El número de muertos por las inundaciones acontecidas recientemente en una de las provincias más pobres de Sudáfrica ascendía, el pasado 12 de junio, al menos a 78 personas. Un alto funcionario declaró que las labores de rescate durante las primeras horas pasadas tras el desastre se habían visto «paralizadas» debido a la falta de recursos.
Según Africanews, Sudáfrica se ha visto afectada por fuertes tormentas invernales desde el 5 junio, causando intenso frío, copiosas nevadas e inundaciones en varias provincias. Los meteorólogos ya habían advertido la semana pasada que un frente frío particularmente fuerte estaba a punto de azotar al país. La región del Cabo Oriental ha sido la más afectada. El Servicio Meteorológico Sudafricano ya había advertido de un alto riesgo de inundaciones, con posibilidad de carreteras cerradas y peligrosas condiciones de viaje. Las nevadas son habituales en algunas zonas de Sudáfrica durante los meses de invierno, de junio a agosto, con temperaturas que a veces descienden por debajo los 0 centígrados.
Después del aviso se movilizaron equipos de gestión de desastres y servicios de emergencia a las zonas más afectadas. Entre otras labores de emergencia, los equipos de rescate también buscaron un autobús con escolares que fue arrastrado por las inundaciones en Ciudad del Cabo. Se desconoce cuántos estudiantes viajaban en el vehículo, pero tres fueron encontrados con vida antes de que se suspendieran las labores de rescate al anochecer.
En otro incidente se encontraron los cuerpos de siete personas arrastradas por las inundaciones en el distrito OR Tambo de la misma provincia. Otras cinco personas murieron cuando un minibús taxi volcó cerca de la ciudad costera de East London. El conductor declaró haber perdido el control al intentar esquivar un árbol caído.
Las peores inundaciones, que afectaron sobre todo la ciudad de Mthatha y sus alrededores, se produjeron durante la noche, mientras muchas personas dormían. El agua alcanzó de 3 a 4 metros de altura en algunos lugares al desbordarse un río e inundar las comunidades cercanas.
Las operaciones de rescate se vieron fuertemente limitadas por la escasez de recursos disponibles. La provincia del Cabo Oriental, mayoritariamente rural y con una población de aproximadamente 7,2 millones de personas, solo contaba con un helicóptero de rescate. Este voló a Mthatha desde la ciudad de Gqeberha, a más de 500 kilómetros de distancia. La región tampoco contaba con buzos de rescate especializados ni unidades caninas, por lo que tuvieron que ser llamados desde otros lugares para ayudar en la búsqueda.
Casi medio millón de hogares también se quedaron sin electricidad tras la tormenta. La empresa eléctrica estatal Eskom informó que casi 300.000 hogares se vieron afectados por cortes de electricidad en 14 pueblos y aldeas del Cabo Oriental. Otras 196.000 viviendas en 24 zonas de KwaZulu-Natal también sufrieron cortes de electricidad.
El ministro de Transporte de KwaZulu-Natal, Siboniso Duma, declaró que las fuertes nevadas provocando que muchos camiones se quedaran atascados en las carreteras, causando una gran congestión.
Los científicos afirman que el cambio climático está provocando lluvias más intensas en la región. Ya anteriormente, las inundaciones repentinas y el desbordamiento de ríos entre el 30 de abril y el 2 de mayo causaron daños significativos en unas 4.500 viviendas y dejaron 18 heridos.
Fuentes: BBC Africa – Africanews – O Pais
[Traducción y edición, Jesús Zubiría]
[CIDAF-UCM]
