Todo el mundo busca, tanto en Europa como en África, que se acabe esta pesadilla del coronavirus y creemos que nos salvará una vacuna determinada, pero esto no es verdad.
Necesitamos una vacuna para este virus, claro que sí, pero sobre todo necesitamos una vacuna contra el egoísmo, la ambición de poder y el saqueo de recursos. Necesitamos una vacuna que sane el cuerpo, la mente y el corazón. Una vacuna integral.
El consumo de drogas contra el stress y la depresión, solo pueden aliviar los síntomas, pero la raíz del mal solo pude ser sanada por la paz de la confianza mutua, por la sabiduría de la gratitud y por el compromiso de la bondad en la solidaridad.
“A rio revuelto, ganancia de pescadores”, en este caso de farmacéuticas. Y también los gobiernos, que deberían garantizar precios justos y la disponibilidad de las vacunas para los pueblos más empobrecidos, parecen preocuparse más de sus campañas partidistas para permanecer en el poder y en el control de los recursos.
Para los creyentes, el Señor Resucitado es la fuente de la Salud y de la Vida, del perdón, de la solidaridad y de la fiesta. Él es la vacuna que nos cura del egoísmo. Participemos en la tarea de sanación y de cuidado de los demás y de la naturaleza. Administremos esta vacuna integral de los Valores humanos y universales a todos, pues es la vacuna que todo el mundo busca, aun sin saberlo.
Por eso la inclusión de la educación ética en la ESO y en todo el currículo educativo me parece algo fundamental. Pero debe ser una ética auténtica de valores humanos, sin ser politizada por los partidos.
Recordemos que existen otras pandemias, sobre todo en hemisferio sur, más mortíferas incluso que la covid 19, como son: el hambre, la malaria y el saqueo violento de las tierras y recursos, particularmente en África (RDC, Sudan, Niger…).
«En la región de Ituri (RDC), las víctimas se cuentan por miles, más de 6.000 muertos en Beni, desde 2013, y más de 2.000 en Bunia, sólo en 2020. También hay al menos 3 millones de desplazados y unas 7.500 personas secuestradas«.
«Los autores suelen ser grupos armados y milicianos, algunos de los cuales transmiten una ideología cercana al ‘satanismo’. Desde hace más de dos décadas, el este de nuestro país está asolado por los conflictos armados y la inseguridad recurrente que causan muerte, desolación y desplazamiento de la población. Desgraciadamente, todos nuestros llamamientos no han encontrado todavía un eco significativo en la población afectada”, afirma un mensaje del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo (CENCO) recibido por la Agencia Fides.
Cuidando a los demás y a la naturaleza, nos sentimos bien y felices, porque el ser humano está creado para amar, compartir, relacionarse y para dar y recibir Vida de los demás, en SOLIDARIDAD.