Mientras que la clase política congoleña está distraída con la revisión constitucional, la formación de la Comisión Electoral Nacional Independiente, y las hipotéticas próximas elecciones de 2011, la ocupación ruandesa de la provincia del Kivu Norte continúa por el buen camino. Las agencias de la ONU no dejan de sorprender a los congoleños. El ACNUR y PNUD, han instalado dos contingentes ruandeses en el sur del territorio del Kivu Norte, Lubero, concretamente en Luofu. Entre los ruandeses instalados, la población local de Luofu ha reconocido a oficiales de la FDLR (Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda), que habían atacado la región entre 2004 y 2008.
La triste constatación es que los pueblos que tantas veces han sido incendiados son los mismos sitios a los que vuelven los ruandeses, con el establecimiento de ACNUR y PNUD. Los mismos pueblos corresponden a la demarcación de la zona petrolera, según Graben Albertine. Este es el caso de Luofu, Alimbongo, Mbughavinywa, Muramba y otros.
En otras palabras, que la quema de estos pueblos no fue (o no es) al azar, sino que ha sido parte de un plan de ocupación del Kivu Norte. Los primeros contingentes de ocupantes demuestran que las FDLR, sospechosos de haber incendiado las casas de estos pueblos, forman parte del plan de ocupación, son beneficiarios de los crímenes que han cometido ellos mismos en el Kivu Norte.
Los autóctonos del este de la RDC ya distinguen entre las FDLR falsas y las FDLR verdaderas. Kiwanja, la ciudad mártir del territorio de Rutshuru, donde se han cometido muchas masacres de congoleños, será el cuartel general de la compañía petrolera del Graben Albertine. Como ya hemos dicho, todos los crímenes cometidos contra la población congoleña se han cometido con esta meta, hacer huir a los congoleños de los lugares que ahora acogen a los ruandeses. Si los congoleños se resisten a huir, el riesgo de enfrentamiento entre los autóctonos y los “retornados” es muy grande.
En otras partes de Kivu Norte, se asiste a una permutación de tropas desmovilizadas del CNDP (Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo) [rebeldes hasta hace poco liderados por el general Laurent Nkunda, que afirma defender al pueblo tutsi de las FDLR, supuestamente conformadas por hutus], una operación que según las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo, FARDC, favorecerá la entrada de más soldados provenientes de Ruanda en el seno de las FARDC.
La actualidad del este de la RDC también está dominada por la infiltración de ruandeses en el Kivu Norte y el norte de la provincia de Katanga, que se hará a partir de Tanzania, y que está prevista para empezar en el mes de marzo de 2011.
Según los observadores, el proyecto actual de la comunidad internacional que apoya la balcanización de la RDC, es la finalización de la infiltración ruandesa. La realización de este proyecto explicaría también por qué la CENI tarda en formarse. La CEI, actual Comisión Electoral Independiente, cuya prioridad es según ellos mismos “revisión de los ficheros electorales”, debe terminar su único objetivo que es enrolar a los ruandeses como si fueran congoleños y darles tarjetas de votantes, antes de dar paso a la nueva CENI.
Estos momentos son claves para la República Democrática del Congo, para muchos observadores, las elecciones de las que tanto se habla en Kinshasa son una posibilidad de implantar este segundo plan de balcanización de la RDC, basado en la infiltración ruandesa en las provincias del este de la RDC, para preparar las bases de un proceso de autonomía de esta parte del país, siguiendo el modelo de Kósovo o más recientemente Sudán.
El caso de los primeros contingentes de ruandeses llegados a Luofu, en el territorio de Lubero, en el pasado mes de enero de 2011, ha desvelado que la comunidad internacional está decidida a finalizar la infiltración. Se ha podido ver a los ruandeses llegar a Luofu en camiones Mitsubishi Fuso, con tiendas, alimentos y otros tipos de equipajes cerrados. Los camiones utilizados en esta operación de ocupación del sur de Luberi no tienen matrícula.
Más de 200 ocupantes ruandeses se han asentado en la localidad de Luofu. Entre estos primeros ocupantes hay tutsis, hutu, jóvenes, adultos, ancianos, hombres y mujeres, según los observadores. Oficialmente vienen de Masisi. Pero los niños, que se han mezclado pronto con los niños de Luofu, han dicho que vienen de Ruanda.
Cuando los habitantes de Luofu han sido invitados por las agencias de la ONU para identificar a los “visitantes” que estas ONG todavía insisten en presentar como congoleños refugiados que vuelven de Ruanda, los vecinos han encontrado que sólo dos familias congoleñas. Estas familias, que en su día habían comprado tierras a los jefes locales, habían vendido después los terrenos, antes de partir hacia Ruanda. Según el derecho de costumbre, estas dos familias han perdido su derecho de utilización de la tierra, que para los Nande, es una propiedad comunitaria.
Otro hecho sorprendente del que se habla por todas partes en el sur de Lubero, es que se han descubierto entre los supuestos retornados a dos oficiales de las FDLR, que habían participado en los ataques y asesinatos de varios pueblos de la zona, entre 2004 y 2007. Estos dos oficiales son Rutwe Bagare y Sebasore. Este hecho ha disparado la tensión en Kivu Norte, donde la población no está de acuerdo con toda esta operación llamada “retorno de refugiados congoleños”.
Se cree que la operación de infiltración de ruandeses en el este del Congo se ha realizado sin la implicación del gobierno provincial. La población de Luofu, por tanto, ha exigido la presencia de las autoridades de Kivu Norte, para explicar y debatir las consecuencias de las presencia de tantos ruandeses entre ellos. Lanzan preguntas al gobierno provincial como ¿puede permitir el gobierno la instalación de más de 200 ruandeses en una localidad ya superpoblada como es Luofu? Si las autoridades no han intervenido, esto demostraría que estamos hablando simplemente de una ocupación armada o una colonización con población ruandófona. La población de Luofu espera una respuesta clara, para saber a qué atenerse.
El descubrimiento de oficiales de las FDLR entre los primeros contingentes de ruandeses llegados a Luofu quiere decir para los autóctonos que la famosa persecución de las FDLR, que ha sido varias veces objeto de operaciones conjuntas militares entre Ruanda y la RDC, no fueron más que una pantomima.
Algunos observadores temen que estas operaciones darán lugar a una guerra civil sin nombre, o a un genocidio del pueblo congoleño.
Correspondencia particular desde Kirumba.
(Beni Lubero, RDC, 07-02-11)