La delegación provincial de RENAMO en la ciudad de Maputo estuvo el día 18 de enero bajo el cerco de las Fuerzas de Defensa y Seguridad, lo que volvió a generar miedo y sospecha entre los cuadros del mayor partido de la oposición, que desconocían la razón de esa acción policial.
Tal como aconteció en la última semana de diciembre, un fuerte aparato policial, compuesto por diferentes cuerpos, tomó posiciones, desde las primeras horas de la mañana, para, según el porta-voz de la Policía Republicana de Mozambique (PRM) para la ciudad de Maputo, Orlando Mudumane, asegurar el orden y la tranquilidad pública de los ciudadanos. Mudumane dijo que se trataba de una actividad normal de la corporación, con el fin de asegurar la tranquilidad de los ciudadanos.
De hecho, la realidad no es tan sencilla como la presenta Mudumane. El ambiente de tensión e inseguridad no se limita a la capital, Maputo. La presencia de fuerzas militares gubernamentales y del principal partido de la oposición, RENAMO, en la provincia de Tete continúa atemorizando a las poblaciones locales, que han comenzado a abandonar sus residencias y a buscar refugio en el vecino Malawi. Son más de dos mil los mozambiqueños en los campamentos de refugiados, levantados en los distritos malauianos de Mwanza y Chikwaea, algunos de los cuales afirman que huyen de las Fuerzas de Defensa y Seguridad, que incendian sus moradas y matan a sus parientes. “Los militares llegaron en vehículos del Gobierno, quemando casas y campos, y nos acusaron de apoyar a los hombres armados del partido RENAMO… El hijo de uno de mis tíos fue asesinado a tiros, a pocos metros de donde yo me encontraba”, decía Flora Emberson a la emisora la Voz de América. Flora cree que los militares que protagonizaron la acción pertenecen a las fuerzas del gobierno, ya que dijeron que sospechaban que la víctima estuviese ayudando a los guerrilleros del partido RENAMO.
Otros ciudadanos contaron a la agencia de noticias Lusa que el día 30 de diciembre militares de las Fuerzas de Defensa y Seguridad intentaron ultrapasar un cinturón de seguridad, hecho por los hombres armados de la “perdiz” (Renamo), que se han reagrupado en la región de NKondezi, en el distrito de Moatize, desde mitades del año pasado, lo que dio lugar a un tiroteo. Filipa Cadeado, una comerciante de la región, dijo que por lo menos seis casas fueron quemadas, cuando la fuerza especial de la policía mozambiqueña avanzó sobre el “baluarte” de la RENAMO.
En el mes de julio, después de que los militares de RENAMO realizasen dos ataques en la provincia de Tete, residentes locales mozambiqueños comenzaron a buscar refugio en Malawi, especialmente en los distritos fronterizos de Mwanza y Chikwaea, que se encuentran a medio kilómetro de Mozambique.
“Los militares llegaron en vehículos del gobierno y quemaron casas y campos, y nos acusaron de dar apoyo a los hombres armados del partido RENAMO”, dijo a la agencia France Press Omali Ibrahim, un campesino de 47 años de edad, que está refugiado en el campamento de Kapise, en el distrito de Mwanza, con su mujer y sus cinco hijos.
También refugiado en este campamento, en el que la semana pasada había 1580 refugiados, está Luciano Laitoni y su familia. “Nos habrían matado las fuerzas gubernamentales si no nos hubiésemos escondido en la selva durante dos días”, dijo a la agencia France Press el agricultor de 60 años de edad, que llegó a Malawi cansado y con sus pocas posesiones. “Nuestra casa y el granero de maíz fueron incendiados”, añadió.
“Nosotros sólo somos campesinos y nunca hemos visto hombres armados del partido RENAMO”, declaró Charles Luka, que no estaba en su casa cuando esta fue quemada, y no encontró a su mujer y a sus dos hijos, después de esa operación atribuida a las Fuerzas de Defensa y Seguridad de Mozambique.
Según el periódico malauiano “The Daily Times”, que cita fuentes del gobierno de Malawi y del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), a los cerca de 800 refugiados que llegaron a mitades de 2015 se han unido, desde el mes de diciembre, centenas de otros todos los días.
“En este momento todavía no hemos hecho el registro de todos, pero tenemos indicaciones de que pasan de las dos mil personas, y continúan llegando”, dijo el día 8 de enero Gift Raposo, una autoridad gubernamental del distrito de Mwanza, que añadió que hay cada vez mayor presencia de militares de las Fuerzas de Defensa y Seguridad en la provincia de Tete, lo que ha causado el pánico en las poblaciones mozambiqueñas.
Raposo también afirmó al citado diario malauiano que los refugiados fueron alertados por las autoridades de Tete para que abandonasen la región donde están agrupados los hombres del partido RENAMO para su propia seguridad ya que “puede pasar cualquier cosa”.
No se ve el fin de la tensión política y militar actual, aunque el Jefe de Estado mozambiqueño, Filipe Nyusi, siga afirmando públicamente su compromiso por la paz, y su empeño por encontrar una solución negociada. La verdad es que las propuestas presentadas por el mayor partido de la oposición siempre han sido sumariamente rechazadas por el partido en el poder.
Afonso Dhlakama, el presidente del partido RENAMO, considera que ya no hay nada que negociar, y avisó que va a comenzar a gobernar “a partir de marzo en las provincias de Niassa, Nampula, Zambezia, Tete, Sofala y Manica”, en las que reclama la victoria en las elecciones generales de 2014.
Las actividades armadas de las Fuerzas de Defensa y Seguridad se han intensificado en varios puntos del país desde octubre con una pretendida operación de recogida de armas, que están ilegalmente en posesión de los hombres de la “perdiz”, y que culminaron con el cerco de una residencia donde Dhakama se encontraba en la ciudad de Beira.
Sobre las armas en posesión de sus hombres y mujeres, el líder de RENAMO ya había afirmado que “no somos un partido armado, tenemos sólo los guardas de seguridad”, cuya existencia está prevista en el protocolo del Acuerdo General de Paz, que según FRELIMO, el partido en el poder desde hace 40 años, está caducado por lo que ya no tiene ninguna vigencia en el presente. “RENAMO nunca será desarmado, que nadie lo intente…”, ha repetido varias veces su presidente Afonso Dhakama.
Con esta situación en vista, los refugiados no van a regresar a Mozambique próximamente. Sin embargo, las condiciones de los refugiados, que incluyen muchas mujeres y niños, son precarias, debido a la falta de tiendas, saneamiento, agua potable y alimentos. Bestone Chisamile, un alto responsable del Ministerio del Interior de Malawi, visitó el campamento de refugiados de Mwanza el día 7 de enero, y prometió que su equipo haría un inventario de las necesidades de los ocupantes mozambiqueños.
Entre tanto la representante del ACNUR en Malawi, Monique Ekoko, que visitó los campamentos, se mostró reocupada con la llegada de un número cada vez mayor de refugiados, debido a los límites de espacio y a la falta de condiciones adecuadas para acogerlos.
“Los refugiados todavía temen por sus vidas ya que afirman que están siendo perseguidos: algunos ya fueron atacados, otros fueron testigos de sus casas quemadas y muchos durmieron en cavernas durante la fuga por miedo a los tiros. Por eso tendremos que darles mucha asistencia durante un largo periodo ya que no van a regresar a Mozambique por ahora”, afirmó Ekoko al “The Daily Times”, añadiendo que el gobierno de Malawi tiene la responsabilidad de ocuparse de los refugiados como país de acogida.
Malaui albergó a muchos miles de refugiados mozambiqueños durante la guerra civil entre el gobierno de Mozambique (FRELIMO) y la Resistencia Nacional de Mozambique (RENAMO), entre 1977 y 1992.
Fuentes: O Pais Online y @a verdade Online