Agrupaciones civiles solicitan a la Unión Africana una respuesta urgente ante a las violaciones a los derechos a la sexualidad e identidad de género en África y, especialmente, frente a las leyes antigais aprobadas recientemente en Uganda y Nigeria.

11/04/2014 | Opinión

Como miembros de organizaciones de la sociedad civil africanas, que vivimos y trabajamos en pos de mejorar las vidas de todos los africanos, condenamos absolutamente el alarmante aumento de abusos y violaciones a los derechos relacionados con la sexualidad y el género, particularmente aquellos dirigidos a mujeres, personas con género atípico y quienes mantienen relaciones con individuos de su mismo sexo, ya sean lesbianas, gais, bisexuales o transexuales.

Específicamente, condenamos la aprobación de la Ley (Prohibición) de Matrimonio entre personas del mismo sexo en Nigeria y la Ley Antihomosexualidad en Uganda, ambas firmadas este año por los presidentes Goodluck Jonathan y Yoweri Museveni, respectivamente. También condenamos severamente la Ley Antipornografía aprobada el año pasado en Uganda.

En defensa a los africanos perseguidos por estas leyes, solicitamos amparo legal a la Unión Africana (UA) y sus organismos especializados.

También solicitamos a la Presidente de la Comisión de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini-Zuma, que condene públicamente ambas leyes, tanto la nigeriana como la ugandesa, y explique a los ciudadanos africanos de qué manera la Comisión de la Unión Africana tratará las leyes que violan los derechos de género y sexualidad ante a los Estados miembro.

Violaciones extremas

La Ley Antihomosexualidad de Uganda criminaliza a la homosexualidad (definida como “actos sexuales entre personas del mismo sexo o género”) y establece penas de encarcelamiento con mínimos de siete años y máximos de cadena perpetua. Quienes “instiguen y asistan a la homosexualidad” también serán condenados con siete años de prisión. Por otro lado, la Ley Antipornografía de Uganda limita las reglas de vestimenta consideradas “apropiadas” para las mujeres, prohibiendo específicamente el uso de minifaldas y cualquier otra prenda que pudiera “causar excitación sexual”.

La Ley (Prohibición) de Matrimonio entre personas del mismo sexo excede su objetivo ya que, además, criminaliza el registro de “organizaciones, sociedades o clubes para gais”, prohíbe las expresiones públicas de relaciones “amorosas” entre personas del mismo sexo ya sea en forma directa o indirecta y estipula una condena de 10 años de prisión para tales actos.

Estas leyes han sembrado el pánico en las escuelas, lugares de trabajo y hogares, donde las personas ya no se sienten seguras. Los niveles de violencia, amenazas y discursos en tono abusivo o cargados de odio fueron escalando dramáticamente a medida que las leyes homofóbicas iban saliendo a la luz. Notamos con mucha preocupación que tanto en Uganda como en Nigeria la aprobación de estas leyes ha sido acompañada por homicidios, violaciones, ataques, detenciones o arrestos arbitrarios, entre otras formas de persecución a quienes se atribuye una cierta orientación sexual o identidad de género, ya sea ésta real o imaginada. En Uganda, el ambiente de temor y odio se intensificó a partir de la publicación de una lista de los “200 principales homosexuales”. Esta publicación fue realizada por el periódico sensacionalista Red Pepper bajo el titular “¡Expuestos!”, inmediatamente después de que el presidente Museveni firmara la Ley Antihomosexualidad. Esto constituye una fuerte violación tanto a la ética de los medios de comunicación como a los derechos humanos y consideramos que (como lo sostiene la ley ugandesa) el periódico debe ser sancionado por ambos motivos.

Los Estados tienen la obligación de proteger los derechos de todos sus ciudadanos, más allá de su orientación sexual o de género. Tienen la responsabilidad de proteger los derechos de todas las personas que habitan sus territorios. Los Estados no deben crear ninguna condición que pueda motivar o justificar actos de violencia por parte de actores no gubernamentales. Tampoco deben convertirse ellos mismos en una amenaza para sus propios ciudadanos ni interferir en las posibilidades de éstos de vivir con niveles básicos de libertad, como lo han hecho Nigeria y Uganda.

Rechazamos la hipótesis expuesta por las cabezas de Estado de Uganda y Nigeria de que las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo son “antiafricanas” y condenamos en los términos más absolutos los comentarios realizados por los líderes políticos, religiosos y culturales que han utilizado una retórica similar para incitar el odio hacia cualquier persona percibida como homosexual.

Celebramos y hacemos eco de las fuertes voces provenientes de los líderes africanos que han rechazado esos supuestos y quienes continúan condenando la discriminación, la violencia y la violación a los derechos humanos basados en la orientación sexual y la identidad de género, ya sea real o percibida. Nos alineamos junto a todos los africanos que levantaron sus voces contra estas leyes injustas, y junto a quienes continúan clamando por el respeto a la diversidad y para que todos los africanos acojan la idea del Ubuntu (nuestra humanidad compartida).

La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Navi Pillay, se refirió a la ley de matrimonio igualitario nigeriana diciendo “Rara vez he visto una legislación que en tan pocos párrafos viole directamente tantos derechos humanos universales básicos”. En una carta abierta a los líderes africanos, el ex presidente de Mozambique, Joaquim Chissano, dijo: “Aliento a los líderes para que defiendan fuertemente los derechos humanos fundamentales y permitan que las libertades básicas continúen avanzando… Esto simplemente significa garantizar a todos la libertad y los medios para tomar decisiones debidamente informadas acerca de aspectos muy básicos de la vida personal (la propia sexualidad, salud, con quién y cuándo tendrán relaciones, se casarán o tendrán hijos) sin tener que sufrir ningún tipo de discriminación, coerción ni violencia”.

Solicitamos tanto a la Comisión de la Unión Africana (dado que se trata del organismo dedicado al tratamiento de los derechos humanos dentro de la Unión Africana) como a la Comisión Africana para los Derechos Humanos y de los Pueblos que condenen todas las leyes homofóbicas y antigais, tanto las que ya fueron aprobadas como las que están siendo propuestas a lo largo y ancho del África, y les pedimos que respondan de manera urgente a los crecientes actos de violencia que preceden y suceden a dichas leyes.

Declaración realizada por las organizaciones de la sociedad civil africanas que se listan a continuación.

Lista de organizaciones firmantes:

African Men for Sexual Health and Rights (AMSHER)

Africa Regional Civil Society Platform on Health

AIDS Accountability International

Coalition of African Lesbians (CAL)

Gay and Lesbian Memory in Action (GALA)

Gay and Lesbian Network (Pietermaritzburg)

Gender DynamiX

HOPEM (Men for Change) Mozambique

International HIV/AIDS Alliance

MenEngage Namibia

MenEngage Zimbabwe

MenEngage Zambia

MenEngage Kenya

Out in Africa

SANAC Women’s Sector

Sonke Gender Justice

South African Council of Churches Youth Forum

Triangle Project

World AIDS Campaign

Women’s Global Network for Reproductive Rights

Fuente: Sonke Gender Justice Network

The Maravi Post

[Traducción, Magdalena Saux]

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