Es una vergüenza cómo la mayor parte de la prensa internacional trata a Malí y a los malienses, personas en su mayoría dialogantes y pacíficas. Tras el acuerdo de transición alcanzado el domingo, Malí vuelve a los medios de comunicación porque se puede volver a hablar de violencia. En este caso, de actos violentos por parte de una minoría que se manifestó contra la decisión tomada. Por reprobables y denunciables que sean, sin duda, este tipo de actos, profesionalmente agota que nunca haya espacio o tiempo suficiente para compensarlos o para, al menos, intentar analizarlos…
Así que, como nos pidió ayer el primer ministro de Malí, Cheick Modibo Diarra, el primer avergonzado por el comportamiento violento de algunos de sus compatriotas, asumamos -compañeros periodistas- nuestra responsabilidad por las consecuencias que tiene nuestro trabajo en la imagen de todo un país…
Ni la actualidad ni la ignorancia nos eximen ya…
Nota a los lectores habituales de este blog: Disculpad mi ausencia durante las últimas semanas. Motivos personales me han impedido estar aquí. Superados, retomo la información sobre Malí -durante un par de semanas para un medio al que solo se accede por suscripción, de ahí que hoy no pueda contaros más- y me comprometo a volver a escribir en breve sobre ese otro África Subsahariana, por el que se creó este blog.
Original en : Es la Hora de África