Aïcha Yatabary es médica, especialista en salud pública, humanitaria y cooperación internacional y presidenta de la Asociación de Mujeres, Salud y Solidaridad internacional. Además, es escritora de dos libros: “El banquete de los marabúes” y “África, desarrollo sostenible y cooperación internacional”. En este último sostiene que no habrá regiones ni desarrollo sostenible sin la emancipación y la participación de mujeres.
Entrevistada por la cadena Africa 24, aclara el objetivo de su libro, responder a diferentes cuestiones del desarrollo de una manera transversal, ya que afirma que tenemos tendencia a limitar el desarrollo sostenible a cuestiones del medio ambiente mientras que, en realidad, también engloba cuestiones de temática social y económica; y desde luego debe abordarse desde la perspectiva de género, pues afirma que las mujeres están en el centro de la cuestión de la lucha contra este fenómeno, ya que son ellas las que aportan el 100 % del aprovisionamiento de agua y de madera para el suministro de energía, además de realizar el 70 % del trabajo agrícola en las zonas rurales.
Ante la pregunta de si los últimos veinte años de evolución y cambio en África se ven reflejados también en la situación de la mujer, ella responde que sí, pues ha habido actores en la sociedad civil que han maniobrado para que más mujeres accedan a puestos de decisión política y las mujeres, además, han estado verdaderamente comprometidas a tomar el liderazgo, sin embargo aclara que el problema de la violencia, el cual es bastante grave, aún persiste junto con el problema de la seguridad financiera, ya que la mujer pasa toda su vida trabajando una tierra, creando frutos que no le pertenecen y que en caso de divorcio queda privada de ellos.
Yatabary también hace especial hincapié en la salud de las mujeres, pues a día de hoy ésta sigue siendo aún vulnerable en el continente africano con respecto a ciertas enfermedades mortales como el sida, la tuberculosis, el paludismo o, dentro del ámbito de la inseguridad alimentaria, la malnutrición. Con respecto a la educación, explica que muchas veces el miedo en la sociedad africana es que las mujeres se vuelvan rebeldes y no puedan ser sometidas, y que en las familias es más rentable invertir en el varón que en ellas, pues al casarse con otro hombre entran a formar parte de otro núcleo familiar. En cuanto a cómo se tiene que abordar el cambio de esta mentalidad, ella niega que se tengan que imponer las cosas desde el exterior, sino que se deben tener en cuenta los hitos sociales e implicar a los hombres en la lucha, porque no es una oposición hombre-mujer, sino una cuestión de complementariedad de ambos.
Concluye hablando de las prioridades de las mujeres africanas que en este momento consisten en luchar por la autonomía, por salir de la pobreza y la vulnerabilidad económica, tener seguridad financiera y acabar con la violencia de género, la cual necesita de una respuesta solidaria internacional.
Fuente: Africa24–Cubierta del libro
[Traducción y Edición, Irene Ruzafa Martín]
[Fundación Sur]
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