trump, candidato a la nominación republicana, que promete que si es elegido, construirá un muro a lo largo de la frontera con México. El peligro de Sudáfrica es rojo, con una boina roja, es Julius Malema, el hombre que acaba de anunciar con mucha calma, en una entrevista concedida a Al-Jazeera, que si el ANC, el partido en el poder, continua molestándole, consideraría seriamente «derrocar al gobierno a punta de pistola».
En medio de este caos, el ANC ha presentado una denuncia contra Julius Malema, comandante de la formación que creó en 2013, después de su expulsión de la ANC, y a la que bautizó como “los combatientes de la libertad económica” (o EFF, “Economic Freedom Fighters”). El motivo de la denuncia del ANC es: alta traición, sobre la que el tribunal aún no se ha pronunciado. Pensar que la espera del resultado de esta denuncia induciría a la prudencia sería un craso error. Por el contrario: Julius Malema ataca aún más fuerte. Sí, él amenaza. Sí, la política también sirve para hacer reír a la gente. Sí, la política también sirve para asustar. El peligro es ahora de color rojo, el peligro es él.
La víspera del 1 de mayo, Julius Malema se presentó en un estadio simbólico de Sudáfrica, el de Orlando, en el corazón de Soweto recibiendo un baño de multitudes. Habla vestido de rojo. Todo es de color rojo.
lemondeafrique
Fundación Sur