Algunos intelectuales guineanos extremadamente impacientes.

16/01/2014 | Crónicas y reportajes

“Si se dice algo desagradable, al menos que sea honesto”. Esta célebre cita sacada del Libro Rojo de Mao Tse-Tung se aplica al artículo aparecido en la página web “aminata.com” el pasado 28 de febrero titulado “La funesta leyenda de Sékou Touré”.

Una componenda que se parece mucho más a un puñado de falsas informaciones extraídas de libros escritos por historiadores desfasados que tergiversaron la Historia a su antojo, que a un análisis susceptible de contribuir a la consolidación de la paz, al fortalecimiento de la unidad nacional y al desarrollo económico y social de Guinea.

Sobre todo lo que resulta inquietante de este famoso chupatintas es no sólo su ensañamiento contra los líderes manlinkés (1) sino también su manifiesto etnocentrismo, lo cual, todo buen intelectual honesto que se precie habría de evitar en este momento inicial de cambio y de esperanza en nuestro país, donde todos los guineanos aspiran de ahora en adelante a conseguir la paz y la felicidad después de los luctuosos acontecimientos de enero y febrero de 2007.

Es mejor decir que este artículo, perdón, éste manojo de informaciones sesgadas, sólo se parecen a su único autor. Al leer esta sarta de mentiras que acusan al antiguo presidente Ahmed Sékou Touré de todos los males, se tiene la impresión de que se refiere a otro dirigente, a otra Guinea.

¿Cómo puede afirmar que Sékou Touré no amaba a su patria?

Padre de la independencia, uno de los primeros sindicalistas africanos, un gran patriota, el timonel de la revolución guineana. Ahmed Sékou Touré queda y quedará por siempre para los africanos en general y los guineanos en particular, como un modelo de patriotismo y de nacionalismo.

¿Ya no se acuerda el autor de la primera declaración del Comité Militar de Recuperación Nacional (CMRN) al día siguiente del golpe de estado militar? cuando su portavoz proclamaba en las radios nacionales e internacionales: “¡Pueblo de Guinea! Acabas de conducir a su última morada a uno de tus hijos más prestigiosos, al que África y el mundo han rendido un merecido homenaje. La obra inmortal de Ahmed Sékou Touré habrá sido la de conducir a nuestro país a la independencia y la de hacer resplandecer sus nobles ideales y aspiraciones en los planos nacional e internacional…”

¿Acaso este gran hombre no merece ser inmortalizado? ¿Acaso sus admiradores no tienen derecho a crear asociaciones en su nombre? Seamos serios.

El primer régimen, como todo gobierno africano, al día siguiente de la independencia, tenía una única ambición: la creación de una nación. En su proceso de construcción y consolidación aquellos que intentaron traicionar a su patria pagaron el precio.

¿Cuantas veces el grupo de Kaman Diaby y de Fodeba Keita atentaron contra la vida de Sékou Touré? ¿Cuántas veces el grupo de Telly Diallo y de Alpha Oumar Barry trataron de eliminar al padre de la nación? ¿Qué decir del complot del “pequeño Touré”? (2)

Da igual, no se puede aplaudir la muerte de un ser humano cualquiera que sea la razón. Además, no dejaremos nunca de rezar por el reposo de sus almas y de compartir el sufrimiento de sus familiares.

Al día siguiente de la desaparición del Presidente Ahmed Sékou Touré se bramaba en todas las emisoras de radio que podría tener millones en el banco por aquí y palacios por allá. A día de hoy ¿Dónde están estos millones y estos palacios?

He aquí el único presidente de nuestra época que no tenía cuenta bancaria ni una casa fuera de Guinea. Legó todos sus objetos de valor.

A modo de ejemplo se puede citar entre otros, la actual cancillería de Guinea en Rabat y los millones de dólares que volcó en las arcas del Estado y que fueron entregados por el antiguo presidente iraquí Sadam Hussein, durante sus intentos de reconciliación entre Irak e Irán en los años setenta.

Los recursos minerales que el presidente Conté y su clan estaban dilapidando entre los años 1984 a 2007, ¿No eran un dominio reservado del difunto presidente que conservó esos veintiséis años para la generaciones futuras?

Durante sus 54 años de testimonio el autor del libelo jamás ha publicado, sin embargo un solo artículo que proclame los méritos de Sékou Touré.

Nuestro colega, por lo tanto, no ha escrito ningún artículo sobre Siradiou Diallo, que estaba sin embargo, en el buque de guerra de los portugueses durante la agresión del 22 de noviembre de 1970. Tampoco ha escrito jamás sobre el espectacular desvío de fondos públicos de Cellou Dallein Diallo durante su paso por los diferentes departamentos ministeriales, su cargo de primer ministro incluido. No obstante, la riqueza actual de Dallein trasciende las fronteras guineanas. Más de una treintena de fincas, cuentas bancarias en el extranjero y varias empresas en Senegal. Por último tampoco informó a los jóvenes de la etapa posterior a la independencia del desvío de dinero del contribuyente guineano llevado a cabo por Bah Mamadou antes de su exilio.

El corresponsal de la página web “aminata.com”, residente en Conakry, no publica más que comunicados hostiles sobre primer ministro Lansana Kouyaté, aunque para ello haya que inventar cualquier cosa. Con el fin de ironizar, se permite escribir, citando según él a uno de sus colegas, Lansana “Fouyaté” haciendo alusión a fou, loco en francés.

Otro corresponsal, siempre de «aminata.com», desearía pura y simplemente otro 4 de julio en Guinea, es decir, la eliminación de dirigentes y oficiales militares malinkés como en 1985.

Lógicamente, ¿qué reproche se va a hacer a este gobierno de Kouyaté que sólo sigue la hoja de ruta trazada por todas las fuerzas vivas de la nación?

Desde luego queda mucho por hacer, pero es justo reconocer que el balance de este gobierno de consenso es satisfactorio en todos los niveles.

Sobre el plan económico por ejemplo, todos los indicadores son esperanzadores: la recuperación de la estabilidad macroeconómica, la reducción de la inflación del 40 al 12%, la eliminación del déficit presupuestario y la inclusión del servicio de transporte como parte de los servicios sociales básicos.

También se ha restablecido la confianza entre el gobierno y las instituciones de Bretton Woods. Además de la anulación de una parte de la deuda pública guineana, se rubricó el acuerdo formal con el Fondo Monetario Internacional.

Consecuencia: el rescate con divisas del banco central y las inversiones extranjeras se atropellan delante de las puertas de los ministerios para la obtención de contratos.

Entonces, una vez más, seamos serios y patriotas. Evitemos pisar las hojas secas del otoño para acallar ruidos, muchos ruidos por cierto. Guinea ya no precisa esto. Exactamente como tampoco necesita más intelectuales que cultiven el etnocentrismo o que aviven las brasas que asuelen nuestra patria.

En lugar de seguir removiendo el pasado, ¿por qué no enfrentarse a los graves problemas del momento que ponen en tela de juicio el cambio por el que algunos de nuestros hermanos y hermanas han pagado con su vida?

En lugar de reprobar a un dirigente porque no sea de su propia etnia, sería mejor enfocar las críticas en aquellas cosas positivas o negativas que hace. Todas las invectivas que denigran a los responsables manlinkés vienen siempre de los mismos individuos. Afortunadamente no hablan en nombre de sus respectivas etnias sino en el suyo propio.

Basta con que un malinké sea designado para un cargo de responsabilidad para que empiecen a emponzoñarle, acusándole de todos los males como si además fuera la causa de todas la desgracias de Guinea.

Aún se recuerda la cuestión subjetiva del sucesor de Siradiou Diallo, Ousmane Bah, que el año anterior pasó de ocupar el cargo de primer ministro a sentarse en un escaño en el hemiciclo guineano: “¿A cuántos malinkés nombró prefectos o gobernadores?” dijo. Esta pregunta dice mucho de la mentalidad de algunos intelectuales guineanos que piensan que los nombramientos para los puestos de responsabilidad deben ser hechos no en función de las aptitudes intelectuales sino en proporción al número de etnias que componen Guinea.

Por extraño que pueda parecer, si todos los ejecutivos competentes y honestos sólo fueran peuls (3), ello molestaría menos a un patriota que si fueran nombrados para puestos de responsabilidad según su competencia, con tal de que el trabajo que se les pida estuviera bien hecho.

Pero lo que es evidente y sobre todo lamentable, es que si un directivo de la etnia de estos grandes charlatanes y detractores fuera nombrado para el puesto que hoy ocupa Lansana Kouyaté, iba a cerrar el pico o a hacer apología de este gobierno. Nunca hubieran escrito falacias para desacreditarlo.

Los intelectuales deben comprender que el futuro de nuestro país no depende más que de ellos. Deben por consiguiente, prestar atención a lo que escriben. Los profesionales de la opinión y los periodistas tienen la obligación de contribuir a fortalecer la unidad nacional.

Aprovechar nuestras diferencias para unirnos y desarrollarnos en lugar de dividirnos.

Rechazar dar aliento al etnocentrismo y tratar de hacer críticas edificantes y objetivas orientadas a la construcción de una nueva Guinea unida, próspera y democrática. He aquí, de hecho, su deber.

Bangaly Condé «Malbanga»

Guinee24.com

1 – También denominados mandingas.

2 – Llamado, también, “complot de los comerciantes”, dada la profesión de Mamadou Touré, “el pequeño Touré” un hombre de negocios de talante a la vez osado e ingenuo que encabezaba una asociación de empresarios con la que pretendió crear un partido político para desafiar al régimen de partido único de Ahmed Sékou Touré.

(3) – Los peul o fulani, son un pueblo nómada del África Occidental.

(Traducción, Antonio Vázquez)

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