Estamos habituados a hablar de África Subsahariana refiriéndonos a los países del continente africano que no forman parte del Magreb. Para determinar las naciones que están en un lado u otro de la línea imaginaria que divide al continente, y que teóricamente marca el Desierto del Sáhara, es normal echar mano de la lista del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que sitúa en esta categoría a 46 países de los 55 que forman África, excluyendo: Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Somalia y Yibuti. Este elenco deja fuera al Sáhara Occidental, reconocido como estado por la Unión Africana, que, probablemente, debería formar parte del Magreb.
La lista contiene algunos errores geográficos que no tienen sentido. Por ejemplo, Eritrea es clasificada como país subsahariano, mientras su vecino del sur, Yibuti, no.
Pero lo que nos ocupa aquí es que algunos investigadores están tildando de racista, además de inútil, a este término.
Recientemente, la revista Quartz, hacía notar que la Unión Africana, raramente utiliza la categoría de África Subsahariana, prefiriendo recurrir al nombre de las ocho comunidades económicas que reconoce en el continente:
Unión Árabe del Magreb (UMA).
Mercado Común del Este y Sur de África (COMESA).
Comunidad de Estados Sahelo-Saharianos (CEN-SAD)
Comunidad de África Oriental (EAC).
Comunidad Económica de los Estados de África Central (ECCAS).
Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (ECOWAS).
Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD).
Comunidad para el Desarrollo del Sur de África (SADC).
A pesar de ello, no se puede negar que la categoría de África Subsahariana goza de una enorme aceptación tanto a nivel general como en el mundo académico o periodístico, por señalar un par de ámbitos más concretos. Nosotros mismos somos muy fans de ella, recurriendo a su uso constantemente, en estas mismas páginas.
Sin embargo, Quartz aporta una serie de argumentos que hacen custionar esta etiqueta.
Según Rosalind Morris, profesora de estudios Africanos en la Universidad de Comlumbia: “Nigeria es un estado que no se parece en nada a Kenia, como estado. tampoco tiene ninguna similitud con Botsuana”. Por lo que califica “África Subsahariana” como “un eslogan que resulta prácticamente inútil”.
El profesor de la misma universidad, Brian Larkin, afirma que este término fue acuñando para reemplazar al de “África Tropical” o “África Negra” que estuvieron en uso hasta los años cincuenta del siglo pasado. Larkin explica que la línea utilizada para marcar la división tiene sus orígenes en las teorías racistas coloniales que pensaban que el norte del continente estaba más desarrollado culturalmente.
En términos similares se expresa Tatenda Chinondidyachii Mashanda, un investigador de la Universidad de West Forest, en Carolina del Norte, en un artículo publicado la revista The African Exponent el pasado mes de abril. En él escribe que este término “divide África de acuerdo a las ideas blancas de la raza, haciendo al norte de África lo suficientemente blanco para tener en cuneta sus hazañas, pero no suficientemente blanco”. “Esta en una forma de decir “África negra” y de hablar de los africanos negros, sin sonar abiertamente racista”.
Este tema no es nuevo, ya en 2010, Chikia Onyeani, un nigeriano residente en los Estados Unidos, y presidente de la Fundación Celebrate Africa, afirmaba que el término es denigrante para África y demandaba que no se utilizase más. Para ello lanzó una campaña dirigida al presidente Obama y otros políticos que parece no tuvo mucho éxito.
El profesor Larkin reconoce que la agrupación de las naciones del continente basada en la historia colonial compartida puede ayudar a comparar datos ya que gozan de instituciones similares, lenguas y relaciones estrechas entre ellas, pero tampoco ayuda tanto como pudiera parecer ya que la categoría de “Subsahariana” es demasiado vasta por lo que no permite arrojar luz sobre la mayoría de los elementos comparados, además, “puede fortalecer la brecha imaginaria entre los países árabes del norte y el resto de África”.
Five-Regions-of-Africa
El problema, pensamos nosotros, es que ya es bastante difícil hacer comprender a la mayoría de las personas que África no es un país, por lo que si ahora rompemos esta mínima división, sin proponer una alternativa mayoritariamente aceptada, va a ser todavía más difícil matizar.
Sin embargo, los argumentos esgrimidos por los académicos son relevantes y deben ser tenidos en cuenta y analizados. Aunque, también es cierto, que no todo lo que dicen los profesores tiene por qué ser verdad.
Es posible que tengamos que acostumbrarnos, al hablar de África, a utilizar, al menos, los cinco bloques económicos del continente: norte, este, oeste, central y sur. Lo mismo que hacemos con Europa. Por ejemplo, es normal refiriéndonos a ella que nos refiramos a los países del sur, los países del norte…
El tema es complicado y está abierto a discusión. Mientras no se llegue a una decisión mayoritaria, ya que imaginamos que unánime será difícil, vamos a seguir hablando de África Subsahariana pero teniendo en cuenta todos los datos aportados hasta el momento y siguiendo muy de cerca el debate que se está generando.
Original en : Blogs de El País . África no es un país