Cuando este viernes por la noche puse el pie en la escalerilla del avión y asomé la cabeza en la pista del aeropuerto Leopold Sedar Senghor de Dakar, una vaharada de aire caliente me dio la bienvenida y me dejó claro, así, de entrada, que llegaba a un lugar diferente. Ya estoy en Senegal y África me ha recibido a su manera, envolviéndome en su maravilloso caos.
Llevo quince años yendo y viniendo a este continente que tantas cosas me ha dado y enseñado, pero este viernes, cuando salí a las calles de Dakar por primera vez tras superar la avalancha de buscavidas que siempre cerca el aeropuerto, tuve una sensación nueva. Y es que en esta ocasión no vengo por una semana o por tres, he venido para quedarme. No sé por cuánto tiempo ni qué caminos transitaré, sólo cargo en el equipaje mi empeño, mi curiosidad y un hilo secreto con el que iré tejiendo algunas historias.
Llevo a un Senegal que vive momentos difíciles. Un país partido en dos entre quienes consideran que su presidente, Abdoulaye Wade, debe seguir en el poder y quienes opinan, por el contrario, que ya se ha acabado su ciclo y debe dejar paso a otros. Un país que ha sido ejemplo de democracia y solidez en esta parte del mundo y que está viviendo una tensión en la calle que algunos consideran un contagio de la primavera árabe, es posible, pero que tiene su propia dinámica interna y que se alimenta de un tremendo y generalizado malestar ante el grave deterioro de las condiciones de vida en este país. Las elecciones están previstas para febrero de 2012, pero hasta ese momento van a suceder muchas cosas. Ya están pasando.
Pero no es sólo Senegal. Mil veces lo dijimos. África tiene infinidad de historias que ofrecernos distintas de la guerra, el hambre, el conflicto o las revueltas. Sólo hay que estar aquí para buscarlas, vivirlas de cerca y contarlas. A partir de ahora este blog, que ha estado por momentos algo dormido pero no muerto, será, más que nunca, una ventana hacia África. El espacio en el que iré colgando algunas reflexiones y vivencias sobre este periplo que empiezo
hoy y que no tengo ni idea de hasta dónde me va a llevar. Les invito a viajar conmigo. ¿En qué consiste, si no, nuestro oficio de periodistas? Más aún, ¿en qué consiste la vida?
Original en Guinguinbali