La Alianza para la Revolución Verde en África, AGRA, centrada en revolucionar la producción de alimentos, anunció a mediados de septiembre su asociación con la Universidad de Ghana, Legon, para lanzar el Centro del África del Oeste para la Mejora de Cultivos, WACCI, para dar formación a la siguiente generación de científicos de los cultivos.
La AGRA reforzará un programa piloto en la Universidad de KwaZulu-Natal en Suráfrica, el Centro Africano de Mejora de cultivos, ACCI. Juntos, los dos programas darán formación de doctorado en fitogenética a aproximadamente 120 alumnos durante los años siguientes, ayudando a crear la masa crítica de productores de cultivos, necesarios para terminar con la crisis alimentaria de África. “Estos programas tenderán un puente para solucionar el enorme vacío en la capacidad científica de África, formando a los productores de cultivos en las Universidades africanas para mejorar y adaptar las cosechas indígenas y huérfanas de África, necesarias para solucionar las necesidades alimentarias africanas”, declara Joseph DeVries, Director del Programa de AGRA para el Sistema de Semillas de África.
Con más de 200 millones de personas mal nutridas y hambrientas en África, la región tiene una necesidad extrema de productores de cultivos altamente cualificados que puedan desarrollar cultivos africanos de alto rendimiento, resistentes y nutritivos, adaptados a la amplia variedad de condiciones y restricciones a las que se enfrentan los agricultores africanos a pequeña escala. Estas variedades son esenciales para que los agricultores puedan obtener una producción y unos ingresos y para terminar con la pobreza.
La dotación a la Universidad de Ghana, Legon, es de 4.9 millones de dólares americanos, y a la Universidad de KwaZulu-Natal es de 8.1 millones de dólares. Al programa de Legon asistirán estudiantes del oeste y centro de África, y la primera clase comenzará en enero de 2008. El programa de Suráfrica reclutará estudiantes del este y el sur de África. Las dos subvenciones estimularán de manera significativa la capacidad científico agrícola de ambas instituciones. Los programas WACCI y ACCI establecen una nueva dirección hacia una educación superior en agricultura, en África. Hasta ahora, la mayor parte de los africanos con educación de doctorado en Fitogenética, había tenido lugar en Europa o Estados Unidos.
Hasta ahora, esa formación se ocupaba de cultivos prácticamente irrelevantes para la agricultura africana. “La formación de un estudiante de doctorado en Europa podía buscar secuencias valiosas de ADN en trigo. Un científico africano cuyo país no tiene producción de trigo ni laboratorios de ADN no estará bien preparado para enfrentarse a los retos de desarrollo de los cultivos de alimentos locales, cuando vuelva a su casa”, explica el profesor Eric Danguah, director de WACCI en la Universidad de Ghana, Legon.
La mayoría de los cultivos importantes para África, como la tapioca, el sorgo, el mijo, el plátano y algarroba, las llamadas cosechas huérfanas, son de poca importancia para los investigadores y educadores del mundo desarrollado. Como resultado, hay una seria escasez de centros productores de estas variedades de cultivos. Por ejemplo, hay menos de una docena de productores de mijo en toda África. A pesar de ello, millones de personas en el África Subsahariana dependen del mijo como una parte muy importante en sus dietas. En cambio, la mayoría de los más de 35.000 millones de dólares invertidos por empresas privadas en investigación agrícola se concentra en Norteamérica y Europa, en un puñado de cultivos comercialmente importantes.
Los programas de la nueva Universidad africana asegurarán la relevancia de las necesidades alimentarias de África reclutando a estudiantes que ya trabajan como científicos con instituciones nacionales africanas de investigación y que volverán a esas instituciones tras completar sus estudios superiores. Además, al formar a estudiantes en África, mejor que pedirles que abandonen el continente, los programas ayudarán a combatir la fuga de cerebros de científicos agrícolas africanos, ya que una gran parte de los africanos formados que Estados Unidos y en Europa se quedan en los países en los que han recibido la formación. Ambos programas elevarán la capacidad científica en África para instituciones africanas.
El WACCI ofrecerá a los doctores una beca de investigación que incluye dos años de estudio de materias y tres años de investigaciones de campo. Los actuales programas de ciencia del cultivo en África están basados solamente en la investigación, y carecen del estudio de asignaturas, tan importante en los Estados Unidos y Europa. Los temas del primer año incluyen genética de plantas, mejora de cultivos, biometría, genética cuantitativa, genética molecular y biotecnología en la fito-producción, interacciones microbianas y control de la enfermedad y tensión fisiológica de las plantas.
Para ayudar a actualizar y reforzar el currículum, la Universidad de Cornell en Nueva York también participa en esta asociación, y recibirá una subvención de 1.7 millones de dólares para proporcionar servicios y recursos. Estos incluyen la ayuda a diseñar el currículum, ayudar con la capacidad de investigación y revisar las proposiciones de las tesis. Cornell también proporcionará oportunidades de educación a distancia y ayudará con el diseño de la infraestructura de tecnología de la información. Y la biblioteca de la Universidad de Mann facilitará el acceso a los servicios y recursos de la librería agrícola de calidad mundial para los estudiantes de WACCI y ACCI.
WACCI se suma al éxito de ACCI, que aunque empezó en 2000 como un simple concepto, sin personal, ni estudiantes, ni oficinas, el programa graduó a sus primeros doctores en fitogenética la pasada primavera. Actualmente está formando a ocho nuevos estudiantes cada año, y tiene 46 estudiantes en su sistema, trabajando con 13 cultivos. Juntos con sus co-supervisores locales, los estudiantes ya conforman una organización de productores de plantas de hecho. “Estamos formando a fito-productores aplicados con una amplia serie de técnicas, para que ellos puedan lograr producir mejores variedades de cultivos, siempre teniendo en cuenta el medioambiente de su entorno”, asegura el profesor Mark Laing, Director del ACCI en la Universidad de KwaZulu-Natal. “Al enfocar las tesis doctorales de nuestros estudiantes hacia la investigación de cultivos locales, el programa utilizará el poder de la Fitogenética en los cultivos africanos, con el propósito de alcanzar soluciones efectivas a los problemas a los que se enfrentan los agricultores de África desde hace mucho tiempo.
El programa, que tiene estudiantes de 13 países, ya ha tenido un impacto positivo a nivel nacional en las producciones de cultivos en Kenia, Malaui y Uganda, según AGRA. Un estudiante de doctorado ha demostrado que en tan poco tiempo como tres años se puede desarrollar una variedad superior de tapioca resistente a la agresión de un virus. En el pasado, los productores de plantas necesitaban de 6 a 8 años para alcanzar progresos similares. Últimamente, AGRA prevé estaciones de producción de plantas situadas en cada zona biogeográfica agrícolamente importante, pobladas con productores de plantas cualificados y eruditos, que trabajen en los cultivos locales más importantes para cubrir las necesidades locales.
(Africa Science News Service, 24-09-07)