Aimée tuvo suerte, Por Chema Caballero

12/05/2015 | Bitácora africana

Aimée nació en Yaundé, Camerún, y llevó una vida normal, como la mayoría de las personas de su país. No era fácil, dice, pero, más o menos, salía adelante. Sin embargo, con 25 años empezó a notar un dolor en la cadera y ese fue el principio de muchos meses de sufrimiento.

Cuenta Aimée que en su país cuesta mucho dinero acudir al médico y comprar las medicinas que este te pueda recetar; no todo el mundo puede permitírselo, y por eso, ante un dolor como aquel, pensó que, como otras muchas veces, se le pasaría y aguantó.

Pero esta vez, el dolor no desapareció, sino que iba a más, por lo que terminó acudiendo a un hospital en el que la mandaron a hacerse una radiografía. Gracias a ella descubrieron que tenía una pierna más corta que la otra. Los dolores irían en aumento si no se operaba y le ponían una prótesis que igualase las dos extremidades.

Pero la operación no salió bien, le colocaron mal la prótesis y esta terminó infectándose y le provocó una gangrena. Al final, tuvieron que amputarle la pierna. No terminaron sus males ahí. Siguió meses en el hospital entre fuertes dolores hasta que su familia no tuvo más dinero para seguir pagando. Entonces, pidió ir al hospital de San Martin de Porres para morir allí.

Este hospital, gestionado por un consorcio de hermanas dominicas, está situado en uno de los suburbios de Yaundé, llamado Mvog Batsi. Allí encontró al doctor Hermann Fossoh, uno de los únicos 15 traumatólogos disponibles para los más de 22 millones de personas que viven en Camerún.

En el pasado mes de abril, tuvimos la oportunidad de hablar con el doctor Fossoh durante una visita del mismo a Madrid con motivo de la presentación del documental “Aimée, historia de una paciente africana”, de Alfredo Torrescalles, que cuenta la historia de esta joven al mismo tiempo que hace una reflexión sobre la situación sanitaria del continente en el que todavía mucha gente muere por falta de cuidados médicos.

Fossoh estudió medicina en Yaundé, luego se especializó en Ucrania y finalmente pasó por el hospital Sant Pau de Barcelona, pero decidió volver a su país para poner sus conocimientos al servicio de sus compatriotas. Es muy crítico con la situación sanitaria de Camerún donde denuncia que los pocos servicios sanitarios que existen se concentran en las grandes ciudades del sur, mientras que las zonas rurales están casi desprotegidas. Habla de los pocos recursos sanitarios que existen, de la baja calidad y alto coste de estos, de la dificultad de encontrar medicinas, de la gran cantidad de medicamentos falsos que se venden en los mercados y farmacias de Camerún y que, por tanto, no ayudan a curar a los enfermos y de la fuga de cerebros de sus connacionales; afirma que hay más doctores cameruneses fuera del país que dentro. Pero él decidió volver tras formarse y trabajar allí porque tiene bien claro que son los propios cameruneses los que tienen que sacar al país de la situación en la que se encuentra.

Todas estas carencias, sigue comentando el doctor, tienen como consecuencia que los habitantes de Camerún no puedan acceder a un servicio de salud de calidad, universal y gratuito. Las personas que acuden a centros de salud u hospitales tienen que desembolsar grandes sumas de dinero, lo cual no está al alcance de la gran mayoría de la población. Es por eso, que muchos cameruneses recurren a los herboristas u otros medios de medicina tradicional que, la mayoría de las veces, dice Fossoh, resultan en un empeoramiento de las condiciones del paciente, por lo que cuando estos recurren al hospital, como última instancia, es demasiado tarde para salvarles la vida.

El caso de Aimée ilustra muy bien el drama que viven miles de cameruneses cuando se enfrentan a una enfermedad grave. Pero ella tuvo suerte, gracias a la intervención de la Fundación Recover Hospitales para África pudo ser trasladada a Madrid y ser operada de nuevo. Se le limpió la herida y se le colocó una nueva prótesis. Ahora, con 32 años, con una pierna ortopédica vuelve a caminar.

Fundación Recover lleva desde el año 2006 colaborando con distintos proyectos sanitarios en África, principalmente en la República Democrática del Congo, Burkina Faso y Camerún. En este últimos país se concentra en la actualidad el grueso de sus proyectos. Allí, además del hospital de San Martin de Porres, están apoyando dos más: el centro hospitalario de Djunang, cerca de Bafoussam, la tercera ciudad del país, y el hospital de Monavebe, en Sangmelima, en el sur. Sus proyectos contemplan intervenciones a largo plazo destinadas a dotar de autonomía a estos centros, por eso, junto al apoyo a la construcción o rehabilitación de infraestructuras sanitarias y a la prestación de un tratamiento de calidad y a precios asequibles por parte de los centros con los que colaboran, tienen otra serie de proyectos que incluyen uno de telemedicina, la evacuación de pacientes a España para tratamientos muy especializados y becas de formación para personal sanitario en África y España.

El doctor Fossoh cuenta que gracias a estos proyectos la calidad de los hospitales está mejorando mucho y pone el ejemplo del proyecto de telemedicina Salud 2.0 a través del cual él mismo, con los escasos medios materiales y de personal con los que cuentan en su hospital, ha podido practicar operaciones muy complicadas gracias al apoyo, a través de la plataforma MedTING, de doctores españoles, con las que ha salvado la vida a muchas personas.

Aimée comenta en el documental que cuando llegó al hospital de San Martin de Porres no le quedaban esperanzas, no tenía un futuro y ahora, gracias a la ayuda recibida, su vida ha recomenzado de nuevo.

Al final del documental Aimée expresa un deseo: que ojala ningún enfermo de su país tenga que volver a ser evacuado al extranjero para poder curarse, lo que implicaría que en Camerún existen los medios y el personal suficiente para ayudar a todos sus habitantes.

Aquí se puede ver el documental que cuenta la historia de Aimée para profundizar más en el tema.

Original en : Blogs de El País . África no es un país

Autor

  • Caballero, Chema

    Chema Caballero nacido en septiembre de 1961, se licenció en derecho en 1984 y en Estudios eclesiásticos en 1995 Ordenado Sacerdote, dentro de la Congregación de los Misioneros Javerianos,
    en 1995. Llega a Sierra Leona en 1992, donde ha realizado trabajos de promoción de Justicia y Paz y Derechos Humanos. Desde 1999 fue director del programa de rehabilitación de niños y niñas soldados de los Misioneros Javerianos en Sierra Leona. En la , desde abril de 2004 compaginó esta labor con la dirección de un nuevo proyecto en la zona más subdesarrollada de Sierra Leona, Tonko Limba. El proyecto titulado “Educación como motor del desarrollo” consiste en la construcción de escuelas, formación de profesorado y concienciación de los padres para que manden a sus hijos e hijas al colegio.

    Regresó a España donde sigue trabajndo para y por África

    Tiene diversos premios entre ellos el premio Internacional Alfonso Comín y la medalla de extremadura.

    Es fundador de la ONG Desarrollo y educación en Sierra Leona .

    En Bitácora Africana se publicarán los escritos que Chema Caballero tiene en su blog de la página web de la ONG DYES, e iremos recogiendo tanto los que escribió durante su estancia en Sierra Leona, donde nos introduce en el trabajo diario que realizaba y vemos como es la sociedad en Madina , como los que ahora escribe ya en España , siempre con el corazón puesto en África

    www.ongdyes.es

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