«Nos han acostumbrado a ver al inmigrante como una amenaza y un peligro. La fe nos hace descubrir en él a un hijo de Dios«. Con estas palabras, monseñor Santiago Agrelo, obispo emérito de Tánger (Marruecos), hizo una encendida defensa de los derechos de estas personas al recibir el Premio Mundo Negro a la Fraternidad número 33 en nombre de la Delegación Diocesana de Migraciones de esta diócesis, qué él mismo fundó durante la etapa en que estuvo a su frente.
La hermana Inmaculada Gala, carmelita Vedruna, responsable de esta delegación, participó de forma telemática y desgranó los numerosos servicios que esta institución ofrece a los inmigrantes, casi todos ellos subsaharianos en Marruecos: asistencia jurídica, ayuda alimentaria y de alojamiento, formación, acogida, etc. Debido a las restricciones de viaje desde el país magrebí, ninguno de los responsables de esta delegación, en la que hoy trabajan más de 60 personas, casi todos ellos voluntarios, pudo venir a España a recoger el premio, que fue entregado por el provincial de los misioneros combonianos, el padre Pedro Andrés Miguel y está dotado con 10.000 euros.
El acto tuvo lugar al final del 33 Encuentro África, que desde 1987 organiza la revista Mundo Negro en su sede de Madrid. El número de los que asistieron de forma presencial fue reducido, por las limitaciones de la covid-19 aunque muchos otros siguieron la jornada por un canal YouTube habilitado a este efecto.
El franciscano Agrelo fue obispo de Tánger de 2007 a 2019, año en que le fue aceptada la renuncia. Desde entonces reside en Santiago de Compostela. Durante toda su trayectoria pastoral ha acompañado la acción socio-caritativa hacia los inmigrantes con una denuncia firme de bastantes aspectos de las políticas migratorias y de los mensajes de rechazo hacia ellos. Visiblemente emocionado, ayer, calificó las pateras de «trampas mortales en las que cada año mueren miles de migrantes, es decir, mujeres, hombres y niños con sus sueños, sus miedos, y sus anhelos que son acorralados, vejados, humillados y empujados a la muerte«.
El encuentro fue abierto por Jennifer Gómez, responsable del área de Migraciones, Justicia y Solidaridad de la CONFER, quien presentó el pensamiento del Papa Francisco sobre las migraciones, uno de los ejes principales de su pontificado. El periodista José Naranjo intervino, vía Zoom, desde Dakar, donde reside, explicando cómo se ve esta cuestión desde uno de los países africanos de mayor inmigración hacia Europa.
Según el reportero canario, que vive en África desde hace más de diez años, muchos de los jóvenes senegaleses que se arriesgan a emprender el peligroso viaje en patera proceden de familias de pescadores que ya no pueden vivir de faenar debido a la invasión de grandes embarcaciones de pesca industrial que esquilman los bancos. Muchos de ellos son de países europeos o asiáticos pero con bandera senegalesa al contar con un socio local. Ahondando en este ejemplo, denunció la parte de responsabilidad que tienen algunos gobiernos africanos en empobrecer a muchos jóvenes que no ven otra salida que emprender un viaje peligroso con la esperanza de ayudar a sus familias.
Dos inmigrantes africanos que viven en Madrid, el marfileño Ladji Moryaba y la congoleña Becha Sita, modista y presidenta de la asociación Besha Wear, presentaron su experiencia de cómo se han abierto camino en la sociedad española en medio de mil dificultades, pero también con la ayuda de personas y asociaciones que apoyan a los inmigrantes.
Elena García, trabajadora social española afrodescendiente, cuestionó que se pueda hablar de inmigrantes «de segunda generación» («si mi madre es segoviana y yo nací en Madrid, diría alguien que yo soy segoviana de segunda generación?«, lanzó en su intervención) y abogó por superar el concepto de hospitalidad al hablar de migraciones, argumentando que los inmigrantes cuando llegan a otro país llegan a su casa, puesto que el mundo es el hogar de todos.
Coincidiendo con este encuentro, la revista Mundo Negro, que desde 1960 editan los misioneros combonianos en España, ha publicado un número monográfico sobre migraciones con numerosos artículos de expertos en el tema y unas interesantes páginas centrales con fotografías de gran calidad sobre negocios regentados por africanos en el barrio madrileño de Lavapiés. El acto fue clausurado por el director nacional de las OMP, José María Calderón.
Original en: En clave de África